Capitulo 06: Tormentos de una Noche de Verano

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Algo dentro faltaba, ya fuese la fuerza para ponerse de pie o la ausencia de ganas por encontrar aquello que se suponía faltarle.

El tiempo se aletargó estando en el suelo, respirando tierra y sangre, ninguno de sus olores preferido. Por dentro intentó imaginar que Gerard llegaría para hacerla entrar en razón, se obligó a creer que él la despertaría por fin de su pesadilla cotidiana diciendo una obviedad como siempre hacía y todo seguiría igual. Pero la realidad pintaba otra cosa.

Dezz pendía de un delicado hilo, incluso podía verlo ser trenzado con todas las emociones que su ser se estaba desgarrando por aún mantener, el hilo de oro era visible, ínfimo, real, y tan delicado que bastaría una mínima briza para hacerlo trizas... así vivía desde hacía meses... desde el día en que lo había perdido todo.

Cerró los ojos con fuerza intentando mantener las lágrimas, no es que doliese, sino justamente lo contrarío, su cuerpo ya no podía sentir, no era capaz de hacerlo, y aquello la lastimaba más que nada.

Estando en el suelo fingiendo estar muerta, recordó por mordido masoquismo lo que Kev le había dicho.

Podía verse caminando por el pasillo del hotel y sentir sobre su piel el rancio hedor del sexo, en ese momento no lo meditó, no le prestó atención a su entorno o a lo que había hecho, ahora sabía que aquí había perdido mucho más de lo que planeó, pero justo allí, intentando caminan erguida y con el corazón destrozado no fue capaz de apreciar la masacre que creó.

El escenario casi dolía porque todo lo que sintió o creyó sentir cuando Vladimir tocaba su cuerpo volvió para seguir atormentando su nublado juicio.

Caminaba llevando lo poco que le quedaba de vida consigo, y aun aferraba una botella de vodka que robó de la habitación, junto a Kev, que apenas si reparaba en su persona.

El Demonio por un momento no pareció querer que ella lo siguiera y sin embargo aún estaba allí. Kev giró y la encaró. No supo en que momento sus lágrimas habían vuelto a caer, pero el Demonio se vio terriblemente incómodo.

¿Qué?―preguntó a la defensiva escapando de todo juicio.

La verdad tiene dos filos. Con uno lastima, con el otro mata. ¿Cuál quieres escuchar?

Miénteme y hazme malditamente feliz ―respondió sin pensar.

Tú verdad es que ya no le perteneces. Acéptalo y aprende a vivir con eso, será mucho más fácil de ese modo.

Al volver a la realidad, que no se alejaba demasiado de su recuerdo, un dolor ficticio y espantoso se apoderó de ella. Sin duda la vida misma se esforzaría en hacerle las cosas mucho más difíciles que al bastardo promedio, para ella siempre costaría en el doble o quizás más.

Se levantó a duras penas y miró a Kev.

― Dime que sabes qué demonios fue eso... ―rogó.

En verdad ya no sentía fuerzas para luchas contra nada más.

― Me encantaría...pero lo cierto es que no.

Se quedaron en silencio por un momento hasta que Sinner lo rompió.

― Yo tengo una leve sospecha de lo que acaba de ocurrir.

― Ilumínanos ―soltó Dezz mareada.

― Bueno... supongo que aún no me ha llegado la hora de despedirme de este mundo y lo tomaré como una intervención divina para preservar en perfecto estado mi encantadora anatomía.

Al ver que Kev ni se inmutó por la broma del Vampiro algo frío corrió ligero inyectando terror a su sistema nervioso, y así como una respuesta automática su cerebro dictó la orden de que tenía que comenzar a sentir pánico.Pero tenía que demostrar lo fuerte que podía llegar a ser, antes de decirle a alguno de los tres hombres que la rodeaba que estaba apunto de tener un ataque de llanto, fingió sentirse relajada, le sonrió a Sinner y caminó hasta él como pudo.

Saga Ángel Oscuro III. Tentando al DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora