¿Cómo sabes si lo amas?

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Dedicado a:
@-TheNewYellow- porque me llena de ternura y es un encanto❤️

Nunca estoy muy consiente de si repito imágenes, así que lo siento ):
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Hacía dos semanas que Marshall y Gumball no se veían.
Se sentían tan vacíos. Aburridos, desesperados, se extrañaban.

Marshall estaba molesto, muy, muy molesto. Pero estaba triste. Muy, muy triste. Gumball había sido su primer amigo en toda su vida, y no lo había disfrutado mucho tiempo. Ahora no tenía con quién hablar, jugar o disfrutar su infancia. Ahora no tenía planes de vida, básicamente. Todo eso de esforzarse por entrar en la escuela de Gumball, mejorar su técnica de dibujo para él, aprender a convivir con más niños y esforzarse en matemáticas para él ya no importaba para nada, ya nada de eso le era útil.

Pero, de nuevo, Marshall estaba molesto. Marshall había depositado todo su cariño y su dedicación en ese niño, que de repente comenzó a actuar menos como su amigo y las críticas (aunque no fueran directas) hacia él, se volvieron más constantes y fuertes. Marshall nunca ofendió a Gumball, ¿porqué Gumball lo ofendería a él? ¿Con qué derecho?

Incluso se sintió usado. Cuando pensó en eso, Marshall lloró. ¿Usado? "Podría ser" pensó. Le hablaba bonito, jugaban bien, le presentó a sus amigos, lo acariciaba, lo abrazaba, lo hizo sentir especial, lo hizo darle una parte de su corazoncito, incluso se atrevía a decir que se lo robó todo, el cariño que Marshall sintió por Gumball era tan grande, tan puro y tan sincero..., y luego, sin más, comenzó a decirle cosas feas, a tratarlo mal, a hacerlo sentir mal, y luego, se fue, o lo echó, o algo así. O algo así.

A la par, se cumplían dos semanas de que Marshall empezó con esta nueva rutina que su padre le puso, y aunque al principio estaba rénego, conforme pasaban las noches se fue acostumbrado de mala gana.

Ni siquiera puede pensar en la primera vez que tuvo que probar otra sangre. Por la mente le pasó un pensamiento donde decía que estaba engañando a Gumball, pero al notar que no dejaba de pensar en el príncipe, se puso de mal humor.
Su papá estuvo con él mientras por primera vez enserio probaba sangre, sin tener que pedir favores o conocer a un príncipe bonito. Ahora había estado frente a una vaca. No era bonita. No sabía igual.

Vio a su papá atacar a un granjero que dormía ceca de su sembradío. Se rió al ver la reacción del hombre anciano. Tardó al menos veinte segundos en darse cuenta de que no era un mosquito.

Lo aceptaba, a veces no la pasaba tan mal. A veces se divertía. Se sentía más cercano a su papá, y eso se sentía bien. A veces, sólo a veces, lograba dejar de pensar en el pequeño pelirosa.

•••

Ya era un mes desde su último encuentro. Aún pensaban en el otro muchas veces todos los días.

—Extraño a Marshall —murmuró Pine en el recreo. Estaban comiendo en las mesas. —Extraño comer en la arboleda— mordió su sándwich de mala gana.

—Extraño comer de tu sándwich— lo miró Kenneth.

Pine le estiró los trozos de pan con jamón y queso y dejó a su amigo morder, luego él dio una mordida a su propio alimento.

—Mmm, gracias. Está delicioso— comentó con comida en la boca, causándole gracia a Pine.

Gumball no los observaba, tenía la mirada perdida en los niños jugando a lo lejos y masticaba lento, lento.

Marcas de amor ✧ GumshallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora