Capítulo 2: Alinka

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El campamento ardía por todas partes y aunque hace unos dos años yo hubiese estado feliz de que eso ocurriera ahora este lugar era mi hogar y verlo de esa manera me resultaba chocante; con la bendición de Apolo, Athina parecía estar mejor, se movía con desplante y agilidad entre los cientos de campistas que corrían aterrados tratando de detener el fuego y protegerse de los monstruos.

Nosotras les decíamos a todos la verdad, debíamos huir. El campamento ya no existía, debíamos irnos a Roma o morir en el intento.

Athina toma a una de las chicas de Ares que se defendía de una kere y la sacude hasta que la chica se da cuenta que debe huir: En grupos pequeños, recuerden que los rastrean por el olor. Lleven las armas el resto lo encontraran en el camino, armas y néctar.

Me parece que hemos avanzado por horas, pero solo hemos pasado un par de cabañas, veo a Zet salir de la cabaña de Apolo justo antes de que esta se venga abajo junto con la de Artemisa, los gemelos son de los segundos en caer, la de Zeus y Hera fueron las primeras.

- Es fuego griego, no lo van a detener – dice Athina, entonces el lago comienza a avanzar, Poseidón está ayudando, ¿Cómo es que aún no comienza a llover? ¿acaso Zeus no pensaba ayudar? – tenemos que apurarnos, ¿Cuál es la de Alex?

Señalo la cabaña de Deméter que está recién incendiándose, pienso que solo es mi idea pero las cabañas parecen ir desapareciendo según la relevancia de los dioses, por eso... miro la cabaña de Hipnos y está intacta

- Son tus hermanos, están aquí – digo, Athina endereza su postura y se mueve justo a tiempo para esquivar un perro del infierno.

- Debí suponerlo, será mejor encontrar las cosas de Alex pronto – entramos a la cabaña seis protegidas con mi magia, no se nos hace difícil encontrar la cama de Alex, es nuevo, no tiene muchas cosas, el arco está colgando de la pared que por suerte aún no se quema, justo al lado hay una foto, Alex y un hombre que parece un Alex de cuarenta años, asumo que es su padre, tomo el arco y la foto, las guardo en el bolso que nos regaló Hermes en nuestra misión pasada y que siempre ando trayendo, aparte Athina hace un bulto de toda la ropa interior que el chico tiene en su cajón y corremos fuera del lugar.

- ¿hacia dónde? ¿necesitas sacar algo de tu cabaña?

- No, ahí deben estar mis hermanos

- ¿ves a los chicos? – miramos hacia todos lados y los vemos escurrirse hacia el bosque desde la cabaña de Hades que tampoco parece afectada por el fuego – déjame esto

Junto fuego griego en una esfera y con magia la envió directo hacia la cabaña de cuento de hadas

- ¿quemaste mi casa? – dice Athina sorprendida y un poco ofendida. 

- Solo vamos

Comenzamos a correr hacia los bosques, los espíritus de la naturaleza están desaparecidos y vemos algunos muertos, seguro sus árboles se han quemado, Athina cierra los ojos de las ninfas a medida que va pasando antes de que estas reencarnen, si es que lo hacen.



Amanecer de oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora