Aquí Estoy (Calibre 50)

Diecinueve.

El sol me molestaba mientras dormía, eso solo significaba una cosa, ya era de día. Abrir mis ojos pesadamente y tome el reloj que tenía en el buro junto a mi cama y así me di cuenta que ya era medio día.

Me levanté de prisa, entre al baño y me metí a la regadera, pero un dolor en mi cadera me hiso recordar lo sucedido, eso que hice en un momento de debilidad gracias a los efectos del alcohol.

Me había acostado con Eden!

- Porque?! Porque?! Porque?! - dije mientras golpeaba mi cabeza contra los azulejos del baño - como pudo pasar algo así, soy tan estúpida! - me regañaba una y otra vez mientras terminaba de bañarme.

Cómo había caído ante ese hombre, ante ese deseo del que tanto estaba huyendo. Ahora no sabía cómo sería todo, que debía de hacer? como debe de comportarme ante él?

Cómo desearía que todo hubiera sido un sueño, que esto no hubiera pasado. Pero no, yo no había vuelta atrás. Ahora solamente quedaba afrontar la situacion.

- Me quiero morir! - grité mientras me  aventaba la cama y ahogaba el gritó en la almohada, ya había terminado de vestirme y de pensar en todo lo que había pasado me sentí una basura.

Salí de mi habitación, y camine como todos los días por la casa. No quería que alguien me hubiera diferente. busqué a las personas de la casa pero no había nadie así que entre al comedor ya pasaba de la hora de la comida y quise imaginar que todos estaban comiendo, al abrir las puertas  puede apreciar a todos alrededor de la mesa y con sus alimentos servidos, sabía qué esto era una falta al reglamento.

- Qué bueno que despertaste, crei que estaba cansada por lo de anoche, así que le pedí a todos que no te molestaran - me decía Erick mientras me sonreía y me hacía una señal para que entrara a sentarme junto a él.

- Que pasó anoche? - pregunté algo sorprendída, acaso todos ya sabían de lo ocurrido con Eden.

- Habló de la cita que tuvimos ayer por la noche, acaso lo has olvidado?

- Ho! No como crees! Me divertí tanto en esa cena, eres muy divertido Erick - dije mientras entraba y tomaba asiento junto a él.

Di una mirada rápida alrededor de la mesa pero todos estaban muy callados y concentrados comiendo, parecía que los únicos que nos alegramos de la cena de la noche anterior era Erick y yo.

- Cuándo termines de comer ve a mi despacho, tengo un trabajo para ti - ordenó Eden con ese tono frío para después levantarse de la mesa y salir de la habitación.

Terminé mi comida y después de una divertida plática con Erick, me diriji a el despacho de Eden. Respiré y exale unos cuantos segundos antes de tocar.

- Adelante! - escuché que gritó un tanto enojado.

Tengo miedo! :c

- Ya estoy aquí como ordenó - dije mientras entraba y me paraba a un lado de la puerta.

- Pasa y siéntate - su tono de voz cambio radicalmente - tememos que hablar de lo sucedido en tu habitación - decía mientras acomodaba unos papeles.

- Se lo que trata de decirme, yo también estoy segura de que no quiero que se vuelva a repetir y pierda cuidado nadie lo va a saber nunca - dije mientras me removía un poco en la silla.

- Me agrada tu manera de pensar - decía mientras se levantaba y caminaba hacia mi-  pero no coincide con lo que tengo en mente... yo si quiero que se vuelva  a repetir- se detuvo frente a mi y se recargo de su escritorio- me gusto mucho, mas de lo que te imaginas. 

Queee!   debe de estar drogado!

- Tenga en cuenta que esto no puede volver a repetirse, yo no puedo ser de nadie - dije mientras cruzaba mi pierna en modo segura mientras que por dentro me moría lentamente.

- No te estoy preguntando si quieres, esto es una orden! - golpeo el escritorio.

- De forman forzada, nunca va a obtener nada de mi- lo mire a los ojos mientras ponía la mirada mas seria que pudiera tener en ese instante.  No le tenia miedo a él, me tenia miedo a mi por caer en la estupidez de aceptar. 

- Ya eres mía - se acercó a mí colocando sus manos en ambos lados de la silla acorralado me - y lo sabes - hablaba casi rozando mis labios.

- Lo sé, pero me negaré asta el último momento - mordí mi labio al escuchar lo que había salido de mi boca.

- Te ayudaré a que asimiles que eres mía - me beso, con esos beso que te roban asta el aliento - se lo diré a todos, para que nadie te miré.

- No - me negué rotundamente - nadie debe de saberlo, solo con nosotros dos basta.

- En la cena daré la noticia - decía mientras caminaba por su despacho, se sentó en uno de los sillones junto a la ventana- pediré champagne para celebrar.

- No Edén... - trate de pensar en como convencerlo, pero no sabía bien su punto débil.

- Está decidido.

- Solo espera un poco - me puse de pié y caminé hacia él.  En este momento echaría a andar mi plan para hacerlo cambiar de opinión - no quiero ser tratada de forma diferente solo porque estaré en una relación contigo - me senté en su regazo y rodie su cuello con mis brazos.

- El que te trate diferente se muere.

- Solo esperemos unos días... Y les decimos si - bese su mejilla.

- No me convences - rodio mi cintura para que no cayera.

- Solo espera a que... A qué... - no tenía nada en mente! Porqué me ocurría esto cuando estaba tan serca de él.

- A que alguien más ponga sus sucias manos encima de ti, no, eso no, tu ya eres mia - me acerco más a el, casi podía sentir su respiración en mi cuello.
 
- Nadie más pondrá sus manos en mi. Si quieres que todo el mundo lo sepa, adelante, no te de tendré - decía mientras caía rendida en sus brazos. El me besaba el cuello mientras que sus manos tocaban de forma pervertida mis glúteos.

- Me estas volviendo loco, no podré alejarme de ti en mucho tiempo.

- No te alejes, quédate conmigo - sonreí ante las palabras decía, de donde salían?

- Será mejor subir a mi habitación, antes de que te haga mía encima del escritorio.

- Edén! Tienes que esperar asta la noche.

Espero que les esté gustando, cualquier duda o aclaración estamos para servirles.

No sé les olvide votar y comentar para que mi historia llege a más personas.

Besos!

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