¿No me temes?[TERMINADA]

Capítulo 28✔️

Pov.Luna Summers

Estos últimos días he notado que su actitud es tensa y eso realmente me preocupa. La maldita Cristal apareció y parece que su presencia lo afectó de alguna manera...

Mientras mi mente divaga en estos pensamientos, me preparo para la salida. Quiero descubrir todos los detalles sobre ese enigmático hombre que involuntariamente ha estado perturbando mis pensamientos, pero también me ha provocado una excitación que no puedo negar. Me invade la ansiedad ante la idea de mencionárselo a Thomas, ya que temo que pueda reaccionar de forma negativa.

Visto unos vaqueros desgastados por las rodillas, junto con un sencillo top y una chaqueta negra. Completo mi atuendo con unas zapatillas deportivas y tomo mi bolso antes de dirigirme a la puerta.

Aviso a Thomas con un mensaje de texto: "llegaré sobre las 21:30, traeré pizza, te amo❤️"

Salgo de la manada para ir a la ciudad  y me dirijo hacia la cafetería, con la mente llena de curiosidad y una pizca de nerviosismo por lo que esta noche podría deparar.

Llegué a la cafetería, un nuevo lugar que había descubierto recientemente. Murmuré la palabra "rosas" en voz baja, y de repente, el hombre desconocido que había estado en mi mente se sentó frente a mí, como si hubiera materializado mis pensamientos.

—Ya tardabas —dijo él.

—¿En serio? —cuestioné con una ceja alzada—. ¿Ni siquiera un "hola, Luna"? ¿Qué clase de educación te dieron?

Él suspiró y me miró directamente —Hola, Luna. ¿Cómo estás?

No pude evitar rodar los ojos ante su falta de formalidad.

—¿Quieren pedir algo? —intervino la camarera, observando al desconocido como si fuera el plato más delicioso del menú.

—Yo quiero... —empecé a ordenar mi pedido sin necesidad de esperar—. Un chocolate caliente, un par de churros y... —la expresión de la camarera era todo un poema—. Ah, sí, otro par de empanadillas. Estoy embarazada y eso me deja con más hambre.

—Yo quiero lo mismo —dijo el sujeto frente a mí, mirándome con una sonrisa.

—Ahora mismo traigo su pedido —dijo la camarera, y se alejó de la mesa.

—¿Cómo te llamas? —pregunté, intentando mantener la conversación.

—Azrael, hijo del diablo. Pero si prefieres el nombre que uso en esta vida, soy Adriel.

Un torrente de preguntas llenó mi mente, pero no sabía cómo abordarlas.

—Muy bien, Adriel —dije—. ¿Qué obsesión tienes conmigo?

—Mucha obsesión. Si mi cabeza fuera pecado, no habría castigo suficiente.

Sentí cómo mi cara ardía por la vergüenza. No estaba segura de cómo responder a eso.

—Hablo en serio —insistí.

—La leyenda de la loba azul es muy compleja, pero te la cuento para que puedas despejar tus dudas. La Luna le otorgó un don a la loba más hermosa de la manada, un don que ha perdurado hasta ahora. Cuentan que la diosa Luna tenía dos amantes: el Demonio Azul, y el Alpha de una gran manada. Se dice que la loba azul posee el poder de la diosa Luna. Por lo que veo, tu bisabuela fue la otra luna azul.