XII (*)

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-Escucha, Hikaru, deberás quedarte con estas personas un tiempo, si?

Mi mirada está perdida, la imagen de mi madre no sale de mi cabeza.

Carmesí

Carmesí

Carmesí

-Hey, Hikaru. Soy Lily. Tu madre adoptiva. - Ella acaricia mi cabello. Yo sólo juego con el elástico de mi polerón.

-Y yo tu padre adoptivo. Bryan. - Toca mi hombro.

-Váyanse. No los necesito. No necesito a nadie a mi lado. Puedo vivir por mi cuenta.

-No, no puedes.

-Si mi madre ya no está a mi lado, no necesito a nadie más.

-Han pasado años, y no puedes olvidarlo. Te ayudaremos a eso.

-No lo olvidaré. Jamás.

-Lo harás.

A lo largo del tiempo, pude ser un chico un tanto feliz. Pude, dejar de tener esas tormentosas pesadillas, por lo menos. Mis padres decidieron mandarme a ese instituto.

Dijeron que podía hacer amigos y olvidarme de todo esto. Mis notas eran bajas, así que tenía que estar obligado a estudiar. Además debía sacar una carrera.

Mi madre quería que fuera médico.

Pero madre, odio el carmesí.

No sabía que las intenciones de mis padres adoptivos era jugar otro juego.

Ya he escuchado su nombre, madre.

Y esta vez, ganaré el juego.

Despierto bruscamente. Estoy tirado en el suelo. Mi cabeza duele. Siento el piso húmedo. Comienzo a sentir frío. Me siento en el suelo, no veo mucho. Mi vista está borrosa.

Froto mis ojos. Un olor metálico invade mis fosas nasales. Cuando recupero la visión, abro los ojos como platos.

Carmesí

Carmesí

Carmesí

Por todas partes.

Veo delante mío. Hay una cabeza. Los ojos están repletos de gusanos, junto con la boca. La pateo involuntariamente.

Un grito desgarrador sale de mi garganta. Retrocedo bruscamente. Mis manos se sienten húmedas. Las observo. Estaban pintadas de carmesí.

Retrocedo bruscamente. Me levanto rápidamente y corro. Corro lo más rápido que puedo.

Quiero huir.

Tiene que ser una pesadilla.

Corro. Abro de una patada una puerta. La cierro bruscamente. Me apoyo en ella y me deslizo hasta sentarme en el suelo.

Levanto la mirada.

El juego ha empezado.

Sólo hay una opción.

O tú ganas, o yo gano.

Esta vez no te diré, Vive, Hikaru.

Lo siento. Tienes razones para matarme, aunque no las sabes.

Haré que juegues justamente.

Yo maté a tu madre. Yo lo hice.

Ahora ven, y cumple tu misión.

-Hikari.

Las letras de la pizarra estaban escritas con sangre. Mi respiración es acelerada.

No, no puede ser posible.

Si vuelves a escuchar su nombre, sabrás que otro juego ha empezado.

La voz de mi madre resuena en mi cabeza.

Ahora lo entiendo.

El verdadero juego ha empezado.

Me levanto. Me sostengo de una mesa, aún no me recuperaba bien.

Es ella, o yo.

-Lo que sé, Hikari, es que no moriré. No perderé el juego.

Ahora comprendo todo.

Hikari ha estado asesinando a todas esas personas. Quería hacerlas partícipe del juego. Todo sea para ganar.

Bastante astuta, Hikari.

-Trata de intimidarme?

Ella tiene aliados bastante fuertes. Debo protegerme de alguna manera. No quiero herir a nadie, pero son ellos o yo.

Miro a mi alrededor. Veo algo brillante en el escritorio de profesores. Me acerco.

Hay una arma de fuego, con una nota a su lado y una katana.

Usa esta arma de fuego y esta katana. Con esto asesiné a tu madre.

Créeme, lo haré.

Tomo las armas. Guardo la de fuego en mi pantalón. La katana la cuelgo en mi espalda.

-Bien... A comenzar el juego.

Salgo de la habitación. Al parecer, soy el único. Aunque, esa idea la descarto rápidamente. El instituto era demasiado grande, podría estar en cualquier parte.

Camino lentamente, a mi ritmo, a lo largo del pasillo. El olor me marea terriblemente, pero debo seguir. Tengo que ser partícipe de su juego.

Unos sollozos hacen que me detenga. Me acerco. Provienen de una de las salas. Entro a la sala. Los sollozos inmediatamente se detienen.

Avanzo lentamente. Miro a mi alrededor. No hay nada. Veo que hay un estante. Avanzo hacia éste. Tomo mi pistola y la cargo. Abro el estante rápidamente y apunto.

-No!! Por favor!! - Había una chica de primaria dentro.

-Hey, no, no soy malo. - La observo. Ella está temblando. Me acerco a ella lentamente.

-No te me acerques!! Aléjate! No me hagas daño!!

-Tranquila, no puedes estar sola con una loca suelta. Ella te hará daño. No puedo dejar a una pequeña sola. No te haré daño, lo prometo.

-Las promesas son sólo palabras!! No existen!! - Grita asustada.

-Hey, calma. Te ayudaré. Yo estoy en busca de esa asesina. Pero antes, tengo que sacarte de esta escuela. Es peligrosa. Ven conmigo, por favor. Qué hago para convercerte de qué no soy una mala persona?

Ella levanta su mirada.

-Y-Yo... N-No lo sé... S-Sólo he visto a malas personas por aquí.

-Pues yo no soy una de ellas. Ven, sólo quiero sacarte de aquí. No deberías estar sola aquí.

-M-Mataron a mi a-amigo... - Dice temblando - Él s-se sacrificó p-por mí...

-Wow. Eso fué muy valiente de su parte. - Ella asiente - Lo vengaré, pero para eso necesito tu ayuda.

-L-Lo harás?

-Sí. Sólo si estás dispuesta a ayudarme.

-Bien. Qué tengo que hacer?

-Venir conmigo. Yo te protegeré.

Ella sale de su escondite. Le extiendo mi mano. Ella duda un rato, pero finalmente, acepta.

-Salgamos de aquí.

Mi ángel (HISTORIA INTERACTIVA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora