Capítulo doce

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Esa noche apenas puedo comprobar la lista de resultados. En cuanto entro en la habitación, un oleada de gritos, risas y conversaciones me asalta.

Los iniciados osados aún me recuerdan. No solo como la primera saltadora, sino como la chica que se colgó del tren y consiguió salvar su vida por los pelos antes de llegar al complejo de Osadía. Willa y Sheyla son las primeras en llegar a mí, eufóricas, y felicitarme por mi primer puesto. Intento buscar entre tantos cuerpos vestidos de negro la lista de los osados, para saber si he de felicitarlas también o no, pero no lo consigo. Otros dos chicos, Garret y Tony, también se acercan para saludarme. Garret es castaño, con la piel morena, cejas gruesas y un cuerpo demasiado tonificado. Tiene una sonrisa deslumbrante que me recuerda a la del rubio de ojos azules. Tony, por otro lado, es pelirrojo y pálido, muy alegre, con el pelo rapado por los lados. Es muy delgado, salvo por los bíceps que se marcan en su ajustada camiseta negra.

Otros iniciados, sin embargo, no se molestan en acercarse, como es el caso de Estella y el chico que nunca se separa de ella, Brand. Ambos me observan desde el otro lado de la habitación con una mirada que podría cortar un cristal. Además de ellos hay otro chico que tampoco se acerca. Es el más fornido de todos, moreno y de piel pálida. Se dedica a hacer unas cuantas flexiones momentos antes de irse dormir en una de las litera más solitarias.

-¿Quién es ese? - pregunto a Tony y Garret.

-Es Lark. - responde Garret - Es osado de pies a cabeza, y ansía serlo hasta el punto de no relacionarse con nadie.

-Ya sabes. Cuantos menos amigos, menos debilidades – comenta Tony, y asiento. En un principio, esa siempre ha sido mi filosofía.

-Se centra solo y para las pruebas. Ha sido el primero de nuestra calificación. En la pelea del desempate le dio una buena paliza a Dareon.

-¿Queréis no contarle cosas mía?

-Hablando del diablo – respondo con sorna. Dareon acaba de entrar en el dormitorio, con una extrañamente callada Chloe justo detrás. - De tercero a segundo, ¿eh? - le doy unas palmaditas en la espalda, más fuertes de lo necesario - No pierdas la esperanza. Algún día llegarás al primer puesto.

-Lo sé – la sonrisa de Dareon se ensancha con malicia – En cuanto te derrote.

-Como he dicho, no pierdas la esperanza – esta vez, mi tono alcanza los límites de la ironía.

-¡Aquí hay demasiada tensión sexual! - Willa aparece justo detrás de mí, cogiéndome por la cintura y alzándome un par de palmos del suelo – Perdona que te lo diga pero... Ahora tienes muchos más impedimentos para llegar a lo alto, primera saltadora.

-Incluso aquellos que en un momento no lo fueron, ahora podrían ser un difícil obstáculo que superar – Tony señala un chico a un par de literas de distancia. Es Julian, que ha convencido a Morgan para hacer abdominales junto a él.

Me cruzo de brazos llena de curiosidad. Al parecer, el hecho de que su mejor amigo sea expulsado de Osadía ha conducido al iniciado a una tristeza absoluta. Y ahora, Julian, como habría hecho cualquier cordial, trata de subirle la moral a base de acciones osadas. No puedo evitar sonreír con satisfacción.

-Eso lo hará más divertido.

Apenas han sido un par de horas, pero tener aquí a los iniciados hace que el ánimo se me dispare. Me hace feliz. Me hace ser parte de ellos, como siempre he querido. Es tal y como siempre soñé que sería mi iniciación: llena de voces y alegría.

Llena de adrenalina.

Gracias a ellos, consigo olvidarme durante un tiempo de mis problemas, de Pec, de Stan, de Bruce, de Royce e incluso de mi hermana.

La facción antes que la sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora