Parte 1

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El diablo de ojos morados se sentía algo frustrado, se encontraba sentado en su trono analizando la situación, algo que simplemente no suele hacer muy a menudo, su hijo Glasses estaba algo confundido al ver actuar así a su padre ¿estaría madurando por fin?... no, realmente no lo cree, quizás esté planificando alguna idea para atormentar a alguien más, solo esperaba que él no fuese la victima esta vez, suspiró para pronto irse al trabajo con el señor Sullivan, por otro lado Satanick seguía pensando profundamente, como era posible esta situación... es decir lo había pensado con anterioridad, él realmente era muy lindo, pero jamás pensó que fuese tan lindo, ha estado cientos de veces a su lado, pero jamás lo había visto de otra manera como ahora, se mordía un poco los labios y sonreía, cualquiera que lo viera así sentiría un poco de miedo al conocer las tendencia de ese diablo.

Todo el dilema en la cabeza del diablo comenzaron hace unas semanas, fue exactamente cuando se empezó a fijar en el dios del sol, lo había visto unas cuantas veces cuando paseaba por el mundo que provenía su juguete Ivlis, en sí, lo había notado de lejos, le gustaba su pelo rubio y sus ojos amarillos dorados, además de su esbelta figura, lo extraño era que se parecía un poco a su juguete preferido, comenzó a averiguar más acerca de él, Ivlis le comento que se llamaba Siralos en unas de sus sesiones de tortura matutina, pero no le dio ningún detalle más, sin embargo el diablo no necesitaba ningún dato más, solo le bastaba con saber el nombre de esa persona y que realmente estaba muy lindo, ese mismo día escribió una carta para aquel dios tan bello que había conocido, realmente era muy lindo y quería salir con él, después de todo, su esposa lo había dejado hace tantos años que necesitaba amor. Al otro día, cuando ya estaba decidido a entregarle la carta al dios del sol fue a hacerle su típica visita a Ivlis.

-¿Cabeza hueca, donde estás? – el de pelo negro con puntas rojas suspiro pesado y caminó hasta el lugar donde se encontraba el diablo más alto, algo hastiado respondió- estoy aquí, ¿qué quieres?- el diablo de capa le mostró una carta y en ese momento a Ivlis le recorrió un escalofrío horrible, por favor que esa carta no sea para mí, se decía mentalmente traspirando frio – ¿Qu...Que es eso? – dijo nervioso, intimidado por el de ojos morados- es una carta de amor- dijo el otro sonriendo con esa cara extraña que tenía, se acercó al diablo más bajo quien tiritaba de una manera increíble hasta que escuchó para quien era – la escribí para Siralos, realmente encuentro linda a esa persona – el de bufanda suspiro aliviado que no fuese él el que recibiera esos sentimientos del otro –pero Siralos es hombre...- dijo algo serio mirándolo interrogante- ¿y eso que tiene?- dijo el más alto sin siquiera inmutarse, entonces el más bajo no sabía cómo reaccionar, ese diablo realmente le aterraba, podía esperar cualquier cosa de él. Después de molestar un poco al diablo del mundo de las flamas, de torturarlo con horas de charla de sus pervertidas aventuras con distintos tipos y con todo tipo de detalles se fue a realizar lo que tenía que hacer, darle la carta a Siralos, y no tardó mucho, apareció en el lugar donde éste se encontraba, se acercó paulatinamente con una sonrisa "tímida" y le entrego la carta, el mayor estaba algo confundido, había visto a ese diablo anteriormente, sabía que solía "jugar" a menudo con su "hijo" pero no conocía nada más acerca de él, se arregló los lentes y acepto la carta, Satanick sonrió esperando la respuesta como un niño pequeño declarándose por primera vez, Siralos comenzó a leer, era una carta muy simple, éste sonrió, le halagaba que alguien tan joven le invitara a salir, pensaba que después de todo las sesiones de masajes anti edad habían servido, miro a Satanick y se acercó – y dime, ¿qué es lo que te gusta de mí?- en un tono elegante y glamuroso, el diablo estaba nervioso, no sabía si reír o babear por la pregunta que le estaban haciendo, le gustaba todo, era una persona muy bella, le gustaba también que fuese bajito, le hacía acordar a una loli. Después de contestar Siralos sonrió nuevamente y le dijo que aceptaba salir con él a una cita, no tenía nada que perder, caminaron por el mundo de Siralos, hablaron algunas cosas – la verdad tengo una linda esposa llamada Lil y un hijo que aún es virgen... no logro entender cómo puede pasar eso...-dijo algo aturdido por esa situación, luego sonrió y miro a Siralos con esa cara semi psicópata que comúnmente coloca – ¿y que hay de ti? - el dios se acomodó los lentes y cruzo la pierna, estaba sentado en una roca mirando el mar- tengo dos hijos, una es una hermosa ángel de luz, el otro... es un bastardo inútil..., por lo que sé tiene dos hijos, la verdad no me interesa mucho su vida, mejor preocupémonos de nosotros... -lo miro interesante y coqueto, fue entonces cuando se fueron acercando de apoco y se besaron, Satanick no esperó que fuese correspondido tan rápido, mientras que Siralos simplemente disfrutaba del momento, de todas formas hacer esto no le mataría, aunque realmente no le interesaba mucho ese diablo, quizás lo hizo solo porque lo idolatró, y a él le encantaba que lo hicieran, ya al final del día cuando Satanick lo fue a dejar a su casa el mayor se encargó de decirle – fue un lindo día, pero creo que esto solo será por hoy, la verdad no me interesa salir con alguien como tu... me gusta la gente que solo viva para tener mi atención, y por lo que veo tienes mucha gente en tu vida – Satanick fue rechazado otra vez, como habitualmente lo hace todo el mundo al que éste acosa, en eso Siralos entró a la casa y luego salió, le paso una caja- de paso podrías hacerme el favor de botar esta basura- al decir esto solo cerró la puerta en la cara de Satanick y se escuchó su risa a lo lejos.

Satanick x IvlisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora