♥ Capítulo 8: Un cambio ♡

56 11 3
                                    

Enojada, tomo del brazo a papá y lo llevo hacia la cocina. Cierro la puerta de un sólo golpe y lo agarro de los hombros para mirarlo fijamente. Tanto él como yo sabíamos que debíamos discutir rigurosamente este asunto, ya que sería, quizás, para toda la vida.

─ ¿Qué sientes papá? ¡Soy tu hija! ¡No me puedes vender como carne del supermercado! ─ le reclamo luego de separarnos. Agarro un vaso y lo lleno con agua mientras él toma asiento en una de las sillas de madera.

─ Julieta, ponte a pensar que quedaríamos en la ruina si no te vendo. ─ contesta serio al mismo tiempo que se apoya en la mesa.

─ ¿¡Y por qué no te vendes!? ─ digo con tono gruñón. Lo miro frunciendo el ceño en espera de su respuesta.

─ Nadie me quiere, estoy viejo, he hecho varios sacrificios por ti y espero que aceptes... ─ sus ojos se entristecieron y tenía la cabeza agachada. ─ además querida Julieta Grow ─ alza su tono de voz ─ ¡fue todo tu culpa por ir a ese estúpido evento!

Tenía razón. Yo lo había involucrado en todo esto y debía remediarlo. Era lo menos que podía hacer luego de causarle varios sustos.

─ Esta bien. Pero pondré algunas condiciones. ─ le aseguré con una pequeña sonrisa.

El rostro de mi padre se iluminó y lo acompañó con una carcajada. Por primera vez sentía que estaba ayudando a mi héroe y de buena manera. Sólo espero que al aceptar esto, nuestra relación padre-hija no se arruine. Después de un gran abrazo y unas cuantas lágrimas, nos dirigimos a la sala donde Adam y Aarhus esperaban la respuesta.

─ ¿Cuánto pagarás por July? ─ pregunta mi padre alegremente cuando llegué hasta su lado. Los hombres demuestran su sorpresa de diferente manera, pero el millonario cambió drásticamente sus facciones.

─ ¿Quién dijo que pagaría por ella? ─ responde descaradamente Satney. ¡Es increíble lo sinvergüenza que es!

Nuestras reacciones fueron diferentes: Aarhus se levantó indignado, como un gallo de pelea, mi papá se comenzó reír y yo recordé la extraña obsesión de Adam: consolar a las mujeres, y se me ocurrió algo. Así que comencé a recordar mi relación con Óscar y los lindos momentos que pasé con él. Las lágrimas no se hicieron esperar y finalmente sucedió.

Aarhus y papá me miraban extrañados, algo común en ellos, ya que no me habían visto llorar. Sin embargo, Adam rápidamente cambió su rostro cínico por uno de compasión y se acercó apresuradamente hacia mí.

─ Oh July, perdóname, dime, ¿Cómo lo puedo arreglar? ─ dice susurrándome dulcemente mientras sus manos se posan en mi rostro.

─ Adam... ¿Por qué no me quieres comprar? ─ le contesto con la voz entrecortada. Espero que esto funcione.

─ Si eso te hace feliz entonces lo haré. ─ contesta mientras me pellizca mis cachetes. Supongo que se siente más fuerte al proteger, entender o simplemente consolar mujeres.

Mi papá saltó de la emoción, en cambio, Aarhus estuvo realmente serio, eso significaba que estaba enojado ya que él no es así.

─ Sí, pero mis condiciones son estas... ─ saqué los manos de mis bolsillos y comencé a enumerar ─ uno, estaré contigo sólo un tiempo. Dos, no seré ninguna esclava sexual. Tres, podré venir libremente a mi casa. Cuatro, me darás el dinero por abonos hasta que esté saldada la deuda. Cinco, si ya no me quieres, no hay devolución de dinero.

─ Acepto. Le diré a mi abogado que haga un contrato y mañana por el medio día vendré a dejarlo.

─ De acuerdo. ─ le ofrecí mi mano para estrecharla y él me correspondió.

Luego de eso, Adam se fue por la puerta en vez del ático. Se subió a un auto negro reluciente y desapareció de la calle cuando el sol aumentó la temperatura de la ciudad. Aarhus se acercó a mi padre y le susurró algo que no alcancé a escuchar.

─ Lo siento señor Grow, tengo que irme. ─ aumenta su tono de voz Aarhus mientras le da un abrazo amistoso a mi padre. Inmediatamente se va sin siquiera mirarme. ¿¡Qué le pasa?!

La larga mañana se había transformado en tarde. Necesitaba arreglar mucho mejor mi habitación y el ático que ni siquiera comencé. Después debo almorzar cualquier cosa, para luego hacer mi tarea y continuar con mi rutina, antes de que la próxima semana, la extrañe. Pero hoy no podré conciliar el sueño pensando en si vivir con Adam... ¿Será normal?

Compro corazones rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora