1. Presentación - Un reflejo de confusión.

1.1K 29 17
                                    

Bueno... HOLA. Siempre he querido escribir esta historia desde hace muchos muchos años, pero siempre he decidido esperar porque pensaba que la experiencia haría que mi forma de escribir se afilase y forjase mucho más. Pero mis ganas de escribir esta historia ya han sobrepasado todo lo demás ^^

Como he dicho en la descripción de la historia. Voy a intentar que esta historia sea algo más que aquello que leemos por leer y porque es bonito. Que a mi parecer está muy bien y es distraído, pero quiero llegar mucho más lejos.

Si te gustan esas historias que te sorprenden porque prosiguen de forma que no te imaginabas, que no son predecibles... ¡Esta historia te encantará! Y bueno, también cabe decir que tendrá muchos momentos de temática homosexual, ¿por qué? Porque el libro en si es de temática ciencia ficción/homosexual, si no toleras este tipo de cosas pues... fuera (?). Y bueno, ya no me enrollo más, espero que lo disfrutes :3


--------------------------------------------------------


-Mi nombre es Kilian Prescott y tengo 18 años, mis aficiones se pueden resumir en buscar aficiones. Bueno, antes de nada, me gustaría poder decir que el sistema educativo me da náuseas de lo inútil que es. Y bueno, espero llevarme bien con todos vosotros este año, aunque no creo que lo consiga ya que la gente provoca en mí un sentimiento de constante desprecio y amargura. -Lo medité unos instantes haciendo muecas con mis labios- ¡No! Así no debería presentarme, pensarán que soy un amargado. Vale, Kilian, eres un Prescott, puedes hacerlo, puedes intentar ser simpático, sé que puedes, confío en ti.

Y ahí estaba yo, hablándole a mi propio reflejo desde hacía aproximadamente unas 5 horas. Yo nunca había hecho este tipo de cosas, pero supongo que mi estado de ermitaño y jugar durante horas con los Sims me hacía creer que hablarle al espejo subiría mi carisma.

Llevaba casi un año entero encerrado en casa. No es que estuviese "encerrado", simplemente no quería salir, algo dentro de mí me lo impedía. ¿La razón? Nunca lo tuve muy claro, aunque siempre se lo atribuí a mi forma negativa de ver la vida. Y que ocurriesen ciertos incidentes hicieron ver todo aún más negro.

Al principio todo era muy normal, seguía mis clases y me relacionaba con mis compañeros (cabe decir que nunca he sido muy sociable, pero bueno, no me cierro a los demás). Pero un día, sin más, no podía seguir el ritmo de los demás. Algunos dijeron que simplemente era un adolescente vago (como mi querido padre y toda su familia), otros que quizás tenía algún tipo de trastorno (mis buenos amigos), otros que yo era un alíen (tener una hermana que conspira contra tu identidad como ser humano siempre es bueno)... Pero al final todo se decidió de forma médica, bueno, si puede llamarse así, ya que todo el problema parece que se solucionó simplemente poniendo nombre a lo que me ocurría: "Depresión".

Me gustaría decir "quiero explicar lo ocurrido todo ese año que me encerré aunque es demasiado que decir y no quiero extenderme..." pero la verdad es que no ocurrió absolutamente nada. Quiero decir, cuando estás encerrado, sin salir, sin progresar... ¿Quién cree que realmente el tiempo pasa rápido, y además, que te pasan cosas? Solo puedo decir que tuve un año muy duro, aunque realmente parecía que estuviese bien de salud no lo estaba. Tenía la misma rutina de zombie de siempre, dormir, Internet, comer, Internet y dormir. Es cierto que a veces quedaba con mis amigos, pero... El majestuoso bachillerato no les dejaba mucho tiempo para estar conmigo, o al menos, esa era su excusa, ya que salir con otra gente no era un problema.

Ese año fue lo más aburrido del mundo. Mi día a día tenía una mezcla de tristeza incoherente con diez toneladas de aburrimiento. Al principio me molestaba que la gente comenzase a alejarse de mí, que me dejasen de lado y que realmente no se preocupasen. Pero luego, pensándolo mejor, no podía echarles la culpa de que se alejasen cuando yo era el que más se había alejado.

Aunque hubo mucha gente que no se tomó mi depresión a broma (que eran pocos), entre ellos una profesora realmente dulce, llamada Amelia. Esa mujer era algo mayor y me llamaba cada día para ver cómo me encontraba, incluso en días festivos, cosa que me extrañaba porque ella era realmente dura con el resto de alumnos. Y bueno, realmente no quiero extenderme contando que no ocurrió exactamente nada en mi vida, así que iré aproximándome al final del problema.

Con los meses empecé a sentirme mucho mejor sin razón alguna, aunque dejé de tener contacto con muchísimos "amigos" (ya que no me gusta sonreír como un completo gilipollas a alguien que nunca se ha preocupado por mí). La gente aprobó sin discusión que volviese a estar animado, nadie lo entendía, pero todo el mundo se alegraba y fue como: "kalise para todos", fiestaca, traer a las putas, etc. Así que a medida que fui mejorando fui pensando que quería ir a un instituto distinto del mío donde acabar mis estudios de bachiller, ¿que por qué? Pues me sometí a un auto castigo por haber estado todo el año sin tocar un libro. Realmente no importaba mucho el lugar, todos mis amigos se habían graduado e iban a ir a la universidad.

Pensaba que de verdad me encontraría solo este año en un lugar nuevo, y como Prescott que soy iba a llevarme bien con todos y sacar grandiosas notas. Pero esa idea no duró demasiado cuando recibí un mensaje de un número desconocido. El mensaje era de un chico de mi anterior instituto, nos conocíamos desde párvulos pero nunca tuvimos mucho contacto, lo cual me pareció realmente extraño y curioso.

Martín (x2): No puedo creer que de verdad vayamos a estudiar juntos este año, ¿no es increíble? He mirado el programa y los horarios, más tarde te mandaré un correo con toda la información^^

Yo: Yo tampoco sé muy bien cómo he acabado metido en el mismo instituto que tú...

Mierda, creo que eso ha sonado algo borde... Pondré unos cuantos emoticonos felices para suavizarlo- Pensé para mis adentros mientras daba clic un par de veces al mismo emoticono.

Lo dicho, Martín es el chico que comenzó a hablarme a principios de Agosto para decirme que había visto por casualidad que constaba entre las listas de alumnos matriculados. Este hecho me hubiese acojonado, porque siendo sinceros eso no es posible saberlo por casualidad, si yo no hubiese revisado miles de veces esas listas y buscado las caras de mis futuros compañeros por Facebook. Aunque muy buen detective no creo ser, ya que a Martín ni siquiera lo vi.


Pasaron los días y cada vez mi entusiasmo crecía, lo cual era muy raro en mí aun estando recuperado. Simplemente quería empezar a hacer las cosas bien.

Y finalmente llegó el primer día de instituto.


La teoría del caos. (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora