Dhalia's P.O.V:
Era demasiada información para un solo día y sentía que mi cabeza iba a explotar. ¿Alguna vez habéis tenido resaca? Pues esto era cien veces peor. Mi madre decía que era por haber convocado el fuego por primera vez y decía que cada vez dolería menos. Eso esperaba porqué sino no iba a sobrevivir mucho tiempo.
De pronto oí como la puerta de entrada se abría y como sabía quién era mi cuerpo entero se tensó. Mis sospechas se confirmaron en cuento oí como llamaba a mi madre, su voz era inconfundible para mí, era Christopher.
No me sentía preparada para afrontar una charla con él, por muy inevitable que fuera, pero aun así me quedé en la cama. Oía como mi madre hablaba con él, y para mi sorpresa parecía que la conversación no iba del todo mal. Entonces decidí que si mi madre podía enfrentarse a Christopher después de todo lo que había pasado, yo también podía.
Sabía que estaban en la salita del piso de arriba al lado de mi habitación, porqué sino no hubiera podido oírlos hablar, pero no podía saber lo que encontraría al entrar allí y por eso la escena que encontré me pilló totalmente desprevenida. Se estaban abrazando, con amor, como si nada hubiese ocurrido.
- ¿Qué demonios? – pensé.
- Dhalia cariño... - dijo Christopher.
Mierda tal vez no lo había solo pensado. ¿Y por qué Christopher me llamaba cariño? No entendía nada.
- ¿Ya te encuentras mejor? – intervino mi madre.
¡Al fin una pregunta a la que podía contestar!
- Un poco, pero... Uhm... ¿Qué hacéis?
Lo sé, lo sé. Soy imbécil y muy directa, ¡pero en mi defensa diré que no estaba preparada para ver amor! Bofetadas, gritos o lágrimas tal vez, ¡pero no amor!
- No te entiendo cielo – dijo mi madre.
- Qué... ¿Por qué os abracáis? Quiero decir, te mintió, ¿no? – dije mirando a Christopher.
Sé que no debería haberlo dicho, me bastaron dos segundos y la mirada apagada de mi madre para saberlo, pero ya estaba hecho y yo necesitaba respuestas, todo esto era demasiado confuso.
- NOS mintió – dijo Christopher remarcando el plural – Pero fue por nuestro propio bien, solo quería protegerte Dhalia, y yo también. Y por eso la he perdonado.
Eso volvió a animar a mi madre pero yo aún tenía una pregunta más, la más importante para mí.
- ¿Eso significa que todavía puedo llamarte papá?
- Claro que sí pequeña – dijo mientras me abrazaba.
Eso me derritió por dentro y como era adolescente y ese día mis emociones iban en una montaña rusa, rompí a llorar. Mi madre se añadió al abrazo y por las gotitas que caían en mi hombro supe que ella también lloraba.
Al cabo de unos minutos nos separamos y entonces mi padre habló:
- Yo os he perdonado, pero me temo que la Congregación no. Corres peligro Dhalia y lo siento porque esto es culpa mía por haber acudido a ellos.
- No es culpa tuya, su fuego se habría descontrolado en otras ocasiones y no frente a nosotros y hubiera sido mucho peor – dijo mi madre.
- ¿Pero que han dicho en la Congregación? – pregunté.
Mi padre me lanzó una mirada cargada de tristeza y supe que estaba pensando si decirlo delante de mí o contárselo solo a mi madre. Debía ser algo bastante malo si no quería decirlo conmigo presente, pero al final acabaría por enterarme porqué todo eso iba sobre mí, así que el castigo también.
- Nos han dado dos opciones. Tienes dos días para irte o si no te buscarán y te matarán.
- ¡¿QUÉ?! ¡No pueden hacer eso! ¡Solo tengo dieciséis años!
- Lo sé pequeña, le dije lo mismo a Jorah pero él está convencido de que eres un peligro para cualquier persona del Aire y está siguiendo lo que dice el Código.
- ¡¿El Código?! ¡Pero si eso es tan viejo como la Guerra Antigua! ¡No puedo creerlo! ¡Pues entonces me voy con ella! – dijo mi madre.
- No puedes Adeleine – dijo mi padre bajando la vista – La Congregación te ha quitado todos los privilegios que tenías como portadora del Aire y ahora no puedes viajar por tu cuenta, y la Congregación nunca te dará permiso para acompañarla, si lo haces te perseguirán y seguramente te matarán.
- ¡No es justo! ¡No lo es! – dijo mi madre entre sollozos.
- Lo siento Ade, pero tiene que hacerlo sola o la perseguirán, como mínimo si nadie la acompaña podrá llegar sana y salva al Agua, allí la ayudarán.
- ¿De verdad me matarán si no me voy? – pregunté al fin.
- Sí, eso dice el Código que hagamos en situaciones así.
Asentí intentando aguantar las lágrimas para no hacerle todo eso más difícil a mis padres pero no pude. Solo pensar que ahora tenía que hacer mi bolsa para irme, en teoría para siempre, era demasiado.
Al cabo de un rato decidí intentar hablar con normalidad para suavizar la situación, por muy imposible que eso fuera:
- ¿Me ayudáis a hacer la bolsa?
Mi padre asintió y mi madre solo levantó la cabeza de entre las manos y me miró, aunque interprete que era un sí. Decidimos, yo y mi padre, pues mi madre estaba destrozada y no hablaba, que aunque tenía dos días para irme, lo mejor sería dejar el Aire lo más rápido posible para no tentar a la suerte.
La bolsa la preparamos en un momento y en media hora ya estaba todo listo, tenía la bolsa y había memorizado el camino hasta el Agua. En teoría tardaría tres días en llegar, aunque si me daba prisa podía hacerlo en dos y eso pensaba hacer, porqué estar sola por los caminos no me hacía mucha ilusión, pero iba a hacerlo. Me iba de casa.
-----
Dentro de poco empezamos el cole y no vamos a poder colgar tan seguido. En teoría intentaremos subir uno o dos capítulos más en esta semana pero a partir de el día 14 solo subiremos un capítulo por semana como máximo y intentaremos subirlo los domingos.
¡Muchas gracias!
*Baiii*
ESTÁS LEYENDO
Las tierras de Rylen
Teen FictionEn las tierras de Rylen existen cuatro Congregaciones, una para cada elemento, aunque antes no era así. Antes de la Guerra Antigua los elementos convivian entre ellos con naturalidad pero la guerra los separó a todos. La vida de Dhalia, una chica de...