A la mañana siguiente Satanick fue el primero en despertar, se sentía muy bien, el murciélago anoche se había portado muy bien y vaya que lo había hecho, se sentía satisfecho y recompuesto, aunque dudaba que Ivlis se sintiera de la misma manera, anoche se había excedido y seguramente el otro diablo le reclamaría que le dolía demasiado el trasero, bueno, pero eso eran solo detalles que se podían solucionar, ahora debía aprovechar que el más bajo dormía, sonrió pervertido y maldadoso acercándose aún más al otro atrayendo su cintura hacia la suya en un abrazo, ¿lo que había pasado había sido un tipo de reconciliación? Seguramente no, después de todo esto solo era un juego, no es como que la pelea le haya afectado verdaderamente ¿cierto?... el de cachos encorvados desvió un poco la mirada tratando de distraer sus pensamientos, además se sentía agradable despertar con Ivlis, aún seguía agradeciendo lo calentito que era, aunque en verano seguramente eso sería un problema, miró al otro dormir y le dio un pequeño beso en la frente, para luego reir divertido y morderle la cabeza en repetidas ocasiones -¡AAAGH! –gritó molesto el diablo de cachos rojos despertando agitado y adolorido por las mordidas, si bien no habían sido fuerte, Satanick tenía los dientes filosos y eso dolía, miró con enfado al de ojos morados, luego miró para todas partes como si intentara recordar lo que hacía en ese lugar, tras unas cuantas miradas se acordó lo que había sido de su noche, esos toques de Satanick, como gemía en su oreja, de esas caricias en su espalda, de esos movimientos que lo hicieron gritar, de aquellos susurros, de esas envestidas que lo pusieron en la gloria, se puso aún más rojo y escondió su cara entre sus manos –¿como pudiste hacerme eso anoche? –dijo en un tono de voz nerviosa, Satanick se rio un poco y le lamio la oreja logrando que el más pequeño se estremeciera – no hice nada de lo que no quisieras ¿o me equivoco cabeza hueca? - recorría la espalda de Ivlis con su mano izquierda mientras sonreía lascivo –anoche fue muy duro ¿crees poder levantarte o prefieres que pasemos todo el día acostados los dos haciéndonos cariñito? –sonrió aún más, el de cachos rojos salió de su escondite de manos e intentó zafarse de inmediato de los brazos de Satanick, sin embargo este lo oprimía -vamos... te dolerá si te mueves tanto, y yo realmente quiero disfrutar este día contigo, además debo aprovechar que estas más abierto allá abajo ya que ayer fueron dos veces... -sonrió nuevamente mirando al otro quien quería dejar de escuchar sus palabras –cuéntame cucaracha ¿qué se siente ser penetrado dos veces al día? ¿Te gustó? ¿Te gustaría repetirlo? –
-¡AGHH! ¡Ya deja de fastidiar con el tema! –Alejó al de ojos morados de él moviéndose hacia un rincón de la cama –ah... por cierto... ¿qué hora es? – El más alto quedó haciendo pucheros mientras veía como el de cuernos rojos se alejaba, luego miró el reloj que estaba en su velador –son las once de la mañana... ¿porque? ¿Qué tanto tienes que hacer en tu inservible mundo? ¿O tienes que encontrarte con alguien? Eso no me gustaría sabes – el diablo más pequeño se alteró por la hora, no le había avisado a nadie que no estaría en el mundo por lo que se apuró por levantarse, en cuanto se puso de pie sus piernas le fallaron y cayó al suelo, hace bastante que no le pasaba esto, le dolía mucho la cadera, Satanick era realmente un imbécil, lo vio con una mirada de desprecio – imbécil ¡mira como me dejaste otra vez! –
-Jajaja, lo dices como si anoche no lo hubieses disfrutado, si tan solo pudieses verte la cara de puta que tenías, gemías de una manera increíble, espera si puedo hacer que lo veas –se acercó a Ivlis y le tomó de la cabeza mostrándole parte de sus recuerdos, éste era capaz de ver su cuerpo retorciéndose en los brazos de Satanick, su cara estaba roja, tragaba saliva sediento con esos labios hinchados por los besos y mordidas del diablo de cachos encorvados, veía como se mecía ante las estocadas fuertes y gritaba aferrándose en a los brazos del que lo penetraba, sentía una risa y una serie de palabras pervertidas que le decían, pronto se vio justo en el momento en que pedía que aumentara la velocidad, su pelo estaba pegado a su cara por el sudor y el calor de la habitación, una mano pasó por su frente despejándola, sus ojos se veían lagrimosos, su cara muy sumisa y cansada, su cuerpo se veía frágil al lado del dueño de casa, Ivlis volvió en si después que Satanick separó sus manos de su cabeza, lo quedó mirando con los ojos muy abiertos encendido en vergüenza y sin poder moverse del suelo donde estaba sentado, sus ojos se pusieron brillosos como si fuese a llorar –¿e...en serio me veo así?... – Satanick solo se relamió los labios y asintió con una cara libidinosa –¿cómo no voy a querer cogerte si me colocas todas esas caras tan lindas? y esa voz tan sensual pidiendo más y ... tu cuerpo es increíble... me encantas, vamos a hacerlo de nuevo... - dijo sonriendo mientras babeaba y tomaba del brazo al que estaba sentado en el suelo –¿¡QUE!? Oye... espera ¡no! –
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Satanick x Ivlis
RandomUna historia de como satanick llega a fijarse de "otra" manera acerca de su querido juguete Ivlis Los personajes pertenecen a okegom.