VI (-)

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-Hikaru, nadie puede saber de esto.

-Estás en peligro!! Qué quieres que haga??? Que me quede de brazos cruzados? Ni lo sueñes! - Retiro mi muñeca fuertemente de su agarre.

Inmediatamente, Hikari golpea mi estómago con su rodilla. Suelto un gemido y sujeto mi estómago.

-Esto te pasa por meterte donde no te corresponde. - Ella se levanta. -Esto es mi problema y yo sabré como solucionarlo, sin terminar muerta. Me oíste? No quiero que vuelvas a entrometerte en mis asuntos. Si me ves en peligro, sólo déjalo. No saldré muerta de aquí. Entendido?

Levanto la mirada. Hikari me observa con una escalofriante expresión en su cara. Veo que me ofrece su mano para levantarme.

Es increíble que vaya a decir esto.

-Entendido - Acepto su mano y me levanto. Estoy en frente de ella y me percato de algo.

Ella es bajita, le pasaría por unos siete centímetros.

Ella acerca su mano a su herida, pero la detengo de inmediato.

-No lo hagas. Puedes tener las manos sucias y se te podría infectar. Eso sí sería un problema.

Saco de mi bolsillo mi pañuelo. Remuevo la sangre de su herida con mi pañuelo. Ella abre un poco su boca y sus ojos.

Creo que está sorprendida.

-Listo, ya está. - La miro a los ojos.

Dios, creo que voy a morir.

Ella está sonrojada, y por su palidez se nota bastante. No puedo evitar soltar una risita.

-Eres tierna - Ella me mira a los ojos.

-No sé si debería darte las gracias o golpearte.

-La verdad, tampoco lo sé. -Ella baja la mirada, junto con su cabeza.

-Tu pañuelo.

-Qué tiene?

-Está con mi sangre. No creo que te guste tener un pañuelo con mi sangre.

-No, está bien. Luego lo lavaré.

-Si tú lo dices.

Ella se dirige hacia su bolso. Lo toma y luego se dirige hacia las escaleras. En ese instante, ella suelta un quejido y pierde el equilibrio. Logro tomarla de la cintura. Ella se sujeta de mi pecho.

-Auch - Murmura.

-Es cierto, tu tobillo está dañado.

-Está bien, puedo caminar.

-Pero lo que no puedes hacer es ir con un calcetín con sangre.

-Yo me las arreglaré.

-Pero...

-Prometiste no entrometerte. - Me dedica una mirada rápida

-Tienes razón. Lo siento.

La suelto. Ella se gira, e inmediatamente al dar un paso, pierde el equilibrio de nuevo. Logro sujetarla.

-Maldición. - Murmura.

-Déjame ayudarte.

Ella pasa un brazo por mis hombros. Sujeto su cintura. Caminamos lentamente hacia una banca que está aquí. Nos sentamos.

-Déjame ayudarte con eso.

-Bien.

Me inclino en frente de ella. Saco con cuidado y delicadeza su pequeño zapato, junto con su calcetín, el cuál estaba cubierto de sangre.

Abro los ojos.

Tenía un corte profundo, y no dejaba de sangrar.

-Esto necesita atención, es profundo.

-Claro que no. Sólo apreta la herida con mi pañuelo.

Ella me entrega su pañuelo, que era de color blanco y delicadamente bordado. Lo coloco en la herida.

-Mantén presionada la herida. - Ella asiente.

Me quito mi polerón y luego el jumper, ahora quito un buen pedazo de mi camisa, lo suficiente para envolver la herida.

-Te retarán - Murmura Hikari.

-No me importa.

Envuelvo la herida y apreto fuertemente la herida. Hikari suelta un quejido, para luego suspirar.

-Listo. - Me siento a su lado.

-Se me será difícil caminar así. Maldito Jundo.

-Te refieres a Akuma?

-Su nombre real es Jundo. Se hace llamar Akuma para ocultar su pasado.

-Por qué... Te atacó?

-Quiere matarme. Al igual que otras personas de aquí.

-Qué? Debes decirle al director!! Es tu padre!!

-Él está consciente de eso. Él contrató a Akuma.

-Pero... Por qué?

-Es una larga historia, de familia. Sólo me aseguraré de algo, saldré viva de aquí.

-Pero...

-Ya sé como hacer eso. - Su mirada está perdida en el suelo. -Es la única forma.

-Y cuál sería?

-Lo sabrás pronto, cuando llegue el día. No falta mucho. Ya lo he puesto en marcha.

-Así que... estás en peligro.

-Eso creo.

-No sé qué hacer Hikari. Están intentando matarte!! Debería llamar a la policía...

-Haces eso y juro por mi madre que te mato. Aquí mismo y ahora.

-Sé que eres capaz, así que no lo haré.

-No lo entiendes. Estaba destinada a pasar por esto. Todo fué culpa de mi padre. Pero a mi corta edad lo entendí, tenía que seguir la maldición.

-Hablando de tu madre, dónde está ella?

-Muerta. - Responde fácilmente.

-Oh... yo... Lo siento.

-Está bien. Aunque ella no lo merecía, lo hizo por mí. Y se lo agradezco, aunque no me haya podido salvar en lo absoluto.

Esta chica oculta bastantes cosas.

Se parece bastante a mí.

-Lindo polerón. -Murmura.

-Lo es. Es bastante especial para mí. Me lo dió una persona querida, aunque, me creerás que no recuerdo quién?

-Vaya. -Ella me mira. -Por qué estás haciendo esto por mí?

-Qué cosa?

-Curarme la herida, evitar que Jundo me dejara ciega, protegerme. Me salvaste de que me suicidara... Aunque eso debía pasar... -Susurra lo último, pero logro escucharla.

-Es lo que cualquier persona haría, no?

-Quizás. Sabes? Tienes una misión aquí.  Olvidaste todo tu pasado para volver a recordarlo aquí,  y salvarme.

-Salvarte?

-Es tu misión encontrar la manera de salvarme.

-Espera... Salvarte de qué?

-De lo que pronto pasará, Hikaru, muy pronto.

Mi ángel (HISTORIA INTERACTIVA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora