Dos.

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Multimedia: Casa de Edén.

No me dio tiempo de hacer mi maleta, pues los patrones saldrían en cualquier momento así que solo me llevaré mi bolso y una poca de ropa que tenía en la casa de don Luis. No me preocupo por nada. Mi casa está segura y mi dinero, enterrado como acostumbro.

- pórtate bien -me decía don Luis.

- Como siempre- le conteste y di media vuelta.

Subí a la avioneta, ellos ya estaban esperándome. Me senté y me abroche el cinturón de seguridad. Me sentía rara, estaba emprendiendo un viaje a un mundo que no conocía, no sabía ni cómo sería le vida en aquel nuevo lugar. Pero, se que saldré adelante como en todo, nada me detendrá.

- y que tiempo llevas en el trabajo?- me lo preguntaba Alejandro.

- un año- conteste.

Armando me miraba, con esa mirada "arrasa con todas" pero que en mi no funcionaba.

- esperó nos llevemos bien. Cualquier cosa que necesites no dudes en pedirla- me decía Erick.

-gracias- conteste.

- llegando hablaras con Edén, el será el encargado de tu trabajo.

Seguimos platicando mientras el aterrizaje se daba sin ningún problema. Llegamos a una casa muy hermosa, unos hombres nos habría las puertas.

- primero las damas- me lo decía Armando en tono coqueto.

Sonríe y seguí caminando, entramos a una sala espectacular, la verdad nunca había estado en un lugar así. Si la casa de mi patrón don Luis era hermosa pero esta se paso.

Me pidieron que me sentara y así lo hice. De pronto entró un hombre alto, hablando con voz imponente.

- qué tal se la pasaron en la fiestecita con aquel.

- ya sabes, todo muy bien- dice Armando, ando le un fuerte apretón de manos.

- y la morra quién es? Apoco ya te buscaste otra, tu nomas no pierdes tiempo- le decía ese hombre a armando mientras movía su cabeza en modo de negación.

- qué más quisiera yo! Que esos ojitos fueran míos - me miro de una forma extraña- pero pues no. mire compa Edén ella es La Dama y es la que nos recomendaron. Es la que ara el trabajo del desgraciado del zorro.

- ya olvida eso, si tanto te hubiera querido esa vieja no te hubiera zancheado con el primer pendejo que se le pare enfrente.

-mucho gusto- dije con una sonrisa, debía de mostrar amabilidad, levante mi mano para que la estrechara, pero me dejo así, como una estúpida.

- esta morrilla se ve que no sabe nada, no ha de saber ni defenderse sola- decía Edén mientras se sentaba en una de las lujosos sillas de la sala.

Que se cree ese idiota! a de pensar que soy una fresa, el ha de ser muy chingon, pinche cara de amargado que se carga, de seguro su esposa no le dio el mañanero.

Haa me choca!!.

- no la subestimes, es buena- dice Alex al mismo tiempo que estrecha su mano.

- hay Edén, si no la quieres me la llevo yo, alcavo que gente me hace falta- lo decía Erick, prefería irme con el que quedarme con este amargado.

- no, que se quede aquí, eso ya estaba pensado- me mira con desapruebo- Bien, sube las escaleras y en la tercera puerta de la derecha está tu habitación- me lo dice en un tono que hace que me hierva la sangre, lástima que no tengo mi pistola a la mano que si no lo mato!

Aquí Estoy (Calibre 50)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora