Capitulo 15: Noche De Confesiones

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La fría noche de diciembre, junto con las bellas luces en las calles de Londres, hacia la escena más romántica de todas. Volteo a ver a mi izquierda, el va manejando tranquilamente, mientras yo por un lado siento que mi corazón se me va salir de la boca. Enfoco mi vista de nuevo hacia la ventana, suspiro con pesadez, me siento tan incómoda en estos momentos como si algo hiciera presión en mi pecho, como si fuera una advertencia sobre algo que pasara. ¿Sera aquella llamada? En realidad seguía con ese mal sabor de boca, tengo miedo de que algo malo pase, algo que me separe de Roger.

—¿En que piensas? —la voz de mi amado me saca de mi profundo trance, veo que se detiene en una luz roja y voltea a verme. Lo miro y no encuentro las palabras correctas para decirle lo que pienso en estos momentos, no es nada fácil para mi decirle todo lo que me ha pasado en todo el día. ¡Fácil! Escuche hablar mi subconsciente. ¡Una psicópata me llamó, me puso no directamente una amenaza, mañana en la noche tomare un vuelo hacia Madrid y eso hará que no te vuelva a ver nunca más! No es para nada fácil, no quiero irme, no quiero alejarme de el y mucho menos que alguien nos separe.

—Lizzy —me llama de nuevo su voz, lo miro una vez más y su ceño luce ligeramente fruncido, como si tratará de entender que era lo que ocurre conmigo— ¿Te sientes bien?

En sus ojos había algo de preocupación, creo que yo soy su preocupación.

—Estoy bien —contesto. 

 —Te noto muy seria, desde que termino el concierto —dijo en voz baja pero con tono delicado que lo adornaba. 

 —No es nada —finjo una pequeña sonrisa— todo esta bien.

Me sigue observando, analizando cada facción mía. No me cree y eso lo tengo muy en cuenta. Exhala despacio, se acerca a mi y deposita en mi mejilla un casto beso y emprende el viaje. Lo único que podía hacer era quedarme callada y seguir mirando por la ventana, tratando de aliviar mi tensión. 

Al paso de unos veinte minutos de silencio incomodo, cruzamos por un vecindario, las casas eran muy lindas al igual que los jardines tan verdes y llenos de vida, las luces adornando las calles, todo era tan tranquilo y familiar, siendo aun así de noche la vista era muy preciosa. El carro se detiene enfrente de una casa con rejas negras, tenía una apariencia rustica, demasiado hermosa, junto con un bello jardín.  Lo observo tan maravillada, me recuerda a la casa de mi madre en Madrid, aun sigo recordando mis tardes libres, en las cuales siempre me quedaba en el jardín plantando rosales, siempre los cuidaba a la perfección, lamentablemente deje de cuidarlos cuando entre a la Universidad, las pocas veces que iba a ver a mi madre y me encontraba con mis rosas estas terminaban secas. 

—Tienes un jardín muy bonito—digo aun sin despegar la vista de la ventana. Volteo a verlo sonriendole.

—Gracias, al parecer te gustas ¿Verdad?

—En realidad si —contesto— las rosas son mis favoritas, me gusta plantarlas y cuidarlas. 

Roger suelta una pequeña risa, ¿Acaso dije algo gracioso? 

 —¿Que? — lo miro confundida, el deja de reírse y aclara su voz.   

 —No es nada —dice— solo que suenas muy adorable, deja abrirte la puerta.  

Se acerca hacia a mi y de nuevo besa mi mejilla, se baja de su auto y lo rodea para poder abrirme la puerta, me ofrece su mano como todo un caballero, la tomo y bajo del auto.

—Ademas...¿Está es otra de tus casas? —pregunte aun admirando el lugar, el toma mi mano y entrelaza sus dedos con los míos. 

—Está es mi verdadera casa —dijo muy sonriente. 

Haunted [Embrujada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora