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-Dónde está Daniel?

-Fué a darse una ducha. Despertó hace poco.

-Bien. Agh, no tenemos aspirinas?

-Me parece que no. Tendremos que ir a buscar a enfermería. Vamos.

-Pero no nos dejan salir. Cómo piensas ir?

-Hay gente merodeando a los alrededores, vigilando que no salgamos. Sólo hay que evitarlos y ya.

-Suena fácil, pero hacerlo no lo es.

-Claro que lo es. Los estuve observando por un buen rato. Tienen un patrón de aparición, claro que no dejan ningún lugar sin vigilancia. Tenemos que ir escondiéndonos.

-Y si nos pillan? No vale la pena ir sólo por unas pastillas. Me quedaré en cama.

-Quieres saber porqué no nos dejan salir o no?

-Mm... La curiosidad mató al gato.

-Pero el gato murió sabiendo.

-De qué le sirvió si ya está muerto?

-Alivió su curiosidad. Te basta?

-Tch. Bien, vamos.

Salgo de la cama. Estaba durmiendo con la ropa del instituto. Arreglo mi cabello un poco. Haru abre un poco la puerta.

-Shh... Hay un hombre afuera. Vas a seguirme. Tiene que ser rápido, bien?

-Bien.

-Ahora!

Salimos corriendo pero un poco agachados, nos escondemos rápidamente detrás de una planta.

-Tenemos que quedarnos aquí hasta que se haga el intercambio.

-Nos tomará mucho tiempo?

-Nada, ahora!

Corremos escaleras abajo, rápidamente. Llegamos a la cancha. Corremos rápidamente hasta el otro edificio, donde se escuentra la enfermería. Nos apoyamos en una pared.

-Quédate quieto. Están muy cerca. - Asiento - No puedo hablar. Alzaré mi mano. Cuando lo haga, nos escondemos detrás de ese escritorio, bien? - Asiento.

Haru alza su mano. Salimos corriendo y nos escondemos detrás del escritorio.

-Bien, la enfermería está por allá. Ahora sólo hay que ir.

-Y qué si hay alguien?

-Eso déjamelo a mí. - Frunzo el ceño - Ahora!

Salimos corriendo hacia la enfermería. Cuando entramos, cierro la puerta rápidamente. Me giro, Haru le dá una patada super alta en la cara a lo que parecía ser un vigilante. Éste cae al suelo, como saco de papas.

-Haru que hiciste?!?!

-Calma, dejaré estos libros pesados sobre su cara y uno al lado de su mano. Así se vé como si todo fuera casualidad.

-Cómo hiciste eso?!?!? Eres demasiado flexible!!!

-Lo sé, no me lo recuerdes. - Saca una caja de un estante - Ten, estas son las aspirinas. Tómate dos con un vaso de agua de allí.

-Gracias.

Saco dos aspirinas y las coloco en mi boca. Coloco agua en el vaso, para luego beber y tragar las aspirinas.

-Lleva todo lo necesario de aquí. Seguro lo necesitarás muy pronto.

-Podrías dejar de hablar de esa mane-

Mi ángel (HISTORIA INTERACTIVA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora