Viernes 11 de Septiembre.

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Lo irónico de la situación,
era que su camino se había chocado
con el mío.
Lo irónico era que su camino
estaba lleno de piedras y baches.
Le tendí la mano para ayudarla.
Me quité la chaqueta y la puse
en el suelo
para que pasara por los charcos.
Y ella pasó.
Quitó las piedras.
Saltó los baches.
Soltó mi mano.
Y se fue.
Y digo que es irónico
porque ahora el que necesita una
mano
soy yo.


Las lágrimas también duermenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora