Ni bien escuchó su voz una descarga de adrenalina azotó su cuerpo, todo se volvió demasiado vívido, su aroma, el aire a su alrededor, sus ojos... Por un leve instante volvió a la época en la que él la miraba detrás de unos ojos que no eran suyos...
Fue conciente, fue real, por una milésima de segundo no hubo ni cielo ni infierno, ni Ángeles ni Demonios, absolutamente nada, no era ella y tampoco él, significaba algo más, eran parte de un todo que no podía explicar; y el miedo a lo inexplicable la llevó a lugares para los que no estaba preparada, no sobreviviría una vez allí... Podía enfrentarse a cualquier monstruo o amenaza, descender al Infierno y volver con la cabeza de Lucy, cualquier cosa era posible, pero no él, jamás estaría preparada para estar entre sus brazos...
― ¡Para! ―suplicó cuando la realidad y el miedo lograron arrancar una palabra de sus labios.
― No... no lo haré, ¿qué pasa Ángel?, ¿de repente me temes?
Todo su cuerpo se estancó en ese instante, «Ángel» ella no era un Ángel, jamás lo sería...
― No, no lo entiendes, suéltame ―rogó temblando con violencia.
― No Ángel, está noche no te irás, hoy descenderás al infierno de mi mano, y me aseguraré de que el castigo que recibas sea el adecuado para ti.
Gerard los trasportó a ambos a su casa, más exactamente a su habitación y los nervios crispados de Dezz arremetieron contra todas sus terminaciones nerviosas, él no podía tocarla, no podía permitir que él lo hiciese, porque sabía cómo terminaría el juego.
Ni bien se vio rodeada de sabanas oscuras y el cuerpo de su Ángel, la sangre bombeó con fuerza, tenía que escapar, tenía qué, pero no podía, Gerard no la dejaba, estaba empecinado en castigarla, -si tan sólo entendiese que aquello no significaría ningún castigo para ella... ―
― No quiero que me toques ―gruñó, aunque por dentro sentía el sabor de la mentira atorándose en su garganta.
Gerard simplemente rugió rabioso.
― No.
Tras decir aquello la besó a la fuerza, Dezz no sintió su amor, no podía sentir nada más que su odio y no quería que la besara sintiendo eso, no quería que la tocara para castigarla, no quería que la tuviese de esa manera, y no podía tenerla así. No podía tenerla ese era el trato...
«Se fuerte, por una última vez... se fuerte Dezz, vete... » se rogó mientras un nudo se atoraba en su garganta.
Sentía la presión de todas sus responsabilidades, de la carga de estar completamente maldita, no podía estar con él, por más que aquella exactamente no significase estar con él. Sabía que lo más sabio sería irse y más volver a cruzarse en su camino.
Empujó el cuerpo del Vampiro pero éste no se movió ni un milímetro mientras seguía empujando contra ella, sus manos se sintieron frías cuando él comenzó a recorrer su cuerpo, Dezz apenas si pudo pensar en algo más. Se obligó a cavilar una manera de alejarlo, pero Gerard mordió sus labios con fuerza para obligarla a que lo besara, por inercia cumplió su pedido, por un segundo, sólo uno, se permitió ceder, caer ante el embrujo de él, disfrutarlo aunque sean bajo sus término, al final de todo, era lo único que tendrían, era su recuerdo para la estadía en el Infierno que la aguardaba a la vuelta de la esquina, sabía que aquellos siete meses se sentirían como unas dulces vacaciones luego de que Lucy se enterase que entregó a Anna.
Devolvió su beso consumando su sentencia de muerte, si dejaba de vivir, al menos lo haría sabiendo lo que se sentía estar con él, por más que sólo lo hicieran con resentimiento y dolor, en el fondo ella alteraría el recuerdo a conveniencia.
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Saga Ángel Oscuro III. Tentando al Diablo
RomanceAclaración, modo de leer la Saga: Ángel Oscuro I. La Sangre del Culpable. Ángel Oscuro II. La Dama de Blanco. Ángel Oscuro III. Tentando al Diablo. _________________________________________________ «Tentando al Diablo, es la tercera entrega de la Sa...