-...¿Qué te parece la aldea esa...donde...eh...los habitantes son pequeños y esponjosos? ¿Te gustaría que fuéramos ahí? ¿Y qué me dices del bosque cerca de la playa? Allí hay criaturas de todo tipo y sangre de diferentes sabores, ¿qué tal? -el padre de Marshall Lee alucinaba con los muchos lugares a donde llevaría a su hijo en esta nueva rutina.El joven vampiro estaba recargado en la mesa completamente desinteresado y aburrido. Ni siquiera había puesto una pizca de atención, había estado pensando el las cosas maravillosas y lo mucho que se divertiría en la noche cuando viera a su amigo.
-¿Cuándo comienza otoño, Marshall?- preguntó si padre sacándolo de su ensimismamiento.
-Eh...creo que dentro de dos semanas.- contestó exaltándose por la repentina llamada.
-¡Perfecto! ¡Dentro de dos semanas comenzaremos con esto! Así que aún tienes medio mes para ir al castillo. Aprovéchalo, ¿vale?.
Marshall abrió los ojos y se inmutó.
¿Medio mes? Ni siquiera veía al príncipe tanto como quería. Ahora lo veía mucho menos. Marshall procesó la información. Era terrible.-Vale.- asintió confundido y triste.
Durante el día, el pequeño Marshall estuvo en su cuarto, con sus crayones de cera, con sus autitos de juguete y cuentos infantiles.
Primero, se puso a hacer dibujos en hojas blancas.
Dibujó uno de sus carritos, colocándolo sobre su escritorio y tomando su mejor ángulo como si fuera modelo. Luego dibujo un gato bajo el sol, porque vio un gato afuera de su casa bajo el sol. Finalmente se dibujó a él mismo, vestido con una camisa roja a cuadros negros, y un pantalón de mezclilla. Le había quedado muy bien, bastante lindo. Marshall se sentía orgulloso de su dibujo. Le dedicó otro tiempo a hacerle algunas mejoras a su dibujo.Y, por supuesto, con "mejoras", se quiere decir que al lado del pequeño Marshall, apareció un pequeño y adorable Príncipe Gumball en sus tiernas pijamas.
Sin duda, el mejor dibujo que había hecho. Lo tomó, lo dobló y lo guardó en una cajita donde únicamente estaban las cosas que lo hacían feliz y le alegraban ver.
Lo que restó del día, Gumball repitió las actividades. Cuando la noche comenzó a aparecer, el vampirito se llenó de alegría.
Se apresuró a tomar su cena y cepillar sus dientes, para luego inventar alguna excusa e irse al Castillo.
Voló lentamente hacia la casa de su amigo, tarareando ocasionalmente la canción del abecedario que le habían enseñado hace unos años.
Finalmente llegó. La luz de noche estaba prendida, por lo que ingresó al cuarto sin preguntar. Vio a la silueta de su amigo sentado en la orilla de la cama, por lo que se acercó a él por detrás para saludarlo. Voló por sobre la cama, dispuesto a sentarse al lado del príncipe, pero cuando la claridad iluminó más a Gumball, el vampiro pudo notar la bufanda gorda y morada enrollada alrededor del cuello de su amigo. También notó que tenía los brazos cruzados sobre el pecho, como en posición de puchero.
-Hola, Bubba.- saludó con su mejor sonrisa.
El Príncipe Gumball tenía los labios fruncidos, como trompita de pato, y el ceño fruncido. Marshall sabía que estaba mal pensar que se veía adorable así.
-¿Su...cede algo? ¿Qué tal tu día?- preguntó animado.
-Fatal.
-¿...Pero porqué?- Marshall se sentía mal por su amigo.
-Yo... Hoy mi día no estuvo feliz, ¿sabes? Mis dos amigos no fueron, así que estuve todo el día con Leah y sus amigos. Pero...ellos son groseros. ¡Pero los del otro grupo son peores! ¿Ves esto? -Gumball bajó la bufanda, dejando al descubierto las marcas que el vampiro había hecho- Ellos se burlaron de esto. Dicen que son feas, y que estarán aquí por siempre. Fui al baño, y realmente son feas. ¡Leah no hizo nada por ayudarme! Estoy molesto con ella, con los niños y... -tomó una bocanada de aire.
Marshall tenía miedo de que dijera que estaba molesto con él también.
-... Y con mis amigos por haber faltado. - dijo alzando los brazos con desesperación y frustración.
-Ow... Yo... Lo siento mucho, Gumball. Me da mucha pena. Pero, la verdad, yo no creo que sean feas. A mí me gustan. Son...muestras de valentía, de que hiciste algo muy valiente.
-No, Marshall Lee, son feas. Mira - se señala su cuello -Ni siquiera tienen el mismo tamaño. Esta es más grande. Y...se ven feas.- respondió de mala gana suspirando.
El pequeño pero sentimental corazón del pelinegro se aceleró, y su rostro mostró desilusión. Sus sentimientos habían sido heridos por el único que le importaba de verdad.
-No es tu culpa, Gumball.- responde Marshall agobiado.
El príncipe volteó a ver a su acompañante, y notó que se veía triste por el comentario. Inmediatamente sintió una presión en su pecho y un dolor agudo en su estómago: culpa.
-Marshall...está bien. No es nada, solo estoy molesto. Pero, de verdad, está bien. Olvídalo, ¿sí?.
El vampiro se giró a verlo, se le quedó viendo a los ojos durante un par de segundos, haciendo que el mayor se ruborizara.
-Está bien. Lo intentaré.
-Y, dime, ¿cómo estuvo tu día?- preguntó Gumball.
-Eh, bien, dibujé mucho.
-Wow. Qué bien.
Los dos se quedaron callados unos instantes, y a diferencia de los demás silencios, este había sido incómodo. Marshall se alertó. Eso nunca pasaba.
-¿Quisieras...eh...-quiero decir-te gustaría que te dibujara?- preguntó el pelinegro apretando sus puños.
-Mmm, claro. Estaría bien. Un dibujo hecho por ti estaría fabuloso.
-Bien...te lo entrego mañana.
-Claro.
Otro silencio incómodo. Marshall, por algún extraño motivo, sintió ganas de llorar. Él apreciaba mucho a Gumball y no quería que sus conversaciones fueran así.
-Debo...debo irme, Gumball.
-¿Qué? ¿Tan pronto?.
-Sí, yo...te veo mañana.
-Oh. Supongo que está bien. Nos vemos mañana.
-Sí.
Marshall se levantó de la cama, la rodeó y se aferró al marco de la ventana. Su amigo seguía en la misma posición.
-Gumball...- lo llamó.
El príncipe se giró a verlo.
-Ellos...- continuó -No debe importarte lo que piensen. Mejor pon atención a lo que pienso yo. Ellos dicen eso porque no te quieren como yo lo hago.
Luego de eso, simplemente se giró y voló hacia su casa, sin darle oportunidad al príncipe de contestar.
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Jelou 7u7 cuantos siglos sin vernos.
Bueno, este es el Capítulo de hoy. Espero les haya gustado.
Estoy segura de que había alguien a quien le debía dedicación, pero se me olvidó. Si lees esto, dime que eras tú y te dedico el próximo.
Este capítulo va dedicado a @jessi_world porque me encontró en otra historia xD y me puso cosas lindas <3Bueno, eso es todo por hoy <3 espero que no hayan desaparecido mis hermosos lectores ;___; 😭😰
Los jamón con queso a todos ✌️
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Marcas de amor ✧ Gumshall
FanfictionEl primer encuentro de Marshall Lee y el príncipe Gumball se da cuando ambos son apenas unos pequeños de 7 y 8 años, respectivamente. Luego de un incidente para ayudar al mayor, éste queda con unas pequeñas marcas alrededor de su cuello. Y ambos ni...