Preposdata: FINALMENTE encontré una imagen que medio se ajustara a la fanfic (multimedia). Me refiero a... No se ven tan crecidos :'v.
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El pequeño pelinegro se encontraba aún en el bosque, persiguiendo por el aire a una pequeña y torpe ardilla que no lograba hacer que Marshall le perdiera el paso. El vampiro se divertía correteando a la ardillita entre los árboles.La ardilla subió por el tronco de un árbol, y Marshall la observó desde el suelo, sin volar a la copa del árbol. Siguió caminando hacia atrás, sin poner atención a lo que tenía detrás, simplemente enfocado en ver lo que haría la ardilla. A ese paso, no era de sorprender que chocará con una pared. Al alzar la mirada, vio que no era una pared solamente. Era un imponente muro el que se alzaba muchos metros para arriba. El muro que rodeaba el Dulce Castillo.
Marshall frunció el ceño e hizo una mueca de desagrado con sus labios.
—Oh no puede ser...— murmuró sin poner atención a que la ardilla ya había tomado otro rumbo sin avisar. —El último lugar al que quería venir— dijo ligeramente molesto con un notable rubor en sus mejillas.
Alza vuelo dispuesto a irse y buscar a la ardilla, pero se sorprende a sí mismo en varias ocasiones tratando de ver más allá del muro, de ver del otro lado. Él quería ver a Gumball, pero la vocecita enojada y rencorosa en su cabeza le prohibía hacerlo.
Vuela lo suficientemente alto para poder ver ligeramente las torres del castillo, y trata de buscar rápidamente la ventana de su pelirosa amigo. La ansiedad y los nervios aparecen en su pancita mientras mira sobre el muro.Desvía la mirada al oír un gritito. Mira extrañado en varios lugares tratando de ver la fuente del grito infantil. Se queda estático en su lugar y trata de procesar la voz. No conocía a muchos niños, así que podía decir seguro que era la voz de Gumball, o al menos el timbre de voz con el que gritaba.
Aún confundido, se acerca más al muro y se asoma por más arriba, dejando a la vista el enorme patio con baldosas de colores que estaba en el Castillo. Pasea con la mirada por la explanada y detrás de una especie de almacén, donde hay un barril, está acuclillado el mayor, con su elegante coronita puesta, tapándose la boca como para no hacer ruido.
A Marshall le extraña aún más esta situación, por lo que decide cruzar el muro. Sí, fue una decisión muy poco meditada e impulsiva, pero Marshall estaba muy intrigado.
Vuela lentamente sobre el muro, tratando de no llamar la atención de nadie, pegado por el área con sombra, hasta el otro lado. Ya dentro de lo que abarca la zona del castillo, aterriza atrás de una bodega similar, y deja salir una bocanada de aire. Estaba nervioso y exhausto.
Ya detrás de la bodega, puede ver a su amigo más de cerca. El príncipe trae una bermuda rosa oscuro, tipo color vino, y una camisa tipo polo blanca, con un bolsillo donde a letra elegante le leía su nombre. Marshall sube la mirada de nuevo al rostro de Gumball, quien sigue ahí escondido y con la mirada de un lado a otro, como cuidándose de alguien que viniera. Marshall sigue confundido. Tiene ganas de acercarse pero no puede, y no está seguro de si es lo correcto.
—¡Gumbaaall!— se escucha un llamado, en un tono también infantil, pero más grave.
Marshall, a punto de salir de su escondite, se regresa y se queda pegado a la construcción, oyendo.
—¿A dónde se fue?— pregunta un segundo niño algo irritado.
—No sé, agh.— dice el primer niño que lo llamó y ambos sueltan una risa.
Marshall oye risas cercanas. Gira la mirada al barril.
