La teoría del caos. (Gay/Yaoi)

9. "Te ama, Gambita."

(Sigue narrando Kilian)

Una vez en la calle recordé que yo tenía vida antes de juntarme con gentuza como el rubio estúpido, y abrí mi móvil. Tenía muchísimos mensajes de Martín, y en los últimos parecía realmente preocupado porque no había estado atendiendo el móvil como siempre hacía.

Le escribí diciendo que tenía que llamarle y explicarle lo que había sucedido, Martín era un gran amigo y pensaba explicarle todo. Le dije que el lunes le contaría todo y que ahora me dirigía a casa de Noah, y también, que había dormido en mi casa. Nada más escribir eso vi que Martín vio mi mensaje, se quedó en línea durante un buen rato, pero se desconectó sin contestar. No le di mucha importancia y dejé el móvil, tenía otros mensajes pero ya podían esperar.

— ¿Con quién hablabas? — Me preguntó de forma acusadora, Noah.

— ¿Ahora eres un celoso?

— ¿Ahora? Yo siempre he sido celoso. Me indigna que no sepas algo tan simple como eso. —Y volvió a sonreírme con esos labios en forma de burla.

Noah tenía tres sonrisas: la falsa, que le hacía a todo el mundo porque le era realmente útil al día a día; la burlona, que la utilizaba para enfatizar que lo que había dicho solo era una broma cariñosa; y la que siempre me hacía a mí, que la usaba para decirme "te quiero" sin decirlo. O al menos, esa era la historia que yo me había montado en la cabeza.

Usamos el metro como era costumbre, pero paramos mucho antes de llegar a la parada habitual del instituto. Igualmente, dentro del metro había una cara conocida que me daba náuseas nada más verla, Gus.

— ¡Pero si son mis dos personas favoritas! —Gus ya no escondía su forma psicópata de hablar, y yo no sabía si eso era algo bueno o malo.

—Gus, vete, no nos molestes. —Le dijo secamente Noah sin prestarle mucha atención.

— ¿Ahora estáis juntos? —Empezó a trazar una pequeña sonrisa entre sus labios— Nunca lo hubiese imaginado.

—No, no lo estamos, así que deja de molestar. — ¿Qué quería decir Noah con eso? ¿No estábamos juntos?

—Pues parece que Kilian no sabía eso, porque ha puesto una carita de sufrimiento muy adorable. —Maldito Gus, le odiaba.

Por fin llegamos a la parada del barrio donde vivía Noah, pero antes de bajar Gus agarró mi brazo y se acercó a mi oreja.

— Vamos, Lindo, yo sé que eres más listo de lo que pareces. ¿No te parece raro que Noah supiese exactamente donde vivo? —Soltó mi brazo después de susurrarme esas palabras y por la presión salí fuera del vagón, dejando atrás a Gus pero con sus últimas palabras destrozándome la mente.

¿Cómo algo tan obvio no se me había pasado por la mente? ¿Noah me había mentido en que él no tenía ningún tipo de relación con Gus? No quería pensar ahora mismo en eso, tenía cosas más importantes de las que preocuparme, y además, Noah me estaba dejando atrás una vez había salido del metro.

Caminamos y caminamos, la estación no estaba precisamente cerca de su casa, o al menos, eso me parecía a mí. Empezamos a llegar a una calle llena de casas que yo calificaría de... calle pija.

—La gente con dinero no tiene buen gusto, ¡todas las casas son iguales! —Dije por decir algo, ya que habíamos estado demasiado callados.

—Mira, esa es mi casa, Kilian. —Señaló y me miró con una sonrisa torcida.

Estaba más claro que nunca, éramos una pareja de torpes y siempre la estábamos fastidiando. La casa que me señaló no era diferente a las otras, pintada de blanco, tejado rojo, con jardín... era una casa perfectamente normal, pero no dejaba de tener esa aura de "gente de clase alta". Igualmente tampoco me sorprendió, después de ver el tríplex de Gus nada en el mundo me sorprendía.