Poemi había pasado toda la noche pensando y pensando en un tema que le rondaba en la cabeza, intentaba dormir pero ese pensamiento no se lo permitía, hace un tiempo atrás, Emalf le había coqueteado al diablo feo que molesta a su papi, por ende ella pensaba que éste era gay, sin embargo ayer le había dicho que hace tiempo que le gustaba esa demonio de pelo verde, por lo tanto le gustan las mujeres, eso quiere decir que le mintió con respecto a que era gay y además esa vez que entró a su pieza cuando ella se estaba cambiando de ropa y lo dejó pasar por que éste era homosexual también le mintió e incluso se aprovechó de que ella creía otra cosa para verla en ropa interior... Poemi estaba enojada, estaba muy enojada – ¡PAPÁ!- gritó desde su pieza hecha una furia, la única en atender su llamado fue Rieta quien despertó y salió de su lámpara para atender a la menor quien gritaba, abrió la puerta de la pieza de la pequeña, de una patada colocándose en guardia en caso de peligro, sin embargo al entrar no vio nada extraño más que la pequeña despierta a las 5 de la mañana y hecha furia – ¿qué paso Poemi? –
-Quiero a mi papá-
-¿Pasó algo grave? El señor Ivlis debe estar descansando así que cuéntamelo a mí ¿sí?-
-Emalf va a morir- dijo seria y cuando esta niña estaba seria cosas malas pasaban, Rieta se rascó la cabeza y le dijo algo despreocupada –aprovecha de practicar los métodos de tortura que te enseñé el anterior viernes, esos le dolerán hasta el alma y si no quedas conforme, me avisas para ayudarte- la niña asintió con una sonrisa demoniaca que le hacía ver terrorífica, mas con la oscura pieza apenas alumbrada por la luz de la luna que llegaba directo a la cara de la chica – bueno, iré a dormir me despiertas cuando lo mates para avisarle al señor Ivlis que tiene que encontrar otro subordinado – dicho esto se fue a su pieza para volver a entrar a su lámpara y dormir.
Ya por la mañana Poemi lo primero que hizo fue ir a acusar a Emalf con su papá, tocó la puerta repetidas veces pero nadie la abría – ¿papá?... ¿papi? ¿Señor Ivlis? – dijo repetidas veces hasta que decidió entrar, la cama estaba estirada como si nadie la hubiese tocado en toda la noche, la chica se asustó ¿habían raptado a su papá?, corrió con todas sus fuerzas buscando a Rieta y está se alteró por lo que la otra le decía, hasta que un flashback pasó por su mente, recordaba que alguien había venido anoche, las flores, la voz que escuchó, le parecía conocida... ¡ESE MALDITO DIABLO! se enfureció, apoyó una mano en la pared y la quebró, ¿Cómo ese maldito diablo viene a molestar al señor Ivlis y se lo había vuelto a llevar? esto era tan frustrante, iba a comenzar a planear una estrategia para matar a ese desgraciado de una vez por todas cuando notó que Ivlis venia bajando la escalera para tomar desayuno, se veía algo refrescado, aunque caminaba algo lento y pausado con las piernas algo encorvadas, extrañamente se veía más bonito que de costumbre, Rieta se sonrojo al verlo e hizo una reverencia para saludarlo.
-Buenos días señor Ivlis, espero haya descansado apropiadamente-
-Buenos días Rieta...- se rascó la cabeza al escuchar lo segundo – emm si...- al parecer Emalf estaba de suerte por ese momento ya que Poemi se alegró de ver a su papi sano y salvo y se olvidó del asunto que debía contarle, sin embargo en la tarde le contó lo sucedido y bueno, al menos no tendría trabajo por un largo tiempo hasta que se recuperara por completo de lo que le hizo Ivlis.
Tres meses pasaron desde esa noche, tres meses en que Ivlis era constantemente visitado por el diablo del mundo Pitch Black, tres meses donde habían hecho lo que quisieran de su cuerpo y por ende había aprendido bastante del tema, Satanick era un degenerado y ahora lo entendía totalmente en su máximo esplendor y a pesar de haber pasado todo ese tiempo permitiéndole a ese tipo hacerle toda clases de cosas pervertidas con él y sentir sensaciones bastante extrañas, no se arrepentía para nada ya que no tenía ningún tipo de lesión ni fractura, no lo habían molestado en todo ese tiempo, ni siquiera Reficul lo había tratado mal, una que otra vez salía con la diabla a pasear y luego volvía sano y salvo a su castillo, aunque claro, no faltaban los días que lo llevaba para bañarlo y lo molestaba fervientemente cuando encontraba algunos chupones en su cuerpo, sabia bastante bien quien se los hacía, así que las burlas se hacían presente, pero en fin, había sido un periodo de tiempo bastante pacifico.

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Satanick x Ivlis
RandomUna historia de como satanick llega a fijarse de "otra" manera acerca de su querido juguete Ivlis Los personajes pertenecen a okegom.