Capítulo 17: Pitones.
Adam.
Ay, maldito corazón. ¿Puedes decidirte de una puta vez? Creía que me gustaba Violette... pero no sé, y luego está Travis... y ahí si de verdad que no sé. Solo me besó en la fiesta y en serio me gustó. No puedo estar pensando en cosas como estas. Y además, él estaba borracho y a lo mejor ni siquiera se acuerda de lo que sucedió. No tengo motivos para preocuparme por esto... ¿verdad?
Entonces sal de una buena vez del baño.
No es el momento.
Tendrás que verlo en algún momento.
Y una vez más, Ted tiene razón.
Me armo de valor y salgo del baño de la universidad, con la mirada baja y cubriéndome con el abrigo lo más posible. Sé que tengo que verlo en algún momento pero realmente espero que no sea por ahora.
Me dirijo a mi siguiente clase tratando de pasar desapercibido, y claro lo estaba logrando perfectamente pero mi conciencia —Ted— tuvo que hacer resonar su voz en mi cabeza.
Están juntos es esta clase, sólo te lo recuerdo.
Mierda, maldita sea. Rápidamente giro dispuesto a volver a mi refugio seguro... sí, el baño. Y claro, todo iba perfectamente bien, pero hablamos de mi vida. Algo siempre tiene que salir jodidamente mal.
—Joven, ¿no va a entrar a clases? —reconozco perfectamente la voz de mi profesor de historia.
Creo que no lo había dicho antes, estudio arquitectura y debo aprender la aburrida historia de edificios aburridos y feos.
—Emmm... yo... —y no sé qué decir.
¿Le diré que pretendo escaparme de su clase? ¡Obviamente no!
—Entre ya al salón, joven.
—Intri yi il silin, jivin. —susurro para mí mismo. Haciéndome reír un poco por lo infantil que soné. Me gano una mala mirada del profesor por reír, ups.
Recorro el salón rápidamente con la mirada, tomo asiento al fondo del salón. Para mi mala suerte no estaba al lado de la ventana y Travis se encuentra en la fila de al lado, dos asientos más adelante que yo.
¿Qué mierda me pasa? ¡Contrólate, Adam!
Juro que no quiero mirarlo, pero mis ojos parecen querer joderme el momento haciéndome difícil la tarea de apartar la mirada. Hoy está vestido con un jean, un camiseta manga larga con el logo de Arctic Monkeys arremangada hasta los codos de color negro y sus vans favoritas. Obviamente no me fijo en él.
Obviamente.
La ansiedad recorre mi cuerpo. Quiero verlo pero a la vez no. También quiero hablarle, pero a la vez no. ¡Ya basta! Estoy sonando tan marica, Jesús.
¿Y qué eres?
Recuerdo la primera vez que vi a Travis, me pareció tan infantil que me cayó mal al instante. Luego dijo uno de sus chistes, y en serio el chico es malo en eso, no pude evitar poner una cara de horror al escuchar tal atrocidad que no podía ser llamada "chiste". Pero al ver su emoción terminé riendo, me sentí bien al verlo sonreír gracias a mí.
No acostumbro a que las personas rían gracias a mí, es decir, es obvio que todos me odian. No hay que decir que Liam me odia, es lo obvio. Violette, ella no me odia tanto como Liam. Jules me odia, creo que hasta Mike me odia. Travis no me odia, ni un poco de odio hacia mí. Para él sólo soy un simple chico y ya, no el hermano malvado de Liam.
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MADNESS
Teen FictionSiempre habrá una razón por la que conoces a las personas. O cambiarán tu vida, o tu serás quien cambiará la de ellos. Liam Miller cambió mi vida, no solo él, sino todo lo que vino con él. Pensé que Liam Miller estaba loco, pero no había conocido a...