13.

10.6K 1.4K 125
                                    

La puerta se abre y no necesito alzar la vista para saber que se trata de él, de pronto me siento pequeña y nerviosa, mi cuerpo vuelve a ser consciente de él y siento su calor cubrirme mientras se acerca.

-Hola -dice con duda y finalmente levanto la mirada.

-Siéntate -invito y obedece, se sienta frente a mí y me observa cuidadosamente.

-Espero no... -se detiene y suspira, -te vez hermosa -dice finalmente y sin poder evitarlo sonrío, y créanme cuando digo, de verdad intenté no hacerlo.

-Querías hablar -le recuerdo y asiento.

-Desde que lo supiste quise decírtelo -dice él, -pero te fuiste y no me dejaste hablar, después intenté buscarte pero me rendí cuando me di cuenta que quizá tu simplemente ya no querías saber de mi -dice y lo miro sorprendida.

-¿Por qué creíste eso?

-Los últimos días en nuestra relación no habían sido los mejores, tú querías hijos y yo... bueno, yo te hice creer que no quería, así que supuse que estabas usando a mi supuesto hijo como excusa para dejarme, y yo creí que lo mejor era dejarte ir, darte el espacio para que consiguieras lo que querías -señala.

-No fue por el niño Brandon, mi decisión no tuvo que ver con él, fue porque me mentiste, ella te lo había dicho y me mentiste -señalo.

-No te lo dije porque no era verdad, no le tomé importancia, Eliza jamás creí que ella vendría e intentaría engañarte -señala.

-Ella no quería engañarme, ella quería salvar la vida de su hijo -digo sorprendiéndome, ¿estaba defendiendo a la culpable de que rompiera mi compromiso?, no, ella no me había hecho romperlo, la decisión fue mía, yo sola lo decidí.

-Lo entiendo, pero ahora vez que no te mentí -dice y lo miro a los ojos.

-Lo hiciste Brandon, me mentiste, ¿por qué no me lo dijiste antes? -agacha la cara y suspira.

-Porque no es algo que me haga sentir orgulloso, porque es un tema que comenzaba a dolerme, jamás me importo saberlo, hasta el día en que te conocí, porque sabía que quería más, contigo lo quiero todo, una relación, una boda, una familia, una vida que me sacara del infierno en el que me había metido, una vida que no alcanzaría, un paraíso que no merecía, y además... temía que al saberlo me dejaras -dice y suspiro, abro la boca y la cierro, dudo unos momentos entonces llevo mis manos sobre las suyas, sus ojos sorprendidos van a los míos.

-Estábamos comprometidos Brandon, te pedí no más secretos, me hubiese gustado que me lo dijeras, que confiaras en mi -murmuro y abre su boca pero la cierra en silencio, -es cierto, la idea de ser madre me hace ilusión Brandon pero te... te amo, y no te habría culpado por algo en lo que tú no tienes la culpa alguna, tú me importas y te habría apoyado completamente -aseguro.

-Eliza yo... -duda y traga saliva, -yo no puedo tener hijos porque... cuando tenía 18 años conocí a mis hermanas -señala y asiento, -pude convivir con ellas y me di cuenta del daño que les hizo crecer sin un padre -continua y noto sus ojos oscurecer, como si los recuerdos lo atormentaran, -yo no quería hacer eso, yo no quería ser como él y me aterraba la idea de serlo, así que cuando cumplí los 21 años yo... -duda y me mira a los ojos, dolor, arrepentimiento, vergüenza, culpa, todo lo que sus ojos expresan me hacen hundirme en la miseria, él no debía sentirse así, no fue su culpa que su padre hiciera lo que hizo y tomara las decisiones que tomó, -yo me hice la vasectomía -admite y mis ojos se abren, mis manos se alejan de las suyas sin siquiera pretender moverlas, sino más bien como reflejo, como un instinto de seguridad, -Eliza, no puedo tener hijos y es mi culpa -finaliza, aprieto mis labios y respiro, cuando mi mente comienza a trabajar todo se vuelve a mí, ¿Qué iba a hacer yo? ¿Cómo pudo hacerme esto?, pero esto no era sobre mí, así como esto tampoco era su culpa, él estaba asustado, no quería cometer el mismo error de su padre, no quería ser su padre, su padre fue quien le hizo esto, su padre fue quien le hizo tanto daño que su trauma lo hizo tener miedo al futuro, un futuro igual al suyo, y yo no podía molestarme, así como tampoco pensar en cómo esto me afecto o afectaría a mí, sino que tenía que preocuparme por el hombre frente a mí, mis manos vuelven a las suyas y me mira.

Una vida en el paraíso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora