Compro corazones rotos

♥ Capítulo 28 ♡

¡Adam ha desaparecido! Y me siento culpable. Le di la información de golpe. Sé que era necesario pero lo que más temía sucedió.

El último rastro de él es la ropa que tenía ayer. Estaba mojada, supongo que de las lágrimas que contenía al saber tal información. Su traje favorito está desaparecido. Nadie en la mansión sabe qué ocurrió.

- ¿Preocupada? Él siempre sale improvisadamente. - Dice Joseph mientras entra a la casa a tomar agua.

- Tú no sabes lo que sucedió- le contesto enojada. Luego recuerdo que papá había mencionado que había hecho un trato con McBrown para casarme con su hijo. - Qué odioso.

- ¿Qué dijiste flacucha? - pregunta molesto después de tomar su agua.

- Nada que te interese. ¿Dónde está tu padre?- ignoro su insulto.

- Afuera, admirando las rosas ¿Por qué? - Entonces volteo y le digo:

- No tienes que saberlo.- redirijo la mirada al exterior y camino hacia allá.

- Buenos días señor McBrown. ¿Sabe qué le ha pasado a Adam? - pregunto con las esperanzas de que él sepa algo.

- Sí, pero lo prometí al señor no decir nada. Ni siquiera a usted.

- ¿Entonces se fue? - prosigo con mi interrogatorio.

- Sólo le diré que lo lleve al aeropuerto.

- ¿Puede usted llevarme allí?

- No, no tengo tiempo. Tengo algunos pendientes que ver. Si gustas puedes pedir a Joseph que te lleve, él tiene las llaves.

- Una pregunta más... ¿Es cierto lo del casamiento? Digo.. entre él y yo.

- No te preocupes July. Fue una promesa de palabra, nada importante. Primero sus decisiones.

- Gracias, le pediré ese favor.

Entro de nuevo y él ya no se encontraba. Camino hacia la sala vacía y sin la presencia de Adam sentado en el sofá. Recordarlo me entristece.

Miro por la ventana y veo la figura de Joseph jugando su teléfono.

- Hey ¿Me puedes hacer un favor? - pregunto después de abrir la ventana.

- No fingiré ser tu novio para poner celoso a Adam.

- No es eso, quiero que me lleves ahora al aeropuerto.

- ¿Y qué pasa si no quiero?

- Te casarás conmigo y tendremos 3 hijos, así que vamos.

La respuesta le sorprendió pero no dijo nada en que lo jalé del brazo luego de saltar la ventana, ya que era demasiada baja.

- Conduce - le ordeno.

- Tranquila, apenas estoy captando la idea de olvidar mi día libre y servir a una tonta como tú.

Rodo los ojos e ignoro su comentario.

Estuvimos la mitad del camino en silencio, hasta que él lo rompió.

- ¿Por qué te preocupas por él? Sólo debías agarrar el dinero e irte. Ni es tu familiar ni nada.

- Es primo lejano de mi mejor amigo. Es amigo de otro y la chica que lo ama aún no se digna a confesarlo. Para que todas esas personas estén satisfechas, necesitan tenerlo vivo...- pauso por que me imagino lo peor. - Hasta tú lo necesitas.

- Cierto, puede ser torpe y raro pero es genial. No he tenido un jefe mejor que él. - dice orgulloso mientras atraviesa rápidamente a un auto rojo pequeño.