¡LO SIENTOOO! Siento haber tardado tanto en actualizar, es que estoy de examenes finales y hago todo lo que puedo, pronto estaré libre y tendré más tiempo. En recompensa os dejo un capñitulo bastante largo. Espero que os esté gustado la historia por ahora, y que os siga gustando. Muchas gracias por los votos y por leer!!! Besitoooos!
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Al abrir los ojos y estirarse en la gran cama se topó con un cuerpo caliente cerca del suyo, el cual se removió cuando él empezó a esparcir caricias por sus caderas.
-Buenos días, guapo-le dijo la morena asiática con la que se había acostado la noche anterior.
-Tengo que irme-le dijo tras una sonrisa.
Se levantó y empezó a vestirse dándole la espalda a la chica asiática. Ella lo único que pudo pensar fue que tuvo suerte en haberse topado con él y no con otro en esa discoteca, porque la verdad es que ese hombre tenía un cuerpazo increíble. Sus abdominales estaban bien marcados, sus pectorales invitaban a acariciarlos, su espalda era ancha y musculosa, sus piernas largas y fuertes, y su trasero era digno de admirar. Y no hablemos de su cara, porque además de estar bueno, era guapísimo. Tenía el pelo bastante corto, casi rapado, de un tacto bastante suave. Su rostro era cuadrado, sus ojos verdes con destellos dorados, y sus labios carnosos tentaban a cualquiera.
No era de extrañar que tuviese por semana mínimo a tres chicas diferentes en su cama, o en la de ellas, como se diese la ocasión.
-Aun no me has dicho tu nombre-comentó ella aun acostada boca abajo en la cama, recreándose la vista.
-Tampoco necesitas saberlo-le contestó.
-¿Cómo te localizaré entonces?
-Yo te buscaré.
Ah sí, también era misterioso, cómo olvidarlo. Ella sonrió y le vio salir por la puerta de su apartamento. Tras un rato de observar la puerta y ver convencerse a sí misma de que él no iba a volver, decidió levantarse y darse una ducha de agua caliente para espabilarse. No entraba al trabajo hasta después del mediodía, y aun eran las diez.
Mahy Smith tenía el cabello del color de la noche, ojos oscuros también, y por supuesto, era medio asiática por parte de madre. Vivía y había nacido en Malvern, cerca de Toronto, en Canadá. Su madre había emigrado al país en busca de trabajo, y allí conoció a su padre, tiempo después se casaron y ella llegó al mundo. Algunos años más tarde llegó su hermano, y los Smith decidieron no tener más hijos.
Actualmente Mahy tenía veinticuatro años, y hacía tres, desde que terminó las oposiciones, que trabajaba como inspectora en la comisaría central de policía de Toronto. Aunque su trabajo no era nada del otro mundo, a ella le gustaba, pues la hacía sentir útil para la sociedad.
A pesar de ser policía aún era joven, y como a cualquier chica joven, pues el gustaba salir de fiesta con sus amigas y tener líos con algún que otro tío, aunque con el ojazos misterioso había tenido suerte. Era tan guapo que se excitó sólo con mirarle.
Horas más tarde, cuando estaba ojeando papeles de casos resueltos por aburrimiento, el hombre de la noche anterior volvió a instalarse en su cabeza. No sabía qué diantres le pasaba, pero no podía sacarle de sus pensamientos, tampoco podía apartar de su mente los recuerdos de cuando se acostó con él, y él la envestía de esa manera tan sensual.
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Caprichoso destino
RomanceRoxanne McEwen había planificado toda su vida desde el principio hasta el final, únicamente quería ser diferente al resto de su familia e ir a la universidad, quería llegar a ser una gran médico para poder ayudar a la gente, pero sus planes se esfum...