🔫Crisis.

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Mi mente no deja de pensar en lo que sucedió. Es difícil aceptar que él me besó. Si me detesta. Eso se nota ¿no?

Después de eso, no lo he visto para nada, creó que me está evitando. Esta mañana no desayuno en la mesa. Pregunté por él pero me dicen que no lo han visto. Siempre es costumbre que me lo tope por los pasillos de la casa, pero hoy no he tenido suerte y si me corre... diablos! Debí de cachetearlo.

¿Donde estará? ¿Que estará haciendo? ¡Porque diablos no da la cara!

Salí al jardín. Lo había visto desde la ventana pero verlo de cerca era hermoso y grande. Todo muy verde, llenos de flores y pajarillos que cantan una linda melodía.

Me senté en la fuente que se encontraba en medio de dicho jardín.

- esto será muy difícil - bufé.

Estos días que he pasado han sido fáciles. Matar. Entregar mercancía. Cobrar. Obedecer órdenes. Pero, lo que paso ayer, me ha dejado mareada y no es porque me hubiera gustado su beso, sino que nunca me paso por la mente que esto pudiera pasara. Que tal y sólo quiere sexo, y yo aquí haciéndome ilusiones. Aunque me siento una tonta al pensar que él pueda sentir algo por mi... vamos, yo se que me odia, lo dice su forma de ser conmigo. Eso es evidente, pero, porque hace las cosas complicadas para mí. Que le cuesta ser amable conmigo. No, ha de ser un gran sacrificio para su bipolaridad.

No lo conozco. Si, sabia de su existencia. Por medio de chismes y habladurías sobre él, pero eso era todo. No sabía que era un hombre con carácter. Y vaya carácter he, me a echo odiarlo un par de veces. Es guapo y muy varonil. Sabe cómo vestir. Pero no sabe cómo tratar a las mujeres. Y si lo sabré yo. Aun me duele el golpe que me lleve en la cabeza por dejar que me besara.

Lo detesto.

Seré una tonta si me dejo llevar por el deseo carnal, y es que será difícil no desear lo que es imposible de desear. Sé que es muy fácil decir a hacer, pero trataré de no caer en su red. En su trampa. Ya he sufrido lo suficiente para caer de nuevo.

Lo trataré con la punta del pie. Así como lo hice con don Luis.

Si, el me acosaba en cualquier momento, pero yo lo trataba mal. Y aun así andaba tras dé mí, como el perro que es. Y es que él quería hacerme su esposa. Pero estaba pendejo porqué yo con él ni a la esquina. A el si lo odio, me quitó lo más importante para mí, a mi hermano y eso jamás se lo perdonare.

Mire el cielo, estaba extremadamente azul. Estaba despejado, era tan bello. El aire fresco golpeaba mi rostro, al mismo tiempo que me despeinaba. Algún día seré libre como el viento.

Aunque, también pienso en Carlos, se me declaró y yo no pude aceptarlo. Aún no me siento lista para tener una relación y menos con él, que se que es todo un mujeriego, bueno eso me contaron.

No estoy dispuesta a sufrir de nuevo por un amor.









Mientras tanto un hombre dentro de la casa observaba a una mujer en el jardín.

Porqué siento este maldito sentimiento. Porque la veo diferente. Quisiera arrancarme el corazón para dejar de sentir estas ridiculeces.

Maldición.

No puedo dejar que de nuevo alguien me lastime. No pasará. Ninguna mujer tendrá el lujo de humillarme de nuevo, ninguna!

Todas son iguales, primero muy recataditas y después de que uno las ama, y da todo por ellas, se van con el primer pendejo que ven.

Esa mujer me ha dejado mareado desde noche. No puede ser posible que me este pasando esto. Yo no puedo sentir algo por nadie y menos por esa mujer que no me da nada de confianza.

Me levanté de la silla en donde estaba sentado. Busque algo de ropa, si, tenía que salir de aquí para despejar la mente.

Subí a mi camioneta solo. No quería ver a nadie. Arranque y salí del rancho. Tenía que visitar a alguien y sabía muy bien a quien.
















Días después de lo sucedido, los dos optaron por no hablarse y tratar de no verse las caras. A acepción de la hora de ingerir sus alimentos, ese era el único momento en el que los dos se sentaban a comer juntos. Sabían muy bien que ese era el momento para verse y ninguno de los dos se oponía, pues en el fondo lo deseaban.

En la sala de la casa estaba sentada una mujer viendo su celular.

- aquí estas! - gire la mirada y los vi.

- hola Armando, Erick y Alejandro. Gusto en saludarlos -dije sin emoción.

- que te hizo el Edén? - me pregunto Erick mientras se sentaba a mi lado.

Lo mire un poco extraña, el cómo savia, o solo lo suponía. Acaso era tan obvia.

- nada, solo estoy, aburrida- conteste mientras guardaba mi celular.

- yo te puedo entretener un rato - me decía Armando mientras me daba una mirada matadora.

- tranquilo hombre, respeta a la señorita - le decía Alejandro mientras se sentaba y cruzaba la pierna.

- y que los trae por aquí - pregunte.

- estamos de vacaciones, y por eso regresamos a casa - me decía Erick.

- y donde esta Edén? - dijo Alejandro serio como de costumbre.

- la verdad no lo he visto - respondí. Esa era la verdad. Tenía días que no me topaba con él.

Se escucharon unos pasos en la entrada.

- aquí están - dijo Edén mientras se acercaba a nosotros.

Todos se levantaron y lo saludaron con un fuerte apretón de manos.

- Donde andabas - preguntó Erick al joven que acababa de llegar.

- Daba una vuelta, por el ancho. Pero me avisaron que habían llegado, los esperaba más tarde.

- Más tarde? No manches, si ya quería estar en casa y tomar un rico baño en mi Tina, y dormir en mi colchón - replicaba Erick mientras se estiraba un poco.

De pronto un hombre entro a la sala gritando.

- Señorita - pero al ver a los señores se quedo mudo

- Continua no te quedes callado- decía Alejandro.

- Buenos días patrones. Señorita, El Quinto me pidió que le dijera que la espera en el jardín.

- Muchas gracias Martin. Bueno si no me necesitan me retiro.

- Adelante - decía Erick.

Ella salió hacía el jardín mientras los cuatro hombre la veían alejarse.

- Veo que no se llevan bien- decía Erick mientras se recargaba del sillón.

- No hablemos de ese tema., por favor - decía Edén mientras se sentaba en una silla color oro.

- Ya te dije, si no la aguantas a qui, me la puedes dar y yo me la llevo a mis viajes- decía Armando mientras frotaba sus manos.

- No, aquí la necesito mas. Además creo que te ha bateado muchas veces, no lo crees? - decía Edén.

- Dejen de hablar de mujeres y hablen de negocios- comento Alejandro.


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Aquí Estoy (Calibre 50)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora