Emma sentía como se balanceaba en los brazos de una persona. Ella suponía que debía ser Harry Potter, quien la llevaba, ya que había sido la última persona que ella había visto antes de desmayarse. Sus brazos colgaban a sus costados. Sentía los pasos apurados del Señor Potter; Emma sangraba desde su frente y tenía moratones por todo su cuerpo. Harry le había puesto una sabana y envuelto sus piernas y cadera, ya que estaba en ropa interior. Ella tenía los ojos cerrados; estaba cansada, una semana sin comer y recibiendo golpes, no había ayudado. Tal vez iría a la casa de los Potter y podría terminar sus vacaciones con Albus, sin contarle lo que había pasado. Aunque esa posibilidad no era muy probable, ya que el padre de los Potter seguramente les contaría. Ya no le importaba cuantas personas supieran su secreto, ya había escapado oficialmente de Kyle; Emma no sabía si el señor Potter lo había matado, aunque poco le importaba.
Sintió gritos y murmullos a su alrededor, mientras mantenía los ojos cerrados; le pesaban demasiado como para poder abrirlos; su cuerpo estaba muy débil. Los ruidos seguían a su alrededor, escuchó como pronunciaban su nombre, llamándola para que despertara. Ella solamente quería dormir y olvidarse por un momento que había vuelto a sufrir, pero esta vez ella casi se rendía.
-¡Emma!-gritaron su nombre, mientras la movían para que abriera los ojos. Lentamente los abrió, la luz del ambiente la golpeó en los ojos con fuerza, frunciendo los hasta acostumbrarse. Se cruzó con la mirada preocupada de Albus, quien estaba muy inclinado sobre ella. La metamorfomaga se hundió en el sofá, alejándose del rostro de su amigo.
-Albus alejate- exclamó ella con voz inaudible. Albus suspiro aliviado y se alejó, dejándole el paso a un muy preocupado James.
-Emma, ¿qué diablos te hicieron?- ella sonrió por la reacción del chico y volvió a cerrar los ojos con la intención de poder dormir unas horas.
-Luego te cuento James. No te preocupes.
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Emma despertó recostada en una cama, con sabanas de algodón. Los rayos de sol se colaban por la ventana, suavizando la habitación. Suponía que había estado durmiendo varias horas; ya que cuando había llegado era de noche. Se sentó y pudo sentir como cada músculo de su cuerpo de contraía, por el esfuerzo que estaba haciendo. Miro sus manos, sus nudillos estaban lastimados; recorrió con su mirada todo su cuerpo debajo de las sabanas, y pudo admirar los moretones que tenían sus piernas; levantó un poco la blusa de seda que tenía puesta y vio que una venda rodeaba todo su costado derecho. Emma suponía que ahí había sido donde Kyle la tiro contra la pared. Se removió inquieta. Quería salir de la cama; parecía que había estado durmiendo durante un día entero, y ella quería ir agradecer a las personas que la atendieron; ya que no recordaba mucho de la noche anterior.
Se levantó de la cama con gran esfuerzo y camino por la habitación descalza, hasta llegar a la puerta. Salió y se encontró con un largo pasillo; había fotos de personas sonriendo, una familia. Ella se acercó y pudo ver una cabellera castaña y unos ojos avellana muy conocidos. Esa era la familia Potter; Emma sonrió al ver a un James de siete años, junto a Albus y su pequeña hermana pelirroja. Miro durante varios minutos; la verdad es que James había cambiado muchísimo, y ella no lo había notado. Se alejó mientras trataba de recordar porque estaba en la casa de los Potter.
Todos los recuerdos de la semana y la noche anterior la golpearon; Emma se apoyó contra la pared, teniendo un mareo repentino. Recordó a Kyle acorralándole contra la pared, al señor Potter entrando en su casa, con la varita en la mano y a ella misma acostada en el sofá de la sala de los Potter, con la mirada horrorizada de Albus. Emma necesitaba fumar, urgentemente; sentía que podría ser lo único que la calmaría. Se tanteó la ropa en busca de un bolsillo, pero no tenía ninguno; eso significaba que no tenía sus cigarrillos con ella.
