Nos sentamos en el claro como si nada estuviera pasando, veo a Adriana preocupada, sé porque se quebró de esa forma al ver su sangre, todo siempre es por la misma razón, Athina.
Hace unos meses ella había vuelto de donde sea que la tenían escondida los dioses, estaba cubierta en sangre, con heridas abiertas y meses de torturas sobre ella. ¿Podríamos nosotros haberlo soportado? Cuando la veo sonreír no me explico como lo hace, sus hilos deben estar realmente dañados. Y Thomas a su lado, sin nada, sin su mejor amiga, es como si tratara de llegar a ella y no la pudiera alcanzar. Cuando se toman de las manos sentados uno junto al otro me siento feliz por él, quizás nunca será lo mismo para ellos, pero están felices de estar juntos, las cosas cambian y el tiempo no vuelve atrás, se puede acelerar, enlentecer, prolongar, pero nunca volver atrás, es imposible, incluso para los dioses, lo que puedes hacer es adaptarte.
Alex por otro lado sigue sin convencerme, el chico tiene algo raro, no parece hijo de Deméter, incluso cuando está jugando a hacer crecer las plantas me parece que hay algo más ahí, mi instinto pocas veces se equivoca, hay tanta magia en él que es difícil de explicar, pero sé que mis poderes están bien, sentí cuando la barrera cayo y puedo sentir la magia en él.
- Pareces enojada – Zet siempre sabe cómo interrumpirme cuando estoy llegando a algo, pero es Zet, así que se me hace imposible enojarme - ¿en qué piensas?
- En donde pasar la noche – reacciono rápido y amenazadora cuando Zet detiene mi mano la cual no me había dado cuenta estaba hiriendo – creo que deberíamos ir a la ciudad, mi padre, él me escribió hace unos meses – digo ahora para todos. – creo que podrá recibirnos esta noche
- ¿A todos? – pregunta Thomas, todos sabemos que nos tendremos que separar, el olor los hará venir por nosotros, todos somos muy poderosos, excepto quizás por...olvídenlo, hay algo raro en Alex.
- Al menos por esta noche – digo.
Odio, odio los viajes de sombras, la sensación de vacío, como siento mi cuerpo vaporizarse, lo odio, no es mi medio de transporte favorito, así que no me importa quedarme atrás cuando Thomas nos divide en grupos.
Mientras él se envuelve en una pequeña discusión con Athina sobre en qué grupo debe ir, yo me quedo mirando a Zet. El flacucho hermano de Athina. No sé parecen en nada.
Athina es alta y se nota en todo su cuerpo que antes era bailarina, en la forma en que sus pies se acomodan mientras esta quieta, en las curvas de su cuerpo, la forma en que pelea, su cabello es oscuro y su piel rosa la transparencia y la leche. Mientras que Zet tiene un tono de bronceado natural en su cuerpo, su cabello va entre cobrizo y rubio y las pecas en su piel rosada resaltan, antes me perturbaba mirar lo delgado y escuálido que es, la forma en que camina me hace pensar que en cualquier segundo se va a caer, pero se las arregla de todas formas para golpear y vencer a los peores monstruos y esa calma hostigante es la que más me gusta de él, pareciera pedirle permiso a todo su cuerpo para hacer un movimiento, pero esa es una característica de Hipnos, el resto de sus hermanos es igual, todo lo contrario a lo que soy.
- Alinka, te quedaras con Athina, volveré por ustedes en unos minutos – entiendo todo lo que dice "si algo le pasa, te matare", le sonrió aceptando lo que dice y lo veo desaparecer junto con Alex, Zet y Adriana.
Cuando Thomas dice minutos, se refiere a unos quince minutos, no es fácil transporta a tantas personas de una vez, Athina se sube a las ramas de un árbol y comienza a balancearse como un mono.
- ¿por qué tan seria? – pregunta y me doy cuenta que había dejado de pestañar.
- Porque siento que algo no está bien, hay algo que me molesta
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Amanecer de oscuridad
Teen FictionLa manzana de la vida fue robada, Delfos corre peligro y los corazones rotos y lastimados abundan entre los semidioses. La ultima misión guiara a los héroes en un laberinto de oportunidades, decisiones, sacrificios y amor. Mientras corren por sus v...