Pov. Thomas Duncan
Las cálidas y sugerentes luces de la luna se filtraban a través de las delgadas cortinas de la habitación de hotel en Hawái, creando un ambiente íntimo y mágico. Sus manos, su cuerpo desnudo junto al mío, eran como un sueño hecho realidad. Cada centímetro de su piel delicada y tersa parecía un lienzo bañado por la luz lunar. Nuestros cuerpos, aún húmedos por el ardor del momento compartido, brillaban como joyas bajo el suave resplandor celestial.
—Amor, ¿pedimos algo para comer? —Luna preguntó con una sonrisa traviesa, su figura perfectamente esculpida reposando sobre mí, sin necesidad de esconder nada bajo las sombras de la vergüenza.
La visión de su desnudez era hipnótica, y mis dedos ansiaban tocar cada parte de ella, explorar sus curvas con la reverencia que merecían.
—Quédate así siempre, mi reina. —Le dije, mi voz ronca y llena de adoración, mientras mis dedos trazaban círculos suaves sobre su espalda. La piel cálida bajo mis yemas me recordaba que esto era real, no un sueño fugaz.
Con una elegancia natural, Luna alcanzó el teléfono en la mesilla de noche, su cabello caía en cascada sobre sus hombros mientras su figura se destacaba como una escultura divina.
—Pásame el teléfono, voy a pedir algo para comer. —Le extendí el teléfono, observando cómo sus movimientos eran gráciles incluso en la simplicidad.
La voz melodiosa de Luna se elevó al hablar con el servicio de habitaciones, y sus palabras se deslizaron como una canción suave en la brisa nocturna.
—Hola, buenas noches. Sí... nos gustaría que nos trajeran la cena. ¿Podemos ordenar...? —Su voz tenía un tono dulce y amigable, y no pude evitar sonreír ante su encanto natural. Era fácil imaginar cómo se comunicaba con todos, ganándose la simpatía de quienes la rodeaban.
Mientras Luna continuaba con su pedido, mis ojos no podían evitar ser atraídos por su belleza cautivadora. Era majestuosa, como una diosa descendida a la Tierra, y mi corazón latía con fuerza mientras la admiraba. Cada detalle, desde la curva de su cadera hasta la forma en que su cabello se derramaba sobre su espalda, era una obra de arte que había sido creada para inspirar admiración.
Mi mente se llenó de pensamientos, de emociones intensas y pasionales, mientras observaba a la mujer que tenía ante mí. Luna era más que una amante; era una musa que encendía mi creatividad y despertaba el deseo más profundo en mí.
Finalmente, Luna colgó el teléfono, y su mirada se encontró con la mía. Una chispa de complicidad pasó entre nosotros, una promesa silenciosa de momentos compartidos y aventuras por venir. Aunque las palabras no fueran necesarias, sentía que podía ver a través de sus ojos y comprender sus pensamientos más profundos.
—Eres magnífica, mi amor. —Mis palabras salieron casi como un susurro, reverenciando la magnitud de la mujer que tenía a mi lado. Luna, con su esplendor y su gracia, era algo que no podía creer que fuera mío.
Ella sonrió, sus ojos brillando con ternura y pasión a partes iguales. Y en ese momento, mientras las luces de la luna jugaban en su piel y nuestros cuerpos descansaban en la paz de la noche, supe que este era un capítulo de nuestra historia que nunca olvidaría.
...
Al amanecer del día siguiente, me propuse despertar a mi mujer de manera inusualmente entusiasta. Llevábamos tres días en este paraíso playero y hasta ese momento no habíamos tenido la oportunidad de disfrutar plenamente de su belleza y esplendor.
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¿No me temes?[TERMINADA]
Werewolf¿ que pasaría si ahora mismo fueras un lobo? ¿Y si no eres un simple lobo? Métete en la historia de Luna Summers y Thomas Dumcan Una novela de amor, odio, rencor y lo más importante tres almas gemelas. ¿Que esperas a leerlo?? #215 Hombre Lobo 01/05...