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—¡Felicidades -eso es todo lo que puedo escuchar, mi mano pasa de mano en mano entre mis compañeras de trabajo admirando mi anillo, ''oro y diamante corte princesa'' fue todo lo que escuche de ellas, mi mirada se dirige en busca del culpable de esto y lo encuentro sonriendo y estrechando la mano de sus amigos, que sin intención de disimular o bajar su tono de voz no dejaban de hacerles bromas acerca del ''gran error'' que estaba por cometer, idiotas.

—¿Cuándo será la boda? -pregunta una de las mujeres emocionadas y mis ojos se abren.

—No lo sé, no hemos hablado de eso, hace dos días apenas dije que si y...

—Asegúrate de que sea en octubre -me interrumpe una de ellas.

—Si, porque antes de eso será un horno y después de eso un completo heladero -comenta otra y todas asienten. ''toma nota Eliza'' pienso.

—Cuando yo me casé contratamos a un planeador, realmente salvó mi vida, de otra forma habría perdido la cabeza y muerto de un infarto -dice y asiento, ''planeador'' agregado a la lista, con mayúsculas y subrayado.

—Nuestro planeador fue el mismo, te pasaré los datos mañana mismo.

—Muchas gra...

—Pero déjale en claro que es tu boda, a muchos se les olvida e ignoran todas tus opiniones -alega otra.

—¡Tiene razón 

—yo quería que mis damos llevaran color durazno y el usó color coral.

—¡No puede ser -chilla otra con total indignación y frunzo el ceño, después, una discusión acerca de todo lo malo que hicieron esos planeadores se inició y aproveché para huir.

—¿A dónde crees que vas? -unos brazos me abrazan por la espalda y besa mi cuello.

—¿Es muy tarde para decir que no? -bromeo y sonríe.

—Desde que vomitaste en mis zapatos fue muy tarde Licenciada Menster -me recuerda y cubro mi cara haciéndolo reír, -por cierto, aun no me los pagas -continua y lo miro divertida.

—¿Acepta cheques Licenciado Cooper? -pregunto y muerde su labio mientras coloca sus manos en mis caderas.

—Te lo cambiaré por besos -asegura y alzo una ceja.

—¿Dos le presen suficientes? -bromeo y beso ambas de sus mejillas.

—Eran Prada -agrega y beso su barbilla, —de la nueva colección -continua y beso su nariz, —italianos -beso su frente, —un obsequio de mi madre -finalizo y río besando sus labios, —Tomaré eso como un abono -asegura y me besa de nuevo, suspira y me mira cuando se separa, —¿cenamos juntos? -pregunto y asiento, besa mi nariz y se separa para alejarse.

—¡Brandon -lo llamo y me mira.

—¿Si?

—Te amo -aseguro y sonríe lanzándome un beso antes de desaparecer.

Dada mi trayectoria y logros obtenidos durante mi trabajo en el bufete, mi nuevo propuesta en la firma del despacho de Brandon y su total respaldo me ha traído más casos, durante meses, mientras yo terminaba un caso tras otro me veía completamente ocupada, otros abogados, incluso los más longevos, llevaban casos sin interés, y aquí estaba yo, llevando un caso de uno de los hombres más poderosos del país, mientras Bullock intentaba hacer que su cliente se quedara con el perro tras su divorcio, y todo era genial, la casa de mamá estaba completamente remodelada al igual que su coche y guardarropa, me aseguraban que ella y la abuela asistieran al Spa al menos tres veces al mes y había colocado Tina en la habitación de la abuela para que pudiera permanecer en el agua tanto tiempo como quisiera sin desperdiciar de más.

Una vida en el paraíso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora