2: "Nieve"

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  -Todos al salón principal, amtociparemos los cortes de cabello- la voz de el secretario general de la Ministra más importante, Maximus, resonó en todo el recinto-. Daremos el discurso por otro año más de seguridad y preservación a la especie humana.
  Obviamente no se refería a nosotros, sino a los humanos no contaminados.
  Todos se dirigieron en dos filas, una de mujeres y otra de hombres, perfectas hasta el gran salón, la Ministra Stchzon, la más importantes de los tres ministros, daría el discurso. Ella no estaba contaminada, ninguno que dirigía estaba contaminado, por eso, quizás, nos trataban como inferiores a ellos.
  -Hey, Marcus- dijo la suave voz de Verónica. Marcus estaba casi al lado mío. 《Maldición》pensé. No quería tenerlo cerca, lo odiaba, y él se divertía fastidiándome.
  -Ah, Verónica- dijo Marcus dándose la vuelta para saludarla, ella le devolvió el saludo.
  -Mila te envía esto- dijo entregándole un sobre.
  -Graciasss- dijo él tomando el sobre y estirando la "S" de "Gracias".
  ¡Como me irritaba su manera de hablar!
  Marcus soltó una carcajada, Mila era una zorra así que quizás alguna estupidez pornográfica era la que le había escrito.
  -Nos hace venir tanto antes y no se para que, ni siquiera llegó la vieja esa- protestaron a mi espalda. Me di vuelta, era Bruno, el siempre hablaba solo y se quejaba solo pero esta vez tenía razón Stchzon era una vieja insoportable.
  -Es una estúpida- contesté. Bruno rió y asintió.
  -Estamos hace solo dos minutos esperando, Lia, no seas llorona- interfirió Marcus como buen entrometido.
  -No te metas- le contesté cruzándome de brazos.
  -¿Por qué no? Te metiste cuando Verónica me dio la carta- me contestó Marcus dejándome boquiabierta. ¿Se había dado cuenta?.
  -Idiota- murmuré dándole la espalda. Marcus soltó otra carcajada, se burlaba de mi, quería ahorcarlo con mis manos, lo odiaba, era detestable.
  La ministra se colocó en el centro de todos nosotros, acomodó su cabello gris lacio tras sus pequeñas orejas, se retocó el rubor de sus angulosos pómulos y se aclaró la garganta. Su esbelta figura, sorprendente a su edad avanzada, estaba vestida con un traje de terciopelo azul, este traje consistía en una pollera tubo y una chaqueta, debajo de la chaqueta una camisa blanca con pliegues. Carraspeó y empezó a hablar.
-Como saben, hoy, 23 de Diciembre se cumple otro año de protección a los humanos bajo este domo y la protección que ustedes les brindan- sonrió dejando ver los surcos de sus arrugas sobre su rostro-. Además traemos una buena noticia para ustedes, logramos mejorar los transportadores al punto de llevarlos al paisaje exacto que querramos hacerlo, solo que transportándolos a mil cien años antes de la liberación de radiación. Es decir, viajarán por los paisajes que la tierra tuvo alguna vez.
-¿Estará habitado por personas de esa época?- preguntó Mila.
-No querida, serán paisajes desiertos, no habrán personas. En fin, espero que esto los haya alegrado, como saben, algunos contaminados preparan para nosotros un ataque, deben defendernos, como sabrán, debemos preservarnos lo máximo posible, los no contaminados.
-Nosotros no dejamos de ser humanos- protestó Marcus.
-Ustedes son más resistentes, por eso son los que nos protejen, Marcus, y no te aconsejo que me desafíes.
-No lo estoy haciendo, solo intento expresarme y usted no me lo permite- contestó él.
-Entonces vas a expresarte en el transportador, serás el primero- dijo la ministra Stchzon evadiendo las respuestas de Marcus.
-Como quiera, pero usted sabe que tengo razón- el chico se encogió de hombros y acto seguido se pasó una mano por su cabello corto, muy corto, como militares, así obligaban tener el cabello a los chicos, a las chicas por el hombro, yo tenía mi cabello ondulado y rojizo corto hasta el hombro, el cabello de Marcus era de un rubio ceniza que a la luz se veía dorado. Tenía también deciseis años, todos teníamos la misma edad. Su espalda era ancha, sus músculos estaban bastante tonificados y sus ojos eran color miel. Y lo peor: era detestable, un engreído.
-Entonces- empezó diciendo la Ministra-, iremos todos a empezar a probar los nievos transportadores. La segunda será Lia, ella y Marcus son los más rápidos al terminar los desafíos.
Uno de los hombres de Stchzon me propinó un empujón, con esto llegué a tropezones frente al transportador. Otra vez estaba contra Marcus, él me miró.
-Yo salgo primero- me dijo. Dicho esto entró al transformador, unos segundos después entré yo al mio.
Me adentré en el paisaje, era un montaña nevada rodeada por un lago, yo tenía que llegar al otro lado, donde estaba el reloj para controlar mi tiempo, una pantalla para ver como avanzaba el resto de mis compañeros y la puerta de salida del transportador, ella solo se abría con una llave que estaba en el fondo del lago. Nevaba fuertemente y lo único que tenía era un traje de piel. Miré a la pantalla, solo veía a Verónica y a Marcus. Él estaba en medio del océano y ella en una sabana con leones. Tomé aire, estaba nerviosa. Me saqué mis pantalones, mi pulover y mis zapatos negros, quedando en ropa interior, luego lancé mi ropa y el tapado al otro lado del lago con éxito. Así me tiré al lago, si humedecía mi ropa era probable que muriese de hopotermia al salir del lago. Tomé la llave y salí. Mis dientes castañeteaban con fuerza por el frío y mi cuerpo temblaba, me vestí y envolví con el tapado, Marcus ya había salido, nadie más. Abrí la puerta y terminé el desafió...

Destruye © [No Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora