Se podía decir que Alex era descoordinado con el cuchillo, de hecho estaba sorprendida de que no se hubiese matado el mismo en todo este tiempo, le había dado a uno de los diez seres deformes que nos atacaban, de los otros nueve, no quiero presumir, pero lo salve yo.
No me mal entiendan, no lo juzgo, yo era mucho peor cuando llegue al campamento, él al menos lo estaba intentando, yo solía encogerme de hombros o refugiarme en otras personas en los entrenamientos, solo cuando tuve catorce años me di cuenta de que era fuerte, me tuve que hacer fuerte.
El punto es que Alex está tratando de hacer su mejor trabajo con el cuchillo cuando sin darme cuenta los eventos dejan de ser suertudos para nosotros.
La cabaña de Hipnos estalla en una explosión que envía un montón de energía hacia nosotros, es hermoso y terrorífico a las vez, el fuego griego estalla en flamas verdes y la ola de explosión nos alcanza, la suerte no me acompaña y tampoco a Alex, este suelta el cuchillo y en cámara lenta lo veo girar con fuerza, por solo centímetros, es una cosa de tiempo y de física y los dioses no juegan con esas cosas, necesito más que suerte para salir de su trayectoria, siento algo atarse a mi tobillo y halar de mi y el veo al cuchillo fallar a mi corazón por centímetros, en su lugar el cuchillo llega a mi brazo, maldita sea ¿por qué me moleste en afilar estas cosas? Siento un pinchazo, algo frío entrando a mi piel, luego calor y cuando miro mi brazo atravesado siento que me voy a desmayar.
- No, no, no – escucho la voz desesperada de Alex - ¿Qué se supone que tengo que hacer?
Uno de los pegasos aparece, la explosión los había espantado a todos junto con los monstruos, se hecha a mi lado y me quedo respirando agitada a su lado, ¿Quién diría que verme acuchillada me afectaría tanto ahora? Hace unos años no era así, había luchado contra un dragón, había enfrentado a los Oniros, no habíamos ganado, pero no me había descompuesto de esta forma. La transpiración en mi cuerpo, siento que mi ropa se pega a mí, mi cabello por primera vez me molesta, tengo frío, pero al mismo tiempo siento cada célula de mi cuerpo arder.
- Es solo un corte – escucho que dice Alex mientras entra en pánico - ¿Qué se hacía? ¿por qué no puse atención en mi clase de primeros auxilios?
- ¿tenemos clases de primeros auxilios? – me sorprendo tratando de calmarlo mientras mi cuerpo está colapsando por el pánico, literalmente.
- No, yo la tenía, en mi colegio, en el mortal
- ¿sí? – tomo aire fuerte, mi boca esta salada, como si hubiese corrido un maratón - ¿por qué no ponías atención?
- Tenía una novia – dice – ella solía enviarme papeles en clases y yo los respondía mientras mi profesor hablaba
- ¿Qué paso con ella?
- No lo sé, mi salida del mundo mortal fue algo abrupta y mi padre no se preocupa demasiado de mi – piensa un poco mientras pasa su mirada desde el destruido campamento y la vista del Pegaso a mi lado – quizás aún no se da cuenta que yo me he ido.
- Bueno, ahora escúchame, si quieres volver a ver a tu novia sácate la polera – su cara de desconcierto me hubiese causado risa, pero siento el cansancio de miles de batallas que no he tenido sobre mí – la cortaras en una venda y dejaras uno de los ...
- No estorbes niño – dice Alinka mientras le da un fuerte empujón para que le ceda la pasada - ¿Cómo es que te atravesaste con tu propio cuchillo?, no me digas, apuesto a que no fuiste tú, oh amiga luces terrible, luego te voy a limpiar – habla rápido, su cabello rubio forma una cortina a ambos lados de su cuerpo – no puedes andar así de indecente, está bien que estuviéramos en un incendio y que las probabilidades de sobrevivir disminuyen, pero hay que morir decentes – miro a Athina que asiente a lo que mi amiga dice – cuando cuente a tres tomaras una gran cantidad de aire, ¿entendido? – le señalo con la cabeza que si – uno, dos, tres – tomo la bocanada de aire y luego me ahogo en dolor, ¿desde cuándo soy tan intolerante al dolor? Alinka saca el cuchillo y pone una de sus poleras sobre la herida, la ropa naranja pronto se comienza a teñir de carmesí, pero ella la envuelve con uno de sus calcetines largos y hace una venda que termina en una rosa, no sé cómo.
- Ponte de pie mujer, que esto solo está comenzando – Athina me da un pedazo de ambrosia, sabe a naranja, como mi primer beso.
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Amanecer de oscuridad
Teen FictionLa manzana de la vida fue robada, Delfos corre peligro y los corazones rotos y lastimados abundan entre los semidioses. La ultima misión guiara a los héroes en un laberinto de oportunidades, decisiones, sacrificios y amor. Mientras corren por sus v...