Devon parecía a punto de saltar a la yugular de alguien, ella había estado en peligro, llámese como quiera «destino, encrucijada, arreglos del más allá». Toda la mierda se medía de la misma manera, miró a Lilian que se mantenía callada.
― Yo en verdad no sé qué decirte ―murmuró la humana por lo bajo.
Devon estaba que echaba chispas, pero Thom parecía relajado, aunque podía notar que no lo estaba.
― Tienes que haber algo ―le aseguró Thom intentando no sonar amenazador y fracasando ―. Tienes que poder.
― Lo que me piden es cínicamente imposible. No hay nada que pueda darle para hacerla olvidar, además, está conmocionada con lo que pasó...
Al ver como Anna dormía plácidamente, Devon recordó todas las veces que había cuidado de Anna en el pasado, en ninguna ocasión había estado tan cerca de la muerte, y aunque fuesen humanos los que intentaron terminar con su vida, el hecho no cambiaba, el Alma de Michael era muy frágil, pendía de un maldito hilo, ella tenía que ponerse bien, tenía que olvidar lo que había vivido, puede que ésta Anna fuese más dura que las anteriores por cómo había elegido criarla, pero el hecho no cambiaba, ella no tenía que morir, bajo ningún punto de vista, era malditamente inaceptable, un error que pagarían con sus cabezas.
― Ella estará bien ―le seguro Lilian temblando de miedo.
Tenía a dos Ángeles en sus narices, Ángeles que la habían salvado de que muriese junto a su esposo, habían implantado un recuerdo falso en la cabeza de Anna para que creyese que ella era su esposa, pero Dev no sentía por la humana más que un respeto casto por haber seguido adelante a pesar de que su esposo hubiese muerto en aquel accidente que por poco más también la arrastra a ella... Pero implantar recuerdos o crearlos, no siempre era así de sencillo, cada vez les costaba más controlarla, no querían que Anna hiciese cosas de humana, pero era terca, siempre lo había sido, y no podían estar pendientes de ella a cada segundo, eso llamaría demasiado la atención, dos Ángeles pendientes de una humana las veinticuatro horas del día... El ataque de hoy había sido la advertencia que necesitaban.
― Podría permanecer en coma, un coma farmacológico hasta que encontremos a Mike, luego él la despertará y...
― No puedo hacerle eso ―repuso Lilian pálida.
― ¡Con un demonio mujer!, haz lo que se te ordena ―le demandó sin un ápice de paciencia, al cuerno con ella, Anna tenía que permanecer segura, pero la culpa se apoderó de él al ver como la humana acariciaba su estómago en señal de protección a la niña que crecía en su interior. La respetaba por ser valiente, pero eso no significaba que no lo cabrease la manera en la que siempre decía que NO a todo lo que le pedían que hiciese.
― Esto no se trata de lo mucho que la llegaste a querer en estos pocos meses ―comenzó Thom tomando la palabra al ver que él no podría seguir si ella volvía a escupir la palabra mágica ―. Esto se trata de algo mucho mayor a ella.
― La estaría engañando, ella no me perdonaría. Yo no me lo perdonaría.
― ¡Si la matan, el jodido mundo tal y como lo conoces se irá al infierno, y la pequeña que tienes en tu vientre estará más que jodida gracias a que mami tuvo un brote de culpa! ―gruñó exasperado.
Anna se removió gracias a su no tan sutil pedido y entreabrió los ojos, los miro a los tres sin comprender pero luego el dolor de todas sus heridas la aporreó con fuerza. Dios, era tan frustrante no poder ayudarla en absolutamente nada, porque el único Ángel que podía hacer algo por ella, estaba demasiado ocupado llorando sobre su propio culo vaya uno a saber dónde.
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Saga Ángel Oscuro III. Tentando al Diablo
RomanceAclaración, modo de leer la Saga: Ángel Oscuro I. La Sangre del Culpable. Ángel Oscuro II. La Dama de Blanco. Ángel Oscuro III. Tentando al Diablo. _________________________________________________ «Tentando al Diablo, es la tercera entrega de la Sa...