Gumball está riendo a escondidas, aún tapando su boquita y con sus ojitos risueños y achinados mientras ríe evitando oírse.Marshall sonríe por dos razones:
a) Gumball, debe admitirlo, se ve endemoniadamente tierno de esa manera. Sus ojitos se ven adorables.
b) Finalmente entendía la situación: estaban jugando al escondite o algo similar. Probablemente eran los niños que Gumball había mencionando anteriormente... Pero, ¿cómo eran sus nombres? ¿Pino? ¿Pera? Marshall sonrió divertido. Era Pine. Y el otro, si no mal recordaba debía ser Kenneth, o algo similar.Después de todo, en algún momento debería tenerlos cerca, ¿no? Quería verlos, pero temía que lo vieran, así que prefirió ver a Gumball a ver qué hacía.
Cuando Marshall dirigió su mirada a Gumball, este último también dirigió la suya al primero, causando que ambos abrieran mucho los ojos, se sonrojaran y quedarán anonadados.
Gumball era el más impresionado. Las preguntas pasaban por su mente: "¿qué hacía aquí? ¿Desde cuándo? ¿Porqué? ¿Estaba molesto? ¿Qué planeaba hacer?". El sonrojo de Gumball sólo aumentó, causándole gracia a Marshall, que sonrió ladeado al ver a su amigo con esa expresión.
La sonrisa de Marshall comenzó a crecer, iba dirigida a Gumball, pero se interrumpió por las rápidas negaciones de cabeza que el mayor comenzó a dar. La sonrisa de Marshall se fue borrando.
Uno de los niños salió de la nada frente a Gumball, causándole casi un paro cardiaco al pelirosa. El otro niño aparece tras él, diciéndole algo de que se sabía esconder muy bien, y que regresaran a la "base" a jugar de nuevo. Marshall recorre a ambos niños con la mirada de pies a cabeza. Estaban bien vestidos. Los veía de perfil, y había varía diferencia de altura entre los tres. No eran feos. Eran bastante lindos y se veían simpáticos. De todas formas, ninguno de los dos era tan bonito como Gumball. Quizá no existía ningún niño tan bonito como Gumball.
Por si parte, el príncipe se sigue recuperando del susto, de todo. No les está poniendo atención a sus amigos porque sabe que tras ellos a unos metros está Marshall, que no sabe cómo llegó allí. Ocasionalmente Gumball le dirige miradas disimuladamente a Marshall, quien sigue observando a sus amigos. Cuando éstos se reían, Gumball lo hacía, sin saber porqué exactamente.
—De todas formas, Ken perdió, él cuenta.— dijo el que suponía Marshall que era Pine.
Gumball asintió. El chico mayor, que lo sostenía del brazo, comenzó a jalar de él para volver a su juego.
—Odio perder— dijo Ken, y tomó la mano libre de Pine, entrelazando sus dedos.
Pine sólo le dirigió una mirada fugaz —Aprende a esconderte mejor— le sonrió ladeado.
Marshall veía la escena sin expresión alguna en su rostro.
Gumball les decía que siempre ganaría, el juego estaba hecho para que él lo ganara, y sus amigos respondían diciendo que era muy engreído, mientras reían.
Comenzaron a caminar a la base del juego, mientras Marshall los veía alejarse.
Antes de que salieran corriendo, Gumball le dedicó una mirada más al pelinegro a sus espaldas y le sonrió ligeramente. Con su mano libre, hizo una señal que daba a entender "luego" o "más tarde".
Marshall lo vería más tarde. Marshall estaba hasta cierto punto feliz.
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Feliz navidad❤️🎅🏿Gracias por todo, me encantan.
Capítulo para @SatinNeko que me cae bien :v
Me nominaron a dos tags o retos o como sea y voy a nominar a algunas personas de aquí porque me gusta hacerlos sufrir (?)😈
Damn Adriana! Back at it again with actualizar a las dos de la madrugada.
Bye 🦃
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Marcas de amor ✧ Gumshall
FanficEl primer encuentro de Marshall Lee y el príncipe Gumball se da cuando ambos son apenas unos pequeños de 7 y 8 años, respectivamente. Luego de un incidente para ayudar al mayor, éste queda con unas pequeñas marcas alrededor de su cuello. Y ambos ni...