La metamorfomaga comenzó a respirar aceleradamente y asustarse cada vez más, y sí Kyle la encontraba. ¿Si se la llevaba? No, eso no pasaría. Se deslizó por la pared, hasta quedar sentada en el suelo, con las rodillas pegadas al pecho y las manos cubriendo su rostro. Pudo sentir las lágrimas bajar por sus mejillas; no debería llorar, no servía de nada.
-¿Emma?- sintió como tocaban su hombro sobresaltándose, se levantó rápidamente chocandose contra la pared; soltó un gemido de dolor y llevó su mano a su costado derecho.
-¿Emma?- volvió a escuchar como la llamaban y levantó la vista para encontrarse con la mirada preocupada de James Sirius. Emma se acercó a él rápidamente y lo abrazó; lo único que necesitaba era sentir sus brazos rodeándola, cuidándola. Sólo así la metamorfomaga podía sentirse segura.
Emma podía sentir la respiración de James golpeando su cuello; estaba oculta bajo la maraña de cabello gris que tenía ahora. Se separó unos centímetros y lo miró. Los ojos de ella se llenaron de lágrimas; seguramente James la despreciaría ahora que sabía que su cuerpo casi fue corrompido.
-No llores. Sólo...no llores- dijo él, mientras soltaba un suspiro de agotamiento. Se notaba que había pasado la noche desvelado, tal vez cuidando de ella- Emma, ¿porqué no lo dijiste antes? Podríamos haberte sacado de allí; mira como estas. Si no hubiera sido por esa carta que mandaste, ese hombre te habría violado- Emma lo miró y se separó.
-Tal vez no quería irme- mentira.
-Eso no te lo crees ni tú. ¿Desde cuando pasaba eso?- preguntó él, volviendo acercarse.
-Desde la muerte de mi madre; es la segunda vez que lo intenta, pero no ha tenido suerte ¿cierto?- contesto ella sarcásticamente.
-¿Cómo puedes bromear con algo así?
-Si no lo hiciera, estaría tirandome de algún lugar. Es mejor esto, bromear a tener que darme cuenta de la realidad. ¿No crees?- Emma lo miró interrogante, al no obtener respuesta rodó los ojos, mientras pasaba por su lado golpeando su hombro con el de James.
-¡¿Porqué te enojas conmigo?!- preguntó James enojado; al haber subido su tono de voz Emma se giro alarmada.
-¡Porque no entiendes! ¡¿Acaso crees saber como me siento?! NO, ¡¿crees saber lo que se siente que alguien que tu conocías intente violarte?!- grito ella en respuesta- No, no lo sabes. Así que no vengas a decirme como tengo que tomarme las cosas, cuando tu no sabes como es...
-Entonces explicámelo Emma- dijo él, mientras se acercaba y la tomaba por los brazos- Aquí estoy. Puedes confiar en mí. ¿Es que no lo entiendes?- la chica de cabello gris bajo su mirada al suelo- No sabes como me asuste cuando Albus dijo que estabas en problemas. Yo iba a ir a buscarte, pero mi padre no me dejó; así que estuve aquí parado durante dos horas esperando a que llegarás, y cuando mi padre entró contigo en sus brazos, toda golpeada no supe que hacer. Así que, tú tampoco sabes como me siento- término de decir James.
Emma abrió la boca para responder, pero al ver que las palabras no salían la volvió a cerrar. Levantó la cabeza y pudo ver como James la miraba, buscando alguna respuesta es sus tristes ojos. Ella soltó una sonrisa cansina y se acercó a la mejilla del chico y depósito un suave beso. Se dio la vuelta para bajar por las escaleras, las cuales suponía que la llevaría a la cocina o algún lugar donde pudiera encontrar algún miembro de la familia Potter. Antes de bajar el primer escalón se giro hacia James nuevamente y dijo:
-Lo siento- sin agregar ni una palabra más bajó, dejando a un muy sorprendido y confundido James.
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Emma Blooder
Fanfiction"Kyle". Ese nombre se repetía una y otra vez en mi cabeza... Ni la magia podría resolverlo... Todos los personajes pertenecen a J.K.Rowling, menos los que fueron creados por mi.