Visita inesperada

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-La directora Mcgonagall busca a Emma Blooder- dijo un niño, de aproximadamente 11 años, mientras asomaba su cabeza por la puerta del salón de DCAO. Emma se giro al escuchar su nombre, volvió la vista hacia el profesor y esté le indicó que podía levantarse e irse. Emma guardó todas sus cosas y antes de retirarse, se cruzó con la mirada interrogante de James Sirius. El niño había desaparecido y ella no tenía la menor idea de a donde debía ir. De repente la puerta del salón volvió a abrirse y por allí salió James, con su mochila al hombro y una sonrisa encantadora.
-Supongo que como eres nueva, no debes saber donde queda el despacho de la directora y yo me lo se de memoria; así que me ofrecí a llevarte- término de decir él, mientras avanzaba por el pasillo. Emma lo siguió y juntos fueron a ver a Mcgonagall.

Emma toco la puerta con James a su lado. Esperaron hasta que escucharon un "pase" desde adentro. Abrió la puerta y entró.
-Directora me mando a lla...- Emma se quedó quieta en su lugar, haciendo que James chocará contra su espalda. Ella estaba paralizada, no escuchó cuando él le preguntó si estaba bien. Emma se había quedado sin habla, no podía ser posible; no podía haberla encontrado, después de tantos intentos de escapar uno le había salido bien y ahí estaba él, parado con una sonrisa cínica plantada en el rostro. Le guiño un ojo y Emma retrocedió un paso, estaba asustada; se había librado de él y ahora que estaba un poco mejor, su vida volvía a caer en picada, como siempre.
-...pense que el chiquillo que mande, para que te trajera, se había perdido, pero veo que has llegado bien y acompañada- estaba diciendo Minerva, ella no había escuchado ni la mitad de lo que había dicho, su cabello había cambiado a un amarillo, mostrando todo el miedo que tenía, pero eso las personas que estaban con ella en la habitación no lo sabían- Supongo que ya has reconocido a la persona que esta aquí, ¿cierto?- preguntó con una sonrisa de felicidad, pensando que había hecho una buena obra, al buscar al supuesto padre de Emma. Lo miró y el se llevó disimuladamente un dedo a los labios indicando que no dijiera absolutamente nada. Emma trago saliva ruidosamente y sus ojos se llenaron de lágrimas, que no dejó caer- He estado buscando la forma de contactarme con algún familiar cercano a ti; más allá de tu tía Sarah, obviamente. Kyle me ha comentado que te ha estado buscando por mucho tiempo, y que te habías ido de casa sin explicar o que más bien te habías escapado de allí. Yo le dije que podría venir aquí, para hablar contigo y pudieras pasar las navidades con él. ¿Qué te parece?- preguntó ella muy feliz. Emma sentía una ganas enormes de tirarse al suelo y llorar con todas sus fuerza, porqué todo lo que hacia le salía mal.
-Prefiero pasar las navidades con Sarah, gracias- dijo ella muy cortante y tratando de mantener un postura fuerte. Kyle se acercó a ella.
-¡Oh Emma! Te he extrañado tanto- dijo él extendiendo los brazos hacia ella con la intención de abrazarla- No te reconocí cuando entraste por esa puerta. ¿Qué le ha pasado a tu hermoso cabello pelirrojo hija?- preguntó mientras la abrazaba y la aplastaba contra su pecho. Emma quieta en su lugar, sin mover nada, atenta a cualquier movimiento de más de parte de su padrastro- Pagarás por lo que has hecho mocosa- le susurro él al oído, muy bajo para que ninguno de los presentes lo pudiera escuchar. Emma había olvidado que James observaba todo muy atentamente desde la puerta. Se separaron y él fingió una sonrisa, mientras ella seguía con el rostro inexpresivo.
-De acuerdo Emma ya puedes retirarte, hablaré con tu padre...
-Padrastro- dijo ella interrumpiendo a la directora, la cual la miro severa.
-Padrastro, y arregláremos los preparativos para las vacaciones. Gracias por venir, vuelvan a clase. Señor Potter- dijo ella con un saludo de cabeza invitándoles a irse. Emma dio media vuelta, empujando con su hombro a James, mientras pasaba. Salió por la puerta y bajo la escaleras enojada y demasiado sorprendía como para asimilar todo lo sucedido.
-Emma- sintió como la tomaban del brazo y la frenaban en medio del pasillo- ¿Qué ha sucedido allí adentro? No parecías feliz de haber visto a tu padre. ¿Y cómo es eso de que te has escapado de tu casa?- preguntó él muy confundido.
-Solo sacame de aquí James- dijo ella sintiéndose a punto de explotar. James la guió por diferentes pasillos, sin importarle que se estuvieran perdiendo la siguiente clase. Iban tomados de la mano y Emma simplemente se dejaba llevar por él. Subieron, bajaron escaleras, hasta que llegaron la conocida Torre de Astronomía. Emma nunca había estado allí, pero le habían dicho que la vista era preciosa y podría decirse que todas esas personas tenían razón. James la soltó y ella se acercó a la baranda, apoyando sus codos y contemplando la hermosa vista.
-¿Qué paso Emma? No te veías feliz de haber encontrado a tu padre- tenía la posibilidad de contarle a James la verdad, de decirle que estuvo a punto de ser violada, y escapo por eso o simplemente ocultarle la verdad y crear una mentira, que seguro él creería.
-Mi madre murió hace dos años y las cosas no salieron bien luego de su muerte; mi relación con mi padrastro empeoró y este año decidí huir. Decidí dejar una parte de mi pasado atrás; cuando Mcgonagall me encontró y me trajo mi carta, me ofreció quedarme con una familia, yo le dije que tenía una tía con la que podría quedarme. No sé como es que Kyle me encontró, si yo no deje rastro de adonde había ido- contó una parte de su historia, la cual no era mentira, pero tampoco era toda la verdad y eso Emma lo sabía muy bien. Pero James no tenía porque enterarse de todo lo que pasó.
-Lamento mucho oír lo de tu madre- dijo él acercándose a ella y apoyándose en la baranda a su lado- Pero mira el lado bueno, podrás pasar las vacaciones en familia y podrás tratar de formar una relación con tu padre.
-Padrastro James, padrastro- aclaró ella.
-Lo siento, padrastro- él le sonrió y añadió- con que eres pelirroja- Emma lo miró, él chico tenía una ceja levantada y una sonrisa provocadora; ella soltó una fuerte carcajada, volviendo su cabello violeta- ¿Me mostrarías tu cabello natural Emma?- pregunto él haciendo un puchero de niño pequeño. Emma sonrió y volvió su cabello a su color natural, el que tenía desde que era pequeña, pelirrojo.
James la miraba asombrado, tenía la mandíbula abierta, tanto, que Emma pensó que en cualquier momento tocaría el suelo. Ella riendo se acercó a él y le cerro la boca en un movimiento.
-Realmente te queda hermoso- dijo él aún asombrado- ¿Porqué blanco?- preguntó. Emma simplemente negó con la cabeza un par de veces dando a entender que no era necesario que lo supiera. Ella se separó de él y volvió a su posición anterior, cerro sus ojos y hizo que su cabello volviera a ser blanco. No podía quedarse de pelirroja, por ahora no. Miro nuevamente James, él cual la miraba confundió por su repentino cambio de color, ella simplemente sonrió con cansancio y le indicó que se acercara junto a ella.
Mientras él chica obedecía complacido, Emma saco su paquete de cigarros y prendió uno. James ya estaba a su lado y tomó su mano, entrelazando sus dedos. Ella sonrió ante el contacto del chico y apoyo su cabeza en el hombre de él y cerro su ojos, mientras se llevaba el cigarro a la boca e inhalaba como tantas veces antes.

Emma BlooderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora