Me despierto sobresaltada. Miro a mi alrededor; estoy de nuevo en esa habitación blanca.
Sigue sin haber nada más que la cama.
Me levanto y voy hacia la puerta.
-No es seguro, aún no- escucho la voz de una mujer.
-Tenemos que intentarlo- la voz del hombre suena tensa- Hay muchas cosas en juego, con esa cosa- hace una pausa- ¡Con esa... Maldita afortunada podríamos hacer cualquier cosa!- el hombre eleva un poco la voz y la mujer lo calla- Hazme callar lo que quieras, pero sabes que tengo razón, hay que intentarlo antes de que... Antes de que recuerde.
Me despierto sobresaltada. Esta es la segunda vez que sueño con ese lugar.
Miro a mi alrededor. ¿Donde estoy?
Veo a Joaquin durmiendo en un sillón al lado de mi cama y recuerdo dónde estoy, en la casa de mi abuela Noemí.
Me levanto despacio y miro por la ventana, ya es la mañana.
Sin hacer ruido alguno recorro la habitación.
Está todo ordenado, pero a la vez desordenado; es como si hubiese estado todo ordenado y alguien se fue deprisa, tirando un par de cosas. La habitación huele a crema, perfume y hay un ligero aroma a cigarrillos. A mi abuela le gustaba fumar.
Miro su ropero, en busca de algo que me entre o que pueda achicar. Reviso y no hay nada que me entre ni siquiera que pueda achicar, es ropa toda muy holgada, fea, descolorida y algunas prendas están agujereadas. Hay algo que llama mi atención, un vestido celeste con pequeñas flores rosas, lo pruebo contra mi cuerpo y me sorprendo al notar que me queda bien.
Voy al baño que está en la habitación de al lado y me cambio.
Me asusto al notar que me queda perfecto; de ancho como de largo. Me llega justo a las rodillas, la tela se estira un poco para ajustarse en mis pechos y me ajusta en la panza. El vestido no tiene mangas lo que deja ver mi piel muy blanca.
Tomo el cepillo de mi abuela y cepillo mi cabello rubio.
Luego salgo hacia la cocina en busca de algo para comer.
Estoy arrodillada en frente de unos cajones, para buscar alguna lata, cuando escucho un ruido.
Me quedo quieta, no escucho nada.
Sigo buscando; otro ruido, me detengo. Nada.
Me levanto y no veo nada, miro por la ventana, hacia el patio, pero tampoco veo nada.
Miro mi reflejo y me acomodo un poco el pelo, cuando noto algo raro. Detrás de mí hay una figura.
Me doy vuelta rápidamente, pero no hay nada. Miro nuevamente el reflejo y ahí está. Me quedo quieta, viendo la figura. Es una niña, debe tener unos diez años. Pelirroja.
Susurra algo, pero no la logro oír.
Niego con la cabeza despacio y veo cómo sigue moviendo los labios.
Me doy vuelta muy lentamente, con el corazón palpitándome como loco.
Me doy vuelta completamente.
-No es quien crees.
-¿Quién?
El aullido de un perro se escucha, miro por la ventana pero no hay nada, me vuelvo a dar vuelta y la niña ya no está.
Cada vez estoy más loca.
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El monstruo debajo de mi cama
RandomÚltimamente, todas las noches a la misma hora de la madrugada, María de los Ángeles se despierta por un ruido. Pero cuando enciende la luz no hay nada ni nadie. Su padre y su abuela desaparecieron hace tiempo y nadie sabe de ellos. ¿Tendrá algo que...