He recuperado el texto que escribí aquella misma noche, lo tenía bien guardado entre muchos otros proyectos que nunca llegué a terminar:
"...Estaba en un camping a las afueras. No había luz, ni contaminación lumínica. Vi las estrellas más brillantes y grandes de mi vida y me puse a mirarlas. Me puse a mirarlas y observarlas y les dije a todos: "mirad las estrellas, miradlas".
Y las miraban, pero nada más, ¿realmente las veían? A los chicos solo les importaban las chicas y a ellas beber y pasarlo bien. En fin, las estrellas estaban ahí y sólo yo las apreciaba y por eso pensé en el poder de apreciar lo que ya nadie aprecia.
A veces se acercaba alguien a preguntarme que me pasaba y trataba de explicarle alguna cosa, pero la gente no prestaba mucha atención. Yo les decía:
"Esas de ahí, son el cinturón de Orión que se alinean con las pirámides de Guiza. Esa de ahí es Alfa Sirio o Polaris, la constelación de la Osa menor, Orión y Betlehem".
Esas son las que localicé, pero les daba igual y no les juzgo por ello, no es culpa de ellos.
Lo que pasó fue que todos se fueron adentro y me pidieron que fuera con ellos, y después de un rato fui. Pero una vez dentro, una vez dentro me sentí enormemente encerrado, enjaulado.
Es triste, ves que los demás no piensan como tú y te sientes asocial y diferente. Incluso llegas a tomarte por alguien raro, soy raro –pienso- pero eso no es algo malo, es algo bueno. Los diamantes son raros.
...Y me sentía enjaulado porque no estaba haciendo lo que en ese momento deseaba. Y de pronto deseaba estar fuera viendo las estrellas, pero hay mas, deseaba hacerlo descalzo para estar en contacto con la Tierra, y así lo hice. Me fui fuera descalzo y acababa de llover. Me subí la parte de abajo de los pantalones hasta las rodillas y contemplé el cielo. Nadie me vio. Luego comenzó a lloviznar y me quite la camiseta. Nunca me había sentido tan vivo.
Empecé a pensar que Ptolomeo, Copérnico, los Griegos, los Romanos y mucho antes que eso los Egipcios y culturas todavía más antiguas, hace diez mil años veían precisamente eso y estudiaban eso y sus vidas se basaban en eso. Mayas, Aztecas y sus calendarios, el zodiaco...
Vi a la humanidad en las estrellas... Ese pensamiento de tener algo en común con una persona de hace miles de años. Saberse tan pequeño, tan frágil ante la inmensidad del universo... Es todo tan grande, y a la vez tan pequeño...
Hacia un frio tremendo y ni siquiera lo sentía. Sentía todo lo demás: las gotas, la brisa y las estrellas. El suelo bajo mis pies descalzos. No sabes... finalmente y no me da vergüenza decirlo, lloré, pero estaba muy feliz, en éxtasis.
Entonces, poco a poco me relajé y regresé a la normalidad.
Estaba la chica que me gusta y en ese momento me apetecía estar con ella. Pero antes pasó una estrella fugaz, cuando ya me iba. No creo en estas cosas, pero aquella vez se cumplió.
Lo peor es que le conté lo de la estrella y no sé si me creyó... no pasa nada, pero es verdad. Sólo fue casualidad pienso.
El mundo es un sin saber. No pienso que yo le pidiera algo a la estrella fugaz, ¿cómo iba a pedirle algo a un montón de polvo cósmico? Eso es absurdo, sin embargo, me gusta pensar que ella me lo pidió a mí. Me gusta pensar eso. Que ese pensamiento me dio fuerzas para hacer lo que debía hacer.
Miré las estrellas y vi lo mismo que vieron Copérnico y Ptolomeo, que vieron Romanos y Griegos e incluso Egipcios y culturas más antiguas todavía. Vi a la humanidad en las estrellas y me supe pequeño y frágil frente al universo. Es curioso porque me invadía una gran sensación de poder".
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TODOS LOS RECUERDOS QUE TENGO DE TI (CARTAS REALES)
RomanceHola, mi nombre es Jack D. y soy escritor, pero vengo aquí con el alma desnuda y el rostro cubierto para escribir las memorias de mi primer amor tal y como yo las recuerdo. No pretendo con ello hacer literatura, si no te gusta mi historia puedes i...