Marcas de amor ✧ Gumshall

Disculpa rechazada

Tengo unas ganas de escribir smut que no saben 😂🌚
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Después de aquél encuentro breve en los locales aquél día, Gumball no volvió a ver a Marshall Lee en mucho tiempo. Pasó todo el invierno. Pasó Navidad, Año nuevo, y de nuevo llegó la primavera, y Marshall Lee no apareció en el parque, o cerca de su escuela, o en los locales nunca más.

Gumball sabía que Marshall estaba bien. No creyó que estuviera enfermo, simplemente asumió que estaba feliz con su nuevo amigo pecoso.

•••

Durante la primavera, el príncipe y sus compañeros de la escuela tenían varias excursiones. Hoy era una de ellas. Tomarían un camión e irían al bosque, aprenderían sobre ese ecosistema y almorzarían en una cabaña.

El viaje en autobús era difícil para él puesto que Pine y Kenneth querían viajar juntos, pero los asientos estaban acomodados de 2 en 2. Al final, Gumball terminó sentado al lado de Leah, quién le intentaba hacer plática y lo miraba fijamente con ojos brillantes.

—Ya no puedes usar tu bufanda, ¿eh?— sonrió mientras miraba el cuello del príncipe.

—Estamos en primavera, por favor. No la usaré.

—Te gustaba traer una puesta. ¿Eran para cubrir... Eso?— señaló las marquitas ya bien cicatrizadas en el cuello del mayor.

—Me enfermo fácilmente.

—Como sea, sólo la podrás usar si eres alérgico al polen.

—Eso no tiene sentido.

—Sí que lo tiene.

Gumball dejó morir la conversación y se estiró entre los asientos del frente.

—Chicos, ¿no me pueden hacer un hueco?— preguntó a Pine y a Ken.

No obtuvo respuesta. Se alzó sobre los asientos para ver a los dos pequeños pasajeros.

Dormidos. Pine sobre el hombro de Kenneth y la cabeza del último en la cabeza de Pine. Profundamente dormidos, con sus piernitas entrelazadas y sus manos en el propio regazo.

Gumball sonrió con ternura y se volvió a hundir en su asiento, dispuesto a ignorar a Leah.

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Hasta el punto recorrido, la excursión estaba siendo divertida. Gumball y sus amigos recogían palos y los arrastraban, o se lanzaban pequeñas piñas encontradas.

Mientras los demás niños miraban con atención un musgo, Pine llamó a sus amigos y les señaló una zona con menos árboles, era más plana y se veía bonita. Estaba tras una reja algo oxidada y levantada. Los otros dos niños se giraron a verla y coincidieron en que se veía bonita. Gumball alzó la mano.

—Maestra, ¿qué es allí?— preguntó señalando la zona tras la reja.

—No sé exactamente, no es parte de la reserva. Ha de ser propiedad privada.— respondió.

—¿Entonces no se puede ir?— preguntó Ken.

—No, allí no.— respondió la maestra.