A veces las personas necesitamos volver a empezar para continuar.
Y, mi propósito de año nuevo es tomarme todo mejor,
como tomarme el café contigo por la mañana
después de habernos tomado unas cervezas de más por la noche.
Tomarme mejor tus mordiscos -que ya sé que tus colmillos me tienen cariño-
o tus intentos de enfadarme, que todo lo que dices para molestarme
lo haces con una sonrisa
y eso, querida, te delata.
Intentar no echarte tanto de menos porque
siempre que haya luz habrá una sombra conmigo,
y si estoy a oscuras, ¡me cubre entero!
Callarme cuando es el silencio el que habla
-y yo de verdad no entiendo la manía que tiene la gente
con decir que los silencios son incómodos.
Incómodo es tener que rellenar el espacio con palabras vacías, y sin sentido.-
Yo, prefiero verte mirar al cielo en busca de estrellas
mientras se te escapa el vaho por la boca,
porque preciosa eres siempre,
y preciosa siempre vas a parecerme
aunque estés en babia, en busca de galaxias.
Y por muy lejos que pueda tenerte,
nunca van a faltarme palabras para hacerte sentir como en casa.
Porque quizá nunca hayas sido mía del todo
-espíritu libre te llaman-
pero jamás va a faltarme razón cuando digo
que esos mordiscos
no se los das a cualquiera.
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Las lágrimas también duermen
Poesía¿Una descripción más para otra historia de amor? Ya está todo dicho.