Marcas de amor ✧ Gumshall

Intruso

Es la 1 am y tengo 20% de pila, vamos bien.

Si alguna vez has querido saber cómo luzco físicamente, lee al final ahre.

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Al final del día escolar, Marshall Lee se reunió con los cinco amigos de Avery y con Avery en la reja de la escuela. Los chicos hablaban sobre los proyectos que les había estado encargado y luego le decían a Marshall lo mucho que sufriría cuándo entrara a la universidad, como si enserio fueran demasiado mayores que Marshall, tan sólo era un año.

Sin embargo, Marshall asentía en todo lo que decían, no quería dar una mala impresión, al menos no a ellos. Le resultaban muy agradables después de todo.

Estuvieron hablando una buena media hora, y al final, Marshall y Avery caminaron juntos a casa.

—Es un lugar bastante grande, y hay muchísima gente en todos lados, no creí que cupieran tantos alumnos en un salón— dijo Marshall mientras caminaba al lado del pecoso.

—Así es aquí. Deberías ver en la sección de universidad: gente corriendo con maquetas, con montones de hojas, con comida. Gente besándose en todos lados, gente peleándose en todos lados, gente llorando, gente riendo, gente y más gente. Y en el área del campus de dormitorios es más intenso, siempre hay muchísimo ruido, y fiestas, o tus vecinos haciendo cositas, ya sabes.

Marshall Lee rió —Entonces me quedaré aquí a ver lo que sucede. ¿Podré ser tu compañero de cuarto?

—Claro que no, ya tengo uno. Si yo fuera tú, eligiría a alguien de tu edad, de preferencia bonito, perfeccionista y de cabello rosado.— Avery pellizcó el costado de Marshall.

—Oh, sí— el vampiro rodó los ojos —Gracias por la recomendación.

—Ugh, ¿por qué te molesta tanto? Ya supéralo, Marshall. Lo digo enserio. Estarás condenado a pasar un año cerca suyo y probablemente toda la universidad. No debes ser su amigo, sólo tratarlo mejor. Te prometo que es buen niño.

—No es un niño, es un señorito— rió —Pero tiene cara y voz de niño. Y me da flojera verlo, no gracias.

—Me dijiste que quería que fueras su tutor, acepta eso. Te servirá mucho, además así tú repasas los temas.

—No.

—Sí. Tú ganas: pasas tiempo con él y te das cuenta de que no es tan idiota, repasas los temas, le das buena impresión al maestro, y algo más debe haber allí.

—Es que, agh. No quiero hacerlo sentir que me convenció.— puso una mano en el estómago de Avery para evitar que siguiera caminando antes de cruzar la calle.

—Bien, actúa como si no te quedara de otra. O qué sé yo. Sólo no lo hagas llorar.

—Lo intentaré— ambos rieron y siguieron el camino a casa.

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Marshall estaba solo en casa. El pensamiento de estudiar con Gumball entró en su mente. Realmente, ¿qué tan malo podría ser? Esto le serviría incluso para burlarse del mayor por ser más tonto que él.

Entonces se sintió preocupado: ¿qué pasa si Gumball ya consiguió un tutor? Marshall le dijo que hiciera eso, y si el pelirosa andaba tan insistente como con él, de seguro ya tenía un tutor. Pero eso era lo que el vampiro quería, ¿no? Entonces debería sentirse aliviado de no tener que enseñarle al rosadito ese la historia de las sociedades.