Las manos de Emma rodeaban la taza de café; se había levantado hace una hora y se encontraba sentada en la mesa sola, era de noche y debía ir a dormir, pero su sueño había sido interrumpido.
-¿Qué haces aquí?- se giro rápidamente hacia la persona que había formulado la pregunta y descubrió a un Fred Weasley, con el torso desnudo y un short azul oscuro. Emma se distrajo mirando su abdomen, que al igual que James, lo tenía bien formado.
-Un poco de café- dijo ella mientras levantaba un poco la taza, para que el pelirrojo pudiera verla- ¿ y tú?- miro a Fred curiosa.
-Un vaso de agua, aunque tu estas tomando café, así que yo también podría hacerlo- el chico tomó una taza y se sirvió un poco del líquido marrón, casi negro- dime, ¿cómo es que se te ocurre bajar a tomar café a las tres de la madrugada?- preguntó él.
-Sólo se me antojo- respondió con una sonrisa mirándolo a los ojos, mientras el chico se sentaba frente a ella- ha sido muy lindo cenar con tu familia Fred- dijo ella mirando hacia algún punto de la habitación y sonrojándose un poco.
- Le has agradado a todos Emma- ella sonrió ante eso y enfocó su vista en la taza- dime algo más, ¿tu cabello es blanco natural? Porque eso sería muy raro- Emma río por lo bajo y negó con la cabeza repetidamente.
-No, no lo es. ¿Quieres verlo?- preguntó ella misteriosa. Fred asintió automáticamente y sonrió como un niño. La metamorfomaga cerro sus ojos y lentamente fue devolviéndole su color natural a su cabello; al abrir nuevamente los ojos, vio como el pelirrojo abría su boca, en señal de asombro.
-Eres pelirroja- exclamó él entusiasmado.
-Pues si, soy pelirroja, como tú.
-¿Porqué cambias el color de tu cabello?- Emma no sabía que decir, nunca se había puesto a pensar, sobre porque cambiaba su color de pelo...
-Simplemente creí, que al ser metamorfomaga podría aprovecharlo y usarlo. Para empezar de nuevo Fred; si nadie me conocía, porqué no cambiar el color de mi cabello- miro hacia él, mientras hablaba. Nunca había pensado en la posibilidad de que Fred Weasley, hablara seriamente.
-Parece que no te gustara como eres...- dijo él como si estuviera sacando conclusiones en su mente a cerca de Emma. Ella sonrió al ver que Fred hacia un gran esfuerzo, en tratar de encontrar una respuesta a su dilema.
-No es complicado pelirrojo, sólo que tu tu cerebro faltante de neuronas le cuesta procesarlo, pero tranquilo, algún día entenderas- Emma sonrió burlona y miro como el chico formaba una mueca, disgustado por su comentario.
-¡Oh! Eres muy graciosa- dijo sarcásticamente, mientras rodaba los ojos- no sabía que tenias sentido del humor, querida Emma.
-Hay muchas cosas que no sabes sobre mi querido- Emma se dio cuanta de lo que había dicho y al instante se arrepintió; sabía lo que se venia, un interrogatorio por parte del pelirrojo.
-¿Cómo que?- preguntó él mirándola intrigado y un poco más serio de lo normal. La chica bajo la cabeza y observó su taza unos minutos, antes de escuchar nuevamente la vos de él- ¡Oh vamos! No te hagas la misteriosa Blanquita, ni que fuera algo tan malo- al ver que Emma no respondía, Fred dejó de bromear y se acomodó en su asiento, atravesándola con la mirada en busca de respuestas.
Lentamente la metamorfomaga fijo su vista en el chico de ojos azules sentado frente a ella y sintió un escalofrío recorrer le todo el cuerpo, a causa de la intensa mirada que le daba.
-Mira Fred, tengo una vida complicada de explicar y muy larga. Sólo te diré algo importante de mi.....tengo......problemas con la....- dudó si decirlo o no, pero ya estaban ahí y el chico parecía desesperado por saber que pasaba con la chica de cabellos blancos. No tenía nada que arriesgar y esperaba que Fred supiera guardar secretos- tengo problemas con la comida y soy adicta a el cigarrillo- Emma suspiro agotada, no importa a cuantas personas se lo contará, su estado no cambiaría. Miro a Weasley y vio que estaba procesando la información, tenía una mano en la barbilla y otra en su nuca.
-Bien, con el cigarrillo no tengo problema eres tu la que decide arruinar unos preciosos pulmones...
- Sabes, deberías dedicarte a animar a la gente, ganarías mucho dinero- dijo ella con una sonrisa falsa.
-...pero con respecto a lo de la comida- el chico ignoró por completo el comentario sarcástico de Emma y siguió hablando- eso no suena bien- término de decir, mientras se paraba y se acercaba hacia la chica de cabello blanco. Ella se giro aún en el banco y lo miró curiosa, se paro para poder estar a su altura y él se acercó y puso sus manos en sus caderas.
-¿Puedo ver lo delgada que te encuentras?- Emma no esperaba, que en algún momento de su vida le preguntaran algo como eso, simplemente asintió muda esperando el siguiente movimiento de Fred.
Sintió como él deslizaba sus manos por adentro de la blusa que llevaba puesta; Fred no dejó de mirarla en ningún momento. Sus manos siguieron ascendiendo hasta encontrase con el vendaje, su mano derecha subió por su costado izquierdo; donde tocó sus costilla. Emma sintió como las yemas de los dedos, acariciaban la piel, soltó un suspiro involuntariamente y luego se sonrojo; Fred no presto atención y siguió con el recorrido, tocó cada una de las costillas de la metamorfomaga y se detuvo en el comienzo de su ropa interior. Retiró suavemente sus manos y se acercó a su oído...
-Ya estas bien Emma, lo pude sentir perfectamente- y se fue, dejándola con un manojo de pensamientos y sin saber exactamente, qué había pasado. No sabía como vería a Fred por la mañana, sin volverse un tomate andante.-----------------------------------------------------------
-¡Yo elijo a Emma- exclamó Harry.
Esa mañana la habían levantado temprano con el pretexto de que le enseñarían a jugar quiddicht, pero Emma sabía que ella era un caso perdido. Sonrió lastimosamente al equipo de Harry y se compadeció de todos y cada unos de los participantes, que presenciarían un espectáculo vergonzoso.
-Bienvenida al equipo Emma- dijo Molly Weasley, quien también había sido seleccionada para el equipo del Señor Potter- esperó que ganemos este partido. Quiero refregarle a James que ganamos- dijo ella sonriendo con malicia. Emma suspiró un día desastroso comenzaba.Al final había ganado el equipo "sariguella", según Lily Potter había dicho que se llamaba. Lamentablemente Emma no había sido parte de esa victoria, ya que jugaba tan desastrosamente que Harry la tuvo que sacar del equipo amablemente.
Se había caído de la escoba una cinco veces, en la cuales tres la había agarrado James y las otras dos se había caído al suelo. Término con unos moratones y hielo hasta llegar a Hogwarts, en alguna de sus caídas se había manchado con tierra, por lo cual estaba más sucia que su abuela. Lo cual no le agradaba.
Volvían a paso lento, Emma era una de las última en la fila y podía escuchar como Albus, Fred y James discutían sobre el partido. Ella iba sumida en sus pensamientos, no le había contado a Albus sobre lo que había pasado entre ella y Fred en la cocina; aún que no fuera tan importante, se sentía muy incomada. Ya tenía suficiente con que Albus aún quisiera hablar con ella. Debido a su gran torpeza Emma chocó contra un árbol y se dio de lleno contra el hombro, soltó un gemido de dolor, que llamó la atención de los tres chicos que iban por delante de ella. Los tres se frenaron y se giraron en su dirección y encontraron a una chica con el cabellos revueltos, sentada en el suave césped, refunfuñando, enojada.
-¿Por qué siempre me pasa a mi?- grito al aire Emma.
-¿Te encuentras bien?- preguntó Albus preocupado. Emma lo miró y fruncio el ceño y lo fulminó con la mirada.
-Estoy perfectamente Albus- respondió ella sarcásticamente. Albus murmuro por lo bajo, algo sobre que las mujeres eran unas histéricas y se fue a paso decidido- ¡Genial! Se ha enojado- exclamó Emma furiosa.
-¡Eh! Tranquilizate Blanquita, estas hirviendo- dijo James, mientras soltaba una carcajada y a su lado Fred sonreía divertido por la situación.
-No se rían y ayudenme, imbéciles- susurro Emma. James volvió a reír y paso un brazo por debajo de sus rodillas y otro en su espalda. Enojada aun se dejó llevar por el castaño, hasta la Madriguera.
Ese día se había decidido a no caer, mientras volara en la escoba, pero como todo le salía mal, resultó que más bien aprendió a caer.-----------------------------------------------------------
Lamento haber subido tan tarde el capítulo, sé que era maratón, pero tuve problemas para subirlo.
Sin embargo ¡aquí esta!, nuestro final de la primera maratón. Ojalá les haya gustado. Les mando besos a todos❤❤.
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Emma Blooder
Fanfiction"Kyle". Ese nombre se repetía una y otra vez en mi cabeza... Ni la magia podría resolverlo... Todos los personajes pertenecen a J.K.Rowling, menos los que fueron creados por mi.