Uno.

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Aquí estoy, sentada junto a la barra, con ese vestido rojo que resalta mi figura.

Él, mi próximo trabajito.

- Hola - estira su mano-  Fernando Torres, mucho gusto señorita...? - me mira fijamente.

- t/n - tomo su mano y le doy un beso entre la boca y la mejilla- el gusto es mío.

El moreno me sonríe y esa es la señal que yo esperaba. Sé que le gusto y eso me hace más fácil el trabajo.

La noche transcurrió rápidamente, bailamos y nuestros cuerpos se pagaban al ritmo de la música.

-Sabes algo? - me hablaba al oído.

-Qué...? - respondí coquetamente.

-Me encantas, eres una mujer muy hermosa - Él me sonreía sensualmente con esa sonrisa tan blanca.

Yo solo podía pensar en lo fácil que era engatusar a un hombre.

- De verdad? - lo mire con una mirada tierna, de esas que enloquecen a los hombres.

- Enserio, me encantas - me decía la oído.

-Te digo la verdad, tú también me encantas - el me miro de una manera que puf! me encendía.- Quisiera ir a un lugar más privado - me sonrió - Te parece si nos vemos afuera, digo, para que no se hagan los chismes.

-Me parece perfecto, nos vemos afuera.

Me despedí de él, fui a la barra y me tome otro trago, para después salir al estacionamiento. El ya me esperaba en su coche, subí de prisa y manejo hasta la salida de la ciudad, donde se encontraba un Motel.

- Aquí nadie nos molestará hermosa - me decía mientras tocaba mi pierna. Yo solo le sonreía.

Bajo del auto para hablar con una persona. Me hizo una señal para que saliera del auto y entramos directamente a la habitación.  Al cerrar la puerta nos comenzamos a besar, nos acostamos en la cama sin dejar de besarnos. Segundos después el callo profundamente dormido, Eso era gracias a unas gotas que le puse a su bebida. Mientras el dormía, me levante de la cama y saque mi arma del bolso que llevaba.

- Quien te manda a meterte con mi patrón - le acariciaba el rostro con mi arma. El era tan guapo, Castaño y moreno, era todo un adonis, lástima... lo tenía que matar. Le di tres disparos, dos en el corazón y el tiro de gracia como todos le llaman.

Tome mi celular y le marque al coyote para que pasar por mí. Salí del motel sin que nadie me viera. En la entrada ya me estaban esperando. Subí y arrancaron.

-El patrón ya estaba preocupado por usted, tenía rato que nos preguntaba por su paradero.

-Hay coyote, la suerte anda de mi lado así que no se preocupen de mas y ya llévame a mi casa que necesito descansar- le decía mientras sacaba mi celular de la bolsa.

-No puedo señorita, el patrón la quiere ver.

-Pues ya que puedo decir. Apresúrate, no hay que dejarlo esperar mucho que se desespera.

En veinte minutos llegamos a la Hacienda. Baje de la camioneta negra y entre a ver que se le ofrecía al patrón. El estaba en su despacho. Toque y me dio el permiso de entrar.

-Me dicen que me mando a llamar? - entró agachando la cabeza, eso siempre se debe de hacer cuando estas frente al patrón..

-Mi Dama! La más fiel de toda la bola de pendejos que tengo haya afuera. Qué tal te fue con tu trabajito?

-Se cumplió a pedir de boca señor.

-Muy bien mi niña, ahora toma tu dinero y tomate tu descanso -decía mientras me lanzaba una paca de billetes.

Aquí Estoy (Calibre 50)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora