Narrado por Ian n.n
Siguiendo la dirección que una señora me dio, llego a una casa de dos pisos, muy bonita.
Según ella, acá vive María de los Ángeles.
Espero que no se haya olvidado de mí...
Me acerco a una de las ventanas, trato de ver a través de ellas, pero no logro ver nada. Me alejo un poco, tratando de ver las que están más arriba; pero igualmente, no logro ver nada.
Camino alrededor de la casa, tratando de ver algo que me diga que ella está aquí. Me detengo en una ventana, porque escucho ruidos.
Me escondo detrás del árbol.
Logro ver como alguien abre la ventana y se sube a la rama gruesa que está cerca; apenas logro ver por la oscuridad de la noche, pero distingo que es un hombre. Una vez que sube, veo a una chica que intenta hacer lo mismo.
Y ahí la veo, es ella.
Mi corazón se detuvo por un instante, cuando vi como se abrazaban en la oscuridad. Luego bajaron y yo los seguí viendo desde mi escondite.
¿Quién es y por qué la abrazó?
Escucho sus susurros y veo como se van. Estoy por seguirlos, pero algo me detiene. Unas voces.
-¿Estás seguro de que los vas a dejar ir?- es la voz de una mujer.
-Sí, si no le doy la oportunidad de conocerse más a sí misma y a él, no me va a servir de mucho- una pausa- Ni para mí, ni para su seguridad.
-¿Estás seguro de que ella lo ve? ¿De que ella lo tiene en los genes? ¿Sabrá como manejarlo?- las preguntas de la mujer salen deprisa, está preocupada y se nota.
-Ella estará bien, él esta con ella y Joaquin también.
-Pero...- el hombre chista y la hace callar.
-¿Quién está escuchando?- pregunta el hombre.
Me quedo mudo, quieto, sin hacer ni el más mínimo ruido.
-Mejor que te vayas muchacho- dice el hombre, como para mí.
Lentamente me doy vuelta y me alejo.
-¿Qué fue eso?- escucho la voz de la mujer.
-Pensé que alguien nos estaba escuchando, nada más- una pausa, la voz suena cada vez más baja con cada paso que doy- Mejor ve a dormir, Sara, cuida de Gabriel.
-¿Volverás algún día, Daniel?
-Tal vez, pero por ahora es mejor que me vaya.
Ya no escucho nada.
Voy caminando por la calle en la noche oscura, solamente iluminada por la luz de la luna. Paso por una casa y me parece conocida, me acerco y veo que hay alguien dentro. Salto la pequeña reja negra, ya despintada y me acerco a una ventana. Miro dentro, es de una habitación; hay alguien sentado en el sillón; pero no hay rastros de ella.
Voy a la habitación de al lado, pero la ventana está más alta. Pongo unas cosas y me subo sobre ellas, miro por la ventana, es un baño, pero no hay nadie.
Camino un poco y veo otra ventana, miro y es una cocina; pero no hay nadie.
Vuelvo a la habitación y abro un poquito la ventana y la veo, dormida sobre la cama.
Me doy vuelta y voy al patio, hay un columpio donde me columpio un rato, hasta que me da sueño y decido buscar algún lugar cercano donde dormir por esta noche, algún hotel o algo.
***
A la mañana siguiente vuelvo a la casa.
Miro por la ventana y veo al chico que abrazó a Ángeles y se me hierve la sangre.
Quiero saber quién es, qué es de ella, que hace, por qué lo hizo... Las preguntas se juntaban en mi cabeza, cuando noto que Ángeles se despertó.
Veo cómo recorre la habitación, viendo todo y pasando con delicadeza las puntas de sus dedos sobre los libros que se encuentran sobre un escritorio; luego va hacia el ropero y busca ropa.
Veo como toma un vestido y se lo pone contra sí; le queda perfecto.
La sigo, hasta que entra a la habitación de al lado. El baño. Me subo sobre las cosas amontonadas que yo había dejado ayer y espío. Ella enciende la luz, entra y de a poco se va sacando la remera.
Pero no puedo, no puedo verla, no puedo no tocarla, no hablarle.
Me bajo y me acerco a la ventana de la habitación. El muchacho despierta, se acerca a la cama y se queda viendo.
Luego se va.
La sigo hasta la cocina, donde puedo verla buscar algo, supongo que es comida. La veo cuando se estira para alcanzar los estantes altos y me dan unas terribles ganas de sujetarla por la cintura y alzarla. Pero no me muevo. Se agacha, ya no la veo.
De pronto se levanta y yo me agacho. Levanto la vista, temeroso de que me vea, pero no lo hace. En parte me decepciono, me hubiese gustado que me vea.
Algo le llama la atención, ya que se da vuelta rápidamente. Luego vuelve a ver por la ventana y se arregla el pelo, aunque ya lo tiene perfecto. De pronto se da vuelta.
¿Qué le pasa?
De pronto, oigo pasos y el aullido de un perro. Me levanto un poco y me voy para el lado derecho de la casa, donde salto la reja y me voy.
***
Por la noche vuelvo a verla dormir. Sé que es raro, pero no me importa.
Salto la reja, me acerco a la ventana y miro; miro cómo el chico se saca la remera, cómo se acuesta con ella, cómo se da vuelta y escucho que le habla; veo como él se da vuelta. Veo como él no soy yo. Y eso me molesta...
Me quedo viendo cómo ella se mueve y el chico está rígido como una roca, me levanto y veo que está despierto. Me vuelvo a agachar.
El tipo se da vuelta y veo como se inclina hacia ella. Me muevo a un costado de la ventana y me apoyo contra ésta.
¡Maldito hijo de puta!
¡Le está besando la espalda!
Luego se levanta rápidamente y se tira contra el sillón, cerrando los ojos. Simula estar dormido el muy maldito. Veo como Ángeles se da vuelta velozmente, pero no lo vio.
Ella se queda dormida en dos segundos. Se levanta y dice algo raro:
"El monstruo no está debajo de la cama".
Luego se vuelve a dormir. Me siento y me quedo dormido. Me despierto cuando la luz del sol me da en los ojos. Me levanto decidido. Le voy a hablar a Ángeles, le diré quién soy.
Me sacudo la tierra del pantalón, me acomodo un poco el pelo con los dedos y voy hacia la puerta de entrada. Me sorprendo cuando veo que está entre abierta, así que entro.
Voy hacia la cocina y la veo cayendo. Corro hacia ella y la atajo. El tipo me mira y yo sólo la miro a ella. La llevo a la habitación y la acuesto.
Salgo de la habitación y el tipo me mira antes de agarrarme del cuello de la remera violentamente.
-¿Quién sos? ¿Qué haces acá?- me pregunta el chico.
-Soy Ian- me presento- ¿Podés soltarme?
El chico me suelta.
-¿Qué sos de Ángeles?- le pregunto.
-El hermano- responde cortante- ¿Vos?
-El novio.
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El monstruo debajo de mi cama
AcakÚltimamente, todas las noches a la misma hora de la madrugada, María de los Ángeles se despierta por un ruido. Pero cuando enciende la luz no hay nada ni nadie. Su padre y su abuela desaparecieron hace tiempo y nadie sabe de ellos. ¿Tendrá algo que...