🔫Tengo Un Corazón.

277 11 1
                                    

Multimedia Carlos <3

Me levante con ánimos de todo. La crisis de ayer ya estaba un poco olvidada, me ayudó mucho que Katia estuviera aquí, a mi lado. No sé qué estupideces hubiera hecho. Ya que cuando recuerdo esas cosas me alteró mucho y soy capaz de atentar contra mi vida.

Entre al baño y lave mis dientes. Al mirarme al espejo pude ver los estragos de a ver llorado la mayoría de la tarde. Lave mi cara para según yo, poder borrar esos horribles ojos hinchados. Odiaba verme en este estado, tan demacrada, tan destrozada. De nuevo me prometí no volver a llorar por eso. Ya no debe de afectarme tanto. Debo de superarlo. Debo de matar a esos dos tipos que aun andan por ahí. Debo de ser más fuerte.

Salí del baño, y fui directo al closet. Debía de trabajar, no podía dejar mis tareas a un lado. Yo vine a este lugar a trabajar, y eso are.

- Que haces- me decía Katia mientras tallaba sus ojos.

- alistándome para ir a trabajar. Deberías de vestirte y bajar a desayunar. En esta casa hay reglas y podrías quedarte sin comer hasta en la tarde- dije mientras trenzaba mi cabello.

- qué? Esto parece una academia militar

- lo es, ya lo veras con tus propios ojos - dije mientras acomodaba el cuello de mi playera.

- de nuevo la camisa de tu hermano- me decía mientras se ponía de pie. Mi hermano. El me da las fuerzas que necesitó para salir adelante, y siempre me pongo esta playera para sentirlo cerca.

- Si, aun tiene su olor. Deseó volver a verlo.

- Pronto lo veras- me decía mientras me baba un abrazo- ahora espérame en lo que me alisto para bajar a desayunar.

-

Ella tomo lo primero que encontró. Unos jeans y una blusa, en conjunto con sus zapatillas negras. Bajamos las escaleras y el ruido de sus tacones escuchaba por todos lados, ya quiero ver a Edén regañando a Katia.

Creo que ya me siento de mejor humor.

Al entras a la habitación del comedor. Ya se encontraban sentados todos. Miraron a Katia con una mirada ya conocida por mí, si ya les había gustado mi amiga. Y es que como culparlos si ella era una muñeca viviente, alta, un cuerpo estético, grandes pechos y una cara angelical. Cualquier hombre se moriría por ella. La verdad me sentía opacada a su lado. Yo era una chica más, un cuerpo delgado, pechos chicos y mi cara, la verdad tengo una cara muy linda y eso sin contar que no me maquillo.

Caminamos hasta llegar a los lugares vacios.

- Que sirvan el desayuno- dijo Edén mientras me miraba. Rayos, ya se entero del jarrón o de verdad me veía del asco.

Nos empezaron a servir el desayuno. Katia no dejaba de mirar a Edén y Edén no dejaba de mirarme a mí, diablos!

- Que linda casa tienes Edén- dijo Katia.

- Gracias, te quedaras mucho tiempo por aquí- pregunto Edén con tono frio. Que pasa, ni con las visitas puede ser cortes.

- Si usted me lo permite, puedo quedarme un par de días más. O podría darme trabajo? Vera, ando en busca de uno- dijo con voz seductora.

- Todos los lugares están ocupados. Lo siento- dijo en tono frio.

- Lastima amiga, pero si me ayudaras con lo de la fiesta ¿verdad? - dije en tono de suplica, ella me miro y sonrió.

- Claro que sí.

Al terminar de desayunar, Salí en busca de Carlos ya que teníamos mucho trabajo acumulado. Katia venía detrás de mí, ya que con sus tacones no podía pisar muy bien en el césped.

Aquí Estoy (Calibre 50)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora