VII (-)

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Dejo todo lo de mi mochila en mi casillero. Lo cierro, Daniel está al lado del.

-Maldición Daniel! Me diste un susto de muerte! - Toco mi pecho, regulando mi respiración.

-Uh... No era mi intención... Lo siento...

-Sé más cuidadoso la próxima vez...

-Sí... Lo tomaré en cuenta. Y qué dices? Vas a la piscina?

-Piscina?

-La abrieron ayer en el instituto. El club de natación limpió la piscina. La están dejando abierta.

-No. Es una pérdida de tiempo. - Me dirijo al edificio donde se encuentran nuestras habitaciones.

-Para ti todo es una pérdida de tiempo - Él bufa.

-Mm... Quizás.

-Vamos Hikaru!! Diviértete por lo menos una vez!!

-No.

-Por favor!

-No.

-Pero...

-No.

-Hika-

-Ya te dije que no.

-Ah! Que aburrido eres - Daniel hace un puchero.

-Sí, lo soy.

-No será que prefieres estar con Hikari? - Me detengo.

-Eres idiota o qué? - Daniel ríe.

-Estás sonrojado!

-No lo estoy.

-Lo estás! Así que así lo prefieres! - Él ríe más fuerte.

-Controlate, no quiero que piensen que estoy con un loco.

-Hey! - Sonrío.

Abro la puerta de nuestras habitaciones. Al entrar, me detengo de inmediato.

-Ah, ustedes son mis compañeros de habitación.

-Quién eres tú? - Pregunto.

-Me han cambiado de habitación. No sé por qué, pero bueno. Mi nombre es Haru.

Era un chico de cabello grisáceo azulado largo y de raro peinado. Tenía una mirada fría y cansada. Su mirada era parecida a la mía. Hablaba fríamente. Llevaba sólo una camisa y jeans. Estaba fumando un cigarrillo.

-Y sus nombres son?

-Hikaru - Respondo.

-Daniel... - Murmura.

-Bonitos nombres. Llevemonos bien, no? - Lo miro dudoso. Él estrecha su mano.

Dudo un momento, pero acepto su mano. Daniel también.

-Bien. Eso es lo que todos hacen al conocer a sus compañeros.

-Sí.

-Um... Yo... Iré a comprar algo para comer. - Dice Daniel. Veo que está nervioso. Frunzo el ceño.

-Comprame algo a mí también, por favor. Un flan de matcha estaría bien. Tú quieres algo Hikaru? Yo invito.

-Me gustaría un café de matcha, gracias.

-Bien. Aquí tienes el dinero Daniel. - Haru le entrega el dinero.

Daniel sale de la habitación.

-También te gusta el matcha, eh? - Dejo mi mochila sobre mi cama y me siento en ella.

-Sí. Quieres? - Él me ofrece un cigarrillo. Tomo uno. Se acerca a mí y enciende mi cigarrillo.

Levanto la vista.

Sus ojos eran de color verde, y eran bastante bonitos.

Él era un chico... bonito.

Había visto a varios chicos bonitos en mi vida. No guapos, bonitos.

-Listo. - Se sienta a mi lado. Le doy una calada a mi cigarrillo. - Cuántos años tienes?

-16, tú?

-15.

-Y te colocaron en la misma habitación que nosotros?

-Sí. Me cambiaron de habitación, y no sé la razón. Pero bueno, el director es raro también. Lo has visto alguna vez? - Le dá una calada a su cigarrillo

-Sí, fuí a su oficina. Él... dá miedo.

-Su mirada, más que nada.

-Así es. Es idéntico a su hija. - Lo miro.

-La conoces?

-Sí. La he visto variadas veces. Has notado los cortes en sus brazos?

-Qué?

-Sí que eres un mal observador. Basta con que se le suba un poco la manga del chaleco, para ver sus muñecas. Y esas marcas. - Puedo verlo sonreír.

-He hablado con ella, pero nunca había notado sus marcas.

-Ya te dije, mal observador. Debes ser más detallista. - Le dá otra calada a su cigarrillo.

Cortes?

Por qué?

-Mañana irás a la piscina? Sería divertido ir un rato.

-No pi-

-"No pierdo mi tiempo en esas estupideces". Eso no se llama perder tiempo muchacho. Eso se llama ser idiota. Te niegas a ti mismo un tiempo donde puedes divertirte un momento. Quieres que tu corazón siga frío. Eso es ser un idiota, un completo idiota.

-Tú no sabes nada. No sabes mi vida. - Entrelazo mis manos y bajo la mirada. Aprieto el cigarrillo con mis dientes.

-Sé más de lo que tú sabes. Sé más de lo que crees.

-No sabes nada!! No sabes lo que he tenido que soportar!!! - Él ríe.

-Tú no sabes nada. No sabes lo que es la vida. Sólo te enfocas en tu pasado tormentoso y no te atreves a salir de él. Idiota. - Él se levanta - Iré a darme una ducha. - Tira el cigarrillo al basurero.

No se cuándo, pero ya estaba llorando. Sentía mis cálidas lágrimas caer por mi mejillla. Las sequé de inmediato.

Qué había sido eso?

Me siento en el suelo, apoyando mi espalda en la cama. Todos esos fuertes recuerdos volvieron a mí. Podía escuchar todos los gritos, aquellos gritos desgarradores que salían de mi garganta.

-No es que sea un idiota... Si me libero de mi pasado, no sería yo, no sería quién soy ahora. Estoy hecho de odio, y no dejaré que ese odio se vaya de mí. No me liberaré de mi pasado, no dejaré que mi persona se vaya.


Mi ángel (HISTORIA INTERACTIVA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora