[MARATON 1/2]
Adam.
¡Ay, maldición! ¿Ahora qué demonios se supone que haga?
Me quedo estático en mi lugar. Tomo de un sorbo todo el contenido del vaso que sostengo en mi mano y me dirijo fugaz en busca de un par de tragos más. Llego a la cocina y sin pensarlo dos veces tomo una botella y me lleno la boca de Vodka.
¿Por qué demonios me tienen que pasar estas cosas a mí? ¿Por qué?
Mi mente solo se encuentra repitiendo una y otra vez la escena, agregándole un final alternativo de lo que podría suceder cuando Liam regrese a la fiesta. Definitivamente en todos ellos termino colgado de las pelotas... o peor ¡sin ellas!
Contrólate, Miller.
¡No me vengas eso, Ted!
Tomo otro sorbo, esta vez mas grande y sacudo la cabeza al sentir el ardor recorrer mi garganta. Ay, carajo. ¿Qué demonios hare ahora?
—¿Adam? —pregunta Travis acercándose, su sonrisa se extiende y la cara de terror que poseo también.
Tomo otro sorbo rápidamente. Justo lo que me faltaba.
—Wow, tranquilo. Al final de la fiesta no recordarás ni tu nombre. —sonríe.
Oh, Travis. Dime, ¿cuál es el motivo para sonreír tanto? ¡Y así de esa manera!
Comienzan las chispas por aquí.
¡No comiences a joder, Ted! ¿De qué malditas chispas hablas?
—Eso es lo que espero. —intento sonreírle de vuelta.
—Bueno, es malo tomar solo. Te acompaño. —sonríe otra vez.
Su mano se acerca a la botella que sostengo en un intento de tomarla, pero mis intenciones de soltarla son nulas. Realmente necesito esta botella.
—Por ahí hay más botellas. —informo.
—No seas mezquino, Adam. —su mano toca la mía al intentar tomar la botella.
Mis ojos suben con rapidez hacia los suyos, mi lengua se esconde en mi tráquea y me quedo como un idiota sosteniendo aun la botella.
De esas chispas hablaba, amigo.
¡Hijo de la madre que te parió! No me vengas con el tema de las malditas chispas otra vez.
Y suelto la botella. El calor comienza a inundar mi rostro subiendo por mi cuello, y se lo atribuyo a la acalorada discusión con mi subconsciente, por supuesto. Travis se pega un trago largo y comienza a toser al instante. En segundos me encuentro dando golpecitos por su espalda en un intento de calmarlo. Él toma mi mano y yo me detengo abruptamente, me quedo de piedra y mis ojos enfocan nuestras manos tomadas.
—Gracias. —exclama luego de unos segundos, sin soltarme la mano.
¡Sin soltarme la mano!
Me muevo rápidamente, poniendo distancia entre ambos y consiguiendo tener mi mano lejos de su cercanía. Me cuesta respirar y siento que si abro la boca para decir cualquier cosa terminaría muriéndome con la lengua atorada en la garganta.
—¿Y entonces? ¿A que le atribuimos tanto alcohol y ganas de olvidar todo? ¿Una chica? —pregunta acercándose nuevamente.
—Sí... ¡digo no!
Suelta una carcajada haciendo latir mi corazón al ritmo de la música electrónica del lugar. ¿Qué demonios le echaron a este Vodka que me pone de esta manera? Me doy otro largo al ver como Travis se coloca en frente de mí acorralándome contra el desayunador. Su mano toma la botella y vuelve a darse otro trago, esta vez con más calma.
—¿Viniste solo a la fiesta? —pregunta luego de un incómodo silencio.
—Sí. ¿Y tú?
—Sí. Aunque conozco a un par de personas que están aquí pero prefiero quedarme contigo. —sonríe.
Trago sonoramente e intento sonreírle de vuelta.
—¿Tienes calor? Es que te estas poniendo colorado.
—¿Qué? Ah, sí, sí. Mucho calor, demasiado. —hablo con rapidez.
—Ven, salgamos un momento. —su mano vuelve a encontrar la mía.
—¿Qué? ¿Salir? ¿Salir a dónde? —pregunto con rapidez.
—Relájate, Adam. Te sentirás mejor, lo prometo.
Ay, carajo. ¡Ay, carajo! ¿Sentirme mejor? Me sentiría mejor si el soltara mi mano y respetara mi espacio personal.
—Mira, allá. —señala un grupo de personas.
—¿Qué se supone que vea? —pregunto, soltándome de su agarre.
—Vamos a jugar.
¿Qué?
Mi mente calcula en fracción de segundos a que juego se refiere. Un grupo de personas sentadas formando un círculo y una botella en el medio junto con vasos llenos de alcohol. ¡Beso o shot!
¡No jugaré esa mierda!
Tranquilo, ¿cuál sería la probabilidad de que te salga él dentro de todas las personas que hay ahí?
Bueno, sería muy poca en realidad.
Quizás no sea válido que te toque con alguien de tu mismo sexo.
Bueno... quizás.
Llegamos y nos unimos al juego. Travis se acomoda al frente mío y maldigo para mis adentros al ver que la posibilidad de que él me salga aumenta demasiado al estar de esa manera. Luego de varios turnos, besos y personas ebrias por tantos shots al rechazar besar a la otra persona, llega el turno de Travis.
—Vamos, Trav. No tenemos toda la noche. —lo anima el rubio que está a su lado.
Ojala falles. Seguro fallará. Por nada del mundo podría quedar conmigo... y si lo hace tengo la oportunidad de tomar un shot y nada. Tomaría todos los shots con tal de no quedar con él. Me lleno de confianza y me animo a relajarme.
No tardó más de dos segundos en llenarme de nervios y preocupación cuando un extremo de la botella me apunta y el otro lo apunta directamente a él. Mi lengua vuelve a esconderse en mi tráquea y me siento pequeño en mi lugar.
—¡Wow! ¡Vamos, no tenemos la noche para ustedes! —exclama nuevamente el rubio, ganándose aplausos de apoyo hacia sus palabras.
—No hay que esperarnos. —afirmo— Yo elijo sh...
Los labios de Travis se estampan contra los míos. Mis ojos permanecen abiertos de par en par y me quedo inmóvil. En el instante que sus labios se mueven sobre los míos, siento mi corazón picar y mi estómago golpear. Travis se separa de mí y me lanza una sonrisa. Tomo el shot y me lo trago con rapidez y lo vuelvo a llenar para repetir la acción.
¡De esas chispas estaba hablando! ¡Que viva el amor!
Y me levanto rápidamente del lugar dejando a un Travis sonriente y a una multitud alabándolo.
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MADNESS
Teen FictionSiempre habrá una razón por la que conoces a las personas. O cambiarán tu vida, o tu serás quien cambiará la de ellos. Liam Miller cambió mi vida, no solo él, sino todo lo que vino con él. Pensé que Liam Miller estaba loco, pero no había conocido a...