La extraña mujer y la carta

549 28 1
                                    

Era increíble lo que una persona podía correr si estaba en una situación de desesperación.
Había llegado a las afueras del vecindario en el cual vivía. Cansada de prácticamente haber corrido 2 Km. se sentó en la acera llena de polvo; lo que menos le importaba en este momento era si se ensuciaba el jean que tenía puesto.
Miró para un lado y para otro fijándose que no hubiera nadie por la calle y luego se tiro al suelo, quedando recostada boca arriba.
Había logrado escapar de su casa, de Kyle y todo lo que traía con él; la escuela, las personas que la ignoraban, absolutamente todo. Estaba lista para comenzar de nuevo, no tendría que ser exactamente feliz, pero al menos podría intentarlo.
Su madre le había dicho que por más que tropezará tendría que volver a levantarse, para poder seguir adelante, y que si en algún momento era necesario olvidar, tendría que hacerlo. Por que es mejor olvidar lo malo, que recordarlo cada día haciendo que uno sufra constantemente. Emma había entendido que su madre se había referido a su muerte cuando le había dicho eso; aún que ella no lo hubiera entendido en ese momento, podría decirse que si.
Un fuerte sonido, como de una explosión interrumpió sus pensamientos. Se levantó rápidamente pensando que posiblemente Kyle la hubiera encontrado, pero cuando dirigió su vista al punto donde había escuchado la explosión se encontró con el rostro de una mujer con sombreo puntiagudo y túnica verde oscuro y una mirada severa. Debajo del extraño sombrero se podían ver mechones de pelo canoso.
Se quedó observando a la mujer por unos segundos y luego dijo:
-¿Hola?-excelente 16 años y lo único que se le ocurría decir era un miserable "hola", Emma se golpeó mentalmente.
-Buenas tardes señorita Blooder-Emma se la quedo mirando. ¿Cómo es posible que aquella mujer supiera su apellido?
- ¿Cómo es que sabe mi nombre? y ¿cómo es que apareció aquí de la nada?-la mujer la observaba muy atentamente, siguiendo cada uno de sus movimientos aún que estuviera sentada.
- Yo soy Minerva Mcgonagall, directora del colegio Hogwarts de magia y hechicería.
-Hogwarts...¿qué?-la expresión en el rostro de Emma era digna de fotografiar. No podía ser posible, segura era una broma o tal vez estaba alucinando por el shock post-traumatico de su intento de violación. -Hogwarts-volvió a responder la mujer llamada Minerva Mcgonagall-Sé su nombre porque conocí a su madre cuando estaba estudiando para convertirse el una de las mejores brujas que he conocido. He venido hoy aquí para traerle una carta dirigida a su nombre. La cual debería a verle llegado hace mucho tiempo, pero por causas de las que luego se enterara, no recibió.
-Un momento, no estoy entendiendo absolutamente nada. ¿Esta diciendo que mi madre fue bruja y que estudio en un colegio llamado Hogwarts? Sinceramente no le creó, como es posible que la magia pueda ser real.
-Pues mi querida Emma la magia es muy real, sólo que en el mundo muggle es muy difícil ver algún acto que haga presencia de ella, y sí tu madre fue una gran bruja. Lamentablemente luego de la guerra ella, como muchos magos más se alejaron del mundo de la magia sin explicación alguna, pero tu siendo hija de ella presentas los requisitos necesarios para ser alumno del colegio Hogwarts, obviamente también presentas los requisitos para ser toda una bruja.
-De acuerdo. Digamos que todo lo que usted me esta diciendo es verdad, ¿cuál es esa carta tan importante que debe darme?.
-Oh, si claro-dijo la mujer acordándose de que debía entregarle la carta a Emma, la cual estaba impaciente por saber que contenía. Minerva metió una mano dentro del lado derecho de su túnica y sacó un sobre amarillento con un sello rojo, con una "H" en el medio. Se la tendió incitándola a que la tomara y ella obedientemente lo hizo-Mientras transcurre lo que queda del verano antes de que comiencen las clases te quedarás con una familia, por que veo que estas en una situación muy comprometedora.
-Yo creó que podría quedarme con mi tía Sarah, ella cuidara bien de mk hasta que comiencen el curso. Sólo habría que explicarle esta situación-dijo Emma tratando de convencer a la directora. Por el simple hecho de que ella deseaba pasar su última semana de vacaciones con alguien que de verdad conociera y no atentará a hacerle daño.
-Como prefiera señorita Blooder, es su decisión. Si no puedo hacer más nada por usted, con su permiso me retiro- y con un ¡CRAC! la profesora desapareció, levantando detrás de si una nube de polvo.
Emma asombrada y aún conmocionada dirigió su vista a la carta que yacía en sus manos esperándola e incitándola a descubrir un mundo nuevo.
Extasiada la abrió y leyó maravillada cada una de las palabras...


COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Directora: Minerva Mcgonagall

Querida señorita: Emma Blooder

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.

Muy cordialmente,
Minerva McGonagall
Directora

Uniforme
Los alumnos de primer año necesitarán:

Tres Túnicas sencillas de trabajo. Un sombrero negro puntiagudo para uso diario. Un par de guantes protectores. Una capa de invierno.

Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

El Libro Reglamentario de Hechizos Miranda Goshawk.
Una Historia de la Magia, Bathilda Bagshot.
Teoría Mágica, Adalbert Waffling.
Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric SwitchMil. Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore.
Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger.
Animales Fantásticos y Donde Encontrarlos, Newt Scamander.
Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble.

RESTO DEL EQUIPO

1 varita
1 caldero
1 juego de redomas de vidrio o cristal
1 telescopio
1 balanza de latón.
Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata o un sapo.

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS.

Entonces si era verdad y no sólo Hogwarts existía sino que también la magia era real.


Emma BlooderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora