III (*)

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N/A. SI ESCOGISTE ESTA OPCIÓN, LA IDEA ES QUE NO VAYAS A LEER LAS OTRAS OPCIONES Y TE QUEDES CON ESTA.

La idea es que sean honest@s.

Recuerden, la curiosidad mató al gato.

Pero el gato murió sabiendo.

De qué le sirvió si ya está muerto? :)

Gracias:3

Disfuta!

Me decidí por ir hacia el director.

Era algo de suma importancia, tenia que hablarlo con él.

No podía quedarme callado al ver un alumno casi suicidarse. El director podía tomar medidas y hablar con la chica.

Sí, estaba haciendo lo correcto.

Qué si esa chica tenía problemas?

Y si es su hija, debería ayudarla.

Veo a las dos chicas de antes caminar al frente mío. Le toco el hombro a la mayor. La rubia se gira.

Siento un frío en mi espalda. Su mirada es fría.

-Emm... Disculpa, soy nuevo aquí así que no conosco mucho la escue-

-Oh, bienvenido!! - La pequeña me extiende su mano.

Que tierna es.

-Muchas gracias - Apreto su mano.

-Lamento no haberte saludado antes, pero no te había visto. Lo siento!

-No lo viste porque te quedaste dormida en clase - Dice la rubia.

-Oh... Es verdad - Ella se rasca la cabeza.

-Bueno, que ibas a decirme principalmente? - Responde la rubia.

-Dónde está la oficina del director?

-Está en el edificio del medio, subes al segundo piso y verás dos puertas gigantes y elegantes. Asegúrate de golpear y luego, cuando se abran, entras. Entendiste?

-Sí, muchas gracias!

-No hay de qué - Sonríe.

Las paso y camino hacia el segundo edificio. Entro al edificio.

Observo sus detalles. Al parecer aquí se encuentran todos los servicios.

Luego de vagar por un rato, al fin encuentro las escaleras. Las subo. Cuando llego al segundo piso, encuentro las dos puertas gigantes.

Wow.

Sí que son grandes.

Trago saliva y golpeo la puerta delicadamente. Mi golpe hace eco.

-Qué desea?

Me sobresalto al escuchar una voz a mi derecha. Veo a mi derecha, hay un timbre.

-Eh...yo... - Trago saliva - P-Puedo hablar con el director?

-El director está ocupado en estos momentos. Por favor, regrese mañana.

-Es urgente, por favor.

-Por favor, regrese mañana.

-Es sobre su hija.

Un silencio incómodo se genera en el pasillo. Puedo oír mi corazón latir.

-Pase, por favor.

Se escucha un click, luego las puertas se abren. Entro lentamente. La sala era bastante espaciosa como para ser una oficina. Un gran escritorio estaba al frente mío.

Puedo observar a un hombre sentado en una silla detrás del escritorio.

-Por favor, toma asiento. - Por su voz, no puede sobrepasar los 30 años.

No había visto un director tan joven.

Me dirijo al escritorio, que me toma unos 15 pasos. Me siento en una silla bastante agradable y elegante.

Ahora, puedo observar mejor al director.

Era pálido y su cabello era negro. Tenía un parche en el ojo derecho, al igual que su hija.

Sí que eran parecidos.

-Se te ofrece un café? O un té? De manzana? Durazno?

-N-No, muchas gracias señor.

-Llámame Yami, pero tratame de usted. Está bien?

-Bien.

-Bueno - Se sirve café - De qué querías hablar?

-Vengo a hablar acerca de su hija.

-Hikari. - Él suspira.

Un corto dolor de cabeza me invade por un momento.

-Así es.

-Qué ha hecho de nuevo?

De nuevo?

-Bueno... Es algo difícil de tratar... - Comienzo a sudar frío. - Ella hoy... Trató de suicidarse...

El director me mira sin ninguna expresión.

De tal palo tal astilla.

Escucho que las puertas se abren. Me giro y veo hacia las puertas. Abro los ojos como platos.

Hikari había entrado a la sala.

Ella me mira, sin ninguna expresión. Luego mira a su padre y camina rápidamente hacia la puerta derecha. (No me había percatado que había una)

Vuelvo a observar al director.

Apreta su puño fuertemente. Cierra sus ojos y luego sonríe, soltando una risita.

-No te preocupes por eso. Yo hablaré con ella. Me aseguraré de que no lo vuelva a hacer. Está bien?

Esa es su respuesta?

De verdad?

-Um... Está bien.

-Bien. Puedes marcharte - Me sonríe.

Asiento y me levanto. Me giro y camino hacia las puertas. Estas hacen click. Abro una de las puertas, pero el director me detiene.

-Procura no acercarte mucho a ella, Hikaru.

Abro mis ojos como platos y trago saliva. Asiento y salgo de la sala.

(...)

Llego a mi habitación. Daniel aún no llegaba. Decido darme una ducha.

Saco mi pijama que es un short holgado y una sudadera, junto con una toalla de mi maleta.

Me dirijo al baño. Me desnudo y doblo mi uniforme para mañana.

Abro el agua caliente. Los vidrios y espejos se evaporan. Ahora es cuando me meto al agua.

Me ducho lentamente, relajandome y disfrutando el agua.

Salgo de la ducha y seco mi cuerpo. Me coloco mi pijama y luego seco mi cabello. Lo dejo despeinado.

Tomo mi uniforme y dejo la toalla colgada. Salgo del baño. Veo a Daniel ordenando las cosas de su maleta en su armario.

-Como lo supuse, tú te estabas duchando.

-Sólo compartimos habitación los dos, qué esperabas?

-Ah, es verdad.

Ruedo los ojos y ordeno las cosas de mi maleta en mi armario.

-Iré a ducharme! - Daniel entra al baño.

Asiento. Estaba cansado. Y para variar, mañana teníamos a primera hora educación física. Necesitaba descanzar si quería dar todo de mí mañana.

Maldito instituto.

Mi ángel (HISTORIA INTERACTIVA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora