- Alys, ¿por qué Vilu parece un tomate?- pregunta Milagro.
- Y hermana, ¿por qué ríes como loca?- pregunta Aleysa.
- Porque se me esta pegando lo de tu madrina Aleysa- alguien golpeó mi nuca - pues como que también lo de bruja- otra vez- Violeta para.
- No- dice intentando aparentar seriedad.
- Vilu- llamo.
- ¿Qué?
- Vamos tienes que decirles de quien era el número.
- Mejor sigue narrando la historia.
- Okeey- carraspeo- esa mañana me desperté en el sofá de la habitación de Aleysa- comencé a decir transportándonos a esos años...
Faltaban treinta y cinco minutos para que Christopher llegará, y mi nana estaba apunto de llegar, hoy me enfrentaría a las miradas de todos los que presenciaron el espectáculo de Anna aquel día.
Estaba en la cocina comiendo unas galletas de avena con jugo de naranja antes de irme, cuando el timbre sonó; me encamine hasta la puerta y...
- Mi niña Issy, ¿cómo estas?- le di un fuerte abrazo a mi nana y un sonoro beso en la mejilla.
- Bien nana ¿y tú?
- Bien mi niña ya sabes- suspira- la edad- me reí por sus ocurrencias, mi nana en ese entonces aun estaba joven solo que ella siempre decía lo contrario.
- Bueno nana p...- una bocina me interrumpió- pasa nana ya sabes, éstas en tu casa yo ya me voy- me dirigí al sofá donde estaban mis cosas le di un beso a mi nana y salí de mi casa, mi mirada fue directo a un chico de cabello castaño oscuro y de ojos penetrantes recostado en el capó de su coche.
- Pequeña- se separó del coche y vino directo hacia donde yo estaba y me abrazó, cada que me abrazaba sentía un frío recorrer mi espina dorsal y después la sensación de que nada malo pasaría me embargaba.
- Hola- sus manos estaban en mi espalda y las mías en sus cintura ya que era mucho mas alto que yo, me sentía cómoda ahí en sus brazos.
- Puedo pasar a verla, llegue temprano por eso y porque- se puso nervioso- quería verte mi pequeña- un calor intenso se apoderó de mis mejillas en ese momento.
- Sí- susurré- sí, claro que puedes pero esta dormida- dije en un tono mas fuerte.
- Oh bueno, entonces ¿nos vamos?- asentí y nos dirigimos al coche, me abrió la puerta y después que me monté la cerró y se dirigió al lado del conductor.
El silencio que nos rodeó todo el camino hacia la universidad, no fue incómodo, pero mi mente en vez de pensar en eso de iba a su quería verte mi pequeña...
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La Filosofía de Amar ©
Lãng mạnAmor: Una bendición para muchos. Una desgracia para otros. Y algo inalcanzable para la mayoría. Un arma de doble filo considerado algo tan necesario para vivir como el aire. Pero no es así.