Epílogo.

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Empezar una nueva vida es bastante sencillo, claro, si contamos que tienes un monstruo debajo de la cama, como yo, Ian o Cass.

Viajamos a otra ciudad a empezar de nuevo. Alquilamos una linda casa con tres habitaciones. De a poco la vamos amueblando. Los seis trabajamos de lo que podemos.

Somos muy felices, tenemos amigos, vamos a fiestas y esas cosas que los adolescentes normales hacen, aunque no lo seamos del todo.

Descubrimos que entre los tres, Ian, Cass y yo, podemos comunicarnos mentalmente y de a poco vamos descubriendo y ampliando nuestros poderes.

Ian y yo somos novios, nos llevamos muy bien y Cass, parece que tiene una novia o una chica que le gusta. Me alegro por ella.

No volví a saber de Sara ni de Joaquín ni de Gabriel. Pero me supongo que están bien. Algún día iré a verlos.

Esta historia no ha acabado, mi vida no ha acabado, quién sabe qué nos prepara el futuro.




El monstruo debajo de mi camaